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El coche eléctrico es más seguro que el convencional pero sus reparaciones cuestan más

El coche eléctrico es más seguro que el convencional pero sus reparaciones cuestan más
NOTICIA de Javi Navarro
09.11.2011 - 11:56h    Actualizado 22.03.2023 - 16:00h

El coche eléctrico es más seguro que el vehículo convencional pero sus reparaciones cuestan más dinero. Esta es la principal conclusión de un estudio presentado por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial de Mapfre (CEVISMSAP) en la Universidad Católica de Ávila. La seguridad en este tipo de vehículos es mayor debido a que con cualquier impacto la desconexión de la batería evita riesgos. Por el contrario, las reparaciones cuestan más dinero por la complicación de la extracción de la batería que le llevaría a un profesional no menos de 4 horas.

El coche eléctrico es un coche más seguro pero las reparaciones nos van a costar más por la mano de obra ya que el cambio de baterías, operación necesaria para cualquier intervención en el vehículo, costaría al menos 4 horas de mano de obra en el taller. Además, otra de las conclusiones del estudio de CEVISMAP es que el otro gran hándicap es el tiempo de tarda de la batería ya que hay que esperar una media de 6 horas, utilizando la tensión doméstica, para cargar completamente el coche.

El centro ha realizado dos crash test al vehículo, delantero y trasero, según estándar RCAR (Research Council for Automobile Repairs). Estas pruebas concluyen, entre otros datos, que en el momento de la activación de elementos pirotécnicos (como airbags o pretensores), la desconexión de la batería evita riesgos y aumenta, en gran medida, la seguridad, tanto para ocupantes como para los equipos de rescate. Por otra parte, el crash test trasero refleja que no se producen daños en el motor ni en los dispositivos eléctricos, pese a estar localizados en la parte posterior del vehículo.

El modelo estudiado por el centro, el Mitsubishi i-miEV, es un coche de dimensiones y características urbanas que incorpora el equipamiento habitual de los vehículos de su segmento. Destaca por su carrocería con aceros de alto y ultra alto límite elástico fabricados mediante estampación a medida, en línea con los más modernos vehículos, tecnología que reduce el peso y el consumo al mismo tiempo que mejora la resistencia del vehículo ante impactos.

En términos de reparación, la premisa fundamental a tener en cuenta para trabajar con este tipo de vehículos es la necesidad de cortar, desde el inicio de la intervención, la tensión eléctrica del vehículo sacando la batería del coche, operación que tiene un coste de tiempo aproximado de 4 horas. Por ello, parece poco viable el desarrollo a corto plazo de electrolineras u otras instalaciones en las que pudiera realizarse un cambio rápido de baterías.

Respecto a su uso y autonomía, utilizando como fuente de energía la tensión doméstica es posible recargar completamente el vehículo eléctrico en menos de seis horas. No obstante, el uso para el que está concebido el vehículo hace prever que serán más habituales las recargas de pocas horas, en torno al 20 y el 80 por ciento de su capacidad. El coste de la carga eléctrica oscila entre 0,89 y 2,66 euros cada 100 km, en función de la tarifa. Además, una de las claves determinante para la duración y el rendimiento del coche eléctrico es la refrigeración de las baterías.