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El primer Golf eléctrico, el CityStromer, debutó en 1989

El primer Golf eléctrico, el CityStromer, debutó en 1989
NOTICIA de Javi Navarro
13.11.2010 - 10:46h    Actualizado 07.02.2023 - 15:06h

A mediados de los 70 Volkswagen comenzó a fabricar vehículos de propulsión eléctrica dentro del marco de sus investigaciones. El primer modelo puramente eléctrico que Volkswagen lanzó al mercado hace más de dos décadas fue el ‘Golf CityStromer’ en 1989. Aunque sólo llegó a fabricarse en pequeñas series, el nuevo modelo Golf revolucionó el sector automovilístico ofreciendo una nueva visión de futuro: “la movilidad de cero emisiones”. Volkswagen hará realidad este sueño en 2014 lanzando al mercado los primeros automóviles eléctricos de producción en serie a gran escala. El Golf blue-e-motion, una versión puramente eléctrica desarrollada sobre el coche de más éxito de la historia, incorpora un motor eléctrico con una potencia máxima de 85 KW/115 CV, y una continuada de 50 KW/69 CV. Esto se combina con un alto par motor máximo de 270 Nm, ya desde posición de parado.

Los vehículos de cero emisiones diseñados por Volkswagen -la producción del primer Golf eléctrico comenzó en pequeña escala en 1989, y en 2014 se producirá en serie el Golf blue-e-motion- son una prueba irrefutable de que la marca lleva décadas impulsando y fomentando el desarrollo de la movilidad sin emisiones. Pero además son una clara evidencia de que no es posible forzar el camino hacia el futuro en modo alguno, sino más bien prepararlo mediante un desarrollo y progreso continuado y constante. Los primeros resultados de investigación en el ámbito de la propulsión eléctrica llegan en 1976 de la mano de un Golf de la primera generación equipado con un potente motor eléctrico de 20 kW. Este primer E-golf sirve como vehículo de ensayo para probar diferentes tipos de batería y electromotores hasta 1986.

En 1989 se estrena el primer Golf CityStromer. Gracias a la valiosa experiencia adquirida del E-golf de ensayo y basándose en el Golf de la segunda generación, Volkswagen desarrolla su primer modelo de propulsión puramente eléctrico en 1989: el ‘Golf CityStromer’. Este vehículo equipaba un potente motor de 18,5 kW, aceleraba de 0 a 50 km/h en 13 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 100 km/h.

Los acumuladores eléctricos, situados debajo del suelo del maletero, eran 16 baterías de plomo-gel con una capacidad de 120 amperios-hora (Ah) y una tensión total de 96 voltios que ofrecían autonomías de aproximadamente 50 kilómetros. Con el fin de que la energía almacenada se utilice casi exclusivamente para la propulsión, los aparatos eléctricos secundarios eran abastecidos en gran parte por otras fuentes de electricidad. Un ejemplo de ello es la calefacción del Golf CityStromer, que funcionaba con diésel y ofrecía temperaturas muy agradables incluso en invierno. Para recargar la batería del Golf CityStromer sólo era necesario conectarlo a un enchufe corriente de 220 voltios a través del cable de carga extraíble situado detrás de una tapa ubicada en la parrilla frontal.

Golf CityStromerEn 1993 se estrena el segundo Golf CityStromer

Cuando en 1991 Volkswagen presenta la tercera generación del “Bestseller” Golf, ya se está desarrollando a toda máquina un nuevo CityStromer que finalmente se fabrica en serie en 1993 con la cooperación de Siemens. En total se fabricaron 120 unidades de Golf CityStromer de la segunda generación hasta 1996 sobre la base de la tercera generación del Golf.

Las primeras unidades se destinaron inicialmente a las distribuidoras eléctricas regionales de toda Alemania. El diseño exterior del nuevo modelo es prácticamente idéntico al de sus homólogos de serie. Sin embargo el Golf CityStromer de la segunda generación sorprendía por ofrecer una utilidad cotidiana excepcional para su época, que sigue causando admiración incluso hoy en día. Gracias a vanguardistas tecnologías como la ‘recuperación de la energía de frenado’, esta versión del Golf consigue establecer referentes de sostenibilidad en los 90.

La energía necesaria para propulsar el motor eléctrico se almacenaba en 16 baterías de plomo-gel libres de mantenimiento con una capacidad de 180 amperios-hora (Ah) y una tensión total de 96 voltios. El silencioso motor síncrono trifásico con convertidor de frecuencia de 17,5 kW de potencia, alcanzaba una velocidad máxima de 100 km/h ofreciendo una autonomía de hasta 90 kilómetros a una velocidad constante de 50 km/h (conducción en ciudad). Al contrario que la mayoría de los vehículos eléctricos, el Golf III CityStromer disponía de un cambio manual de cuatro velocidades que sustituiría a una transmisión automática continua. El “surtidor” de este modelo es nuevamente el enchufe común de 220 voltios. La duración del proceso de carga de las baterías al 80 % de su capacidad se completaba en aproximadamente una hora y media.



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