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El presentismo laboral, o calentar la silla aunque no se trabaje, es un nuevo fenómeno por temor a perder el empleo

El presentismo laboral, o calentar la silla aunque no se trabaje, es un nuevo fenómeno por temor a perder el empleo
NOTICIA de Javi Navarro
05.02.2011 - 17:27h    Actualizado 13.03.2023 - 12:34h

La crisis económica, los altos índices de desempleo y la escasez de oportunidades que ofrece el mercado laboral, han dado lugar a un nuevo fenómeno llamado “presentismo“, lo que significa trabajar más allá del horario normal de oficina, con el único propósito que se note la presencia del trabajador en su puesto. Desafortunadamente, esta tendencia no necesariamente va de la mano con una mayor productividad, porque no apunta a trabajar más horas y rendir mejor, sino a que el puesto de trabajo se vea ocupado incluso en vacaciones, y por consiguiente, no prescindan de sus servicios.

Presentismo en aumento

“El crecimiento de una compañía no va de la mano de la cantidad de horas que los trabajadores están en la oficina o sentados frente a un ordenador, sino que tiene directa relación con la productividad de las mismas. De ahí la importancia que las personas estén motivadas y comprometidas con su empresa y sus responsabilidades, y quieran ser un verdadero aporte a la organización, más allá de las horas que trabajan”, señala Javier Caparrós, director del portal Trabajando España.

Pegados a la silla sin hacer nada: presentismo laboralJavier agrega, “que parece increíble que los trabajadores piensen que disminuyen las probabilidades de perder su empleo estando más horas en la oficina, porque un buen empleado es quien es más productivo para la compañía y no quien pasa más horas sentado frente al computador”.

El temor a perder el empleo, también ha ido muy de la mano con la baja que ha experimentado el absentismo laboral, porque en tiempos de crisis todo puede ser usado en tu contra, por ende, los trabajadores piensan dos veces antes de presentar una baja por enfermedad y no asistir a trabajar. Estos son, entre otros algunos de los problemas del presentismo.

Sin embargo, muchos expertos creen que este tipo de tendencias sólo permanecen durante períodos de crisis, una vez recuperados los mercados y cuando todo vuelve a la normalidad, los trabajadores retoman su horario normal y anhelan que llegue el fin de la jornada para llegar a sus casas y compartir con sus familias.

“El pánico a perder el trabajo es un denominador común para la gran mayoría de las personas que forman parte del mercado laboral, lo importante es lograr que éste se traduzca en mayor motivación y productividad. En la medida que haga bien mi trabajo, será más difícil para la empresa no contar conmigo”, agrega el Director.

El miedo a perder el trabajo reduce el absentismo

Hombre, menor de 28 años, de baja cualificación y vinculado al sector industrial. Este es el perfil del absentista tipo, pero el absentismo por enfermedad ha disminuido con la crisis y las ausencias no justificadas prácticamente han desaparecido. El absentismo laboral no justificado se reduce un 90 % en 2009, aunque la realidad es que se trata de una situación temporal determinada por la actual situación económica, lo que puede provocar que una vez superada esta crisis el absentismo vuelva a los niveles anteriores.

En España se pierden anualmente más de 60 horas laborales por trabajador. Esto supone un gasto importante para las empresas, la Seguridad Social y las mutuas, así como un descenso en la productividad de las compañías españolas. De hecho, el coste podría superar los 2.000 millones de euros anuales, según estimaciones de Randstad.

El absentismo es, en términos generales, la ausencia del trabajador de su puesto de trabajo en horas laborales. Esta ausencia puede deberse a distintas variables entre las que se encuentran las enfermedades comunes con baja por incapacidad temporal; accidentes de trabajo con baja laboral; permisos legales retribuidos (matrimonios, mudanzas, nacimientos, etc.); faltas al trabajo por causas injustificadas y permisos no retribuidos para asuntos personales.

No obstante, paralelos a estas circunstancias, y en muchos casos detrás de ellas, se encuentran otros factores que pueden ser determinantes en el absentismo laboral: son los conocidos como aspectos motivacionales. Se dan cuando el trabajador muestra desmotivación o desinterés hacia su puesto de trabajo lo que propicia que éste se ausente de su empleo o disminuya en su rendimiento.

Sin embargo, 2009 ha cambiado la tendencia de absentismo en el mercado laboral. Randstad, líder en soluciones de recursos humanos, ha identificado una reducción del absentismo laboral durante 2009. Ante esta nueva situación, la empresa de recursos humanos ha valorado las causas que han motivado los cambios de este absentismo y las condiciones que pueden seguir influyendo en los próximos meses en el mercado laboral.

Los datos analizados por Randstad muestran que este absentismo se ha reducido por dos motivos. En primer lugar, los casos de incapacidad temporal fueron ascendiendo en los últimos años, tal y como suele ser habitual en momentos de bonanza económica, pero desde el comienzo de la crisis han empezado a reducirse. Si en 2007 existían 32,14 casos por cada mil habitantes, en 2008 se redujo hasta 29,52 y en 2009 continúa esta tendencia decreciente hasta 26,96. Este descenso, aunque significativo, no es tan acusado como el del absentismo no justificado, que se ha reducido hasta en un 90 % en el último año, según datos de Randstad. Esto demuestra que el absentismo puede estar ligado en gran medida a aspectos motivacionales.

Evolución del último año

Mientras las horas no trabajadas por vacaciones y festivos se mantienen en valores similares en la última década, las causas estacionales dejan entrever interesantes conclusiones.

Dentro de estas causas estacionales de absentismo el primer factor que aparece es el vinculado con los expedientes de regulación de empleo (ERE). El número de horas no trabajadas por ERE se duplicó en 2008 con respecto a 2007. Dato que se ha multiplicado exponencialmente también este año: en los nueve primeros meses de 2009 se ha multiplicado por cuatro las horas perdidas por ERE respecto al total de 2008.

Los permisos remunerados (nacimientos, matrimonios, mudanzas, etc.) han aumentado ligeramente, en línea con el incremento paulatino que presenta esta variable en los últimos años. En cuanto al absentismo por incapacidad temporalidad y maternidad, los valores dejan entrever que la crisis también ha incidido en el número de bajas laborales de los trabajadores.

Pero si hay un factor que se ha visto modificado en los últimos meses, ése ha sido el absentismo no justificado. Los trabajadores son conscientes de la difícil coyuntura económica, tanto en el aumento de despidos como en la escasez de oferta laboral. Estas circunstancias han provocado que los empleados sean consecuentes con su jornada laboral, evitando en la medida de lo posible ausentarse de su puesto.

“Los aspectos motivacionales han reducido drásticamente el absentismo en los últimos meses. Los empleados, ante el temor de perder su puesto de trabajo, han disminuido al mínimo sus ausencias en el trabajo, lo que ha repercutido en que el absentismo se haya mitigado a la mínima expresión, sólo motivado por incapacidad temporal o accidentes de trabajo”, explica Óscar Gutiérrez, director de Randstad Inhouse Services.

Perfil del absentista

La percepción común ante el absentismo es que la mujer presenta mayor grado de absentismo que el hombre, pero no deja de ser un tópico. De hecho, las mujeres presentan un nivel de absentismo inferior que los varones y sólo superior a éstos cuando se asocia su etapa profesional con el periodo de la maternidad, es decir, entre los 25 y 35 años, momento en que es principalmente la mujer la que asume las cargas familiares y la que debe compatibilizar en mayor medida su vida familiar y laboral.

“En general, el perfil mayoritario del absentista es el de un varón joven, menor de 30 años y con un perfil de baja cualificación”, explica Óscar Gutiérrez. Sin embargo, la actual coyuntura económica ha cambiado su comportamiento. Es éste colectivo el que más está sufriendo los azotes del desempleo: la tasa de paro juvenil dobla la tasa media de desempleo y son los perfiles poco cualificados los que encuentran más dificultades para incorporarse al mercado laboral, de ahí que hayan reducido drásticamente su absentismo.

En cuanto a los sectores con mayor absentismo, la industria se posiciona como aquel con mayores problemas. No sólo ha sido el área económica donde mayor número de ERE’s se ha producido este año (el 80 % de los afectados por ERE en 2009 pertenecen al sector industrial), sino que es también uno de los sectores donde este perfil absentista tenía mayor presencia.

Por último, destaca que el absentismo es mayor en aquellas empresas de mayor tamaño, donde el control de la jornada es, a priori, más laxo.

Luchar contra el absentismo

Para poder reducir el absentismo es necesario conocer qué causas lo provocan y cuál es el perfil mayoritario del absentista, a fin de tomar medidas concretas.

Un elevado absentismo puede provocar problemas organizativos, aumentando los costes generales, puesto que no sólo se trata de suplir al trabajador ausente, sino de vigilar que la productividad se mantenga en los niveles adecuados y asegurar que el producto final o servicio ofrezca los estándares de calidad necesarios.

La primera forma de reducir el absentismo es con un estricto control de las ausencias. En el caso del absentismo justificado por razones médicas, el control del absentismo se debe realizar con el seguimiento de los partes médicos y de las mutuas. Además, las empresas deben identificar los factores de riesgo para, según el caso, aplicar una adecuada política de prevención de riesgos laborales.

Como se ha comentado anteriormente, uno de los casos de absentismo más habituales es el relacionado con el cuidado de familiares, lo que indica que aún es necesario el desarrollo de medidas destinadas a favorecer la conciliación laboral y personal. La empresa debe implantar acciones dentro de su política de recursos humanos que permitan una mayor flexibilidad al trabajador, de esta manera conseguirá un mayor compromiso y productividad del empleado.

Pero tal y como se comentaba, una de las principales causas de absentismo es la desmotivación. Aquí, una adecuada política de recursos humanos es el mejor mecanismo para luchar contra el absentismo injustificado. La empresa debe conocer qué causas provocan la desmotivación del trabajador, qué condiciones lo promueven e intentar actuar en consecuencia con medidas concretas.

El presentismo o cómo calentar la silla por miedo a perder el trabajo

¿Estarías dispuesto a permanecer más horas en tu puesto de trabajo para evitar ser despedido? Una nueva tendencia ha aparecido en el mercado laboral, el “presentismo”: trabajadores que alargan su jornada diaria más allá de lo necesario por su carga de tareas, con la única intención de hacer notar su presencia en el puesto de trabajo.

La empresa de recursos humanos Randstad ha detectado diversos cambios en la actitud de los trabajadores en los últimos dos años. Por un lado, la drástica reducción del absentismo injustificado, puesto que los trabajadores habían reducido las ausencias y faltas en el trabajo únicamente a motivos de salud. A este cambio se añade ahora un nuevo fenómeno entre los profesionales: pasar más horas en la oficina, sin necesariamente ser más productivos.

Son los propios trabajadores los que han identificado esta tendencia. Según una encuesta realizada por Randstad a un total de 1.000 personas (a una muestra aleatoria por toda la geografía española), un 45,8 % reconoce que sus compañeros están más horas en su trabajo por miedo a perder el empleo.

Los trabajadores son conscientes de la compleja situación laboral que vive nuestro país y de lo difícil que resulta en muchos casos encontrar de nuevo un empleo si se pierde el actual. Generalmente el “presentista” es varón, menor de 25 años, con estudios básicos y de origen español; se trata del mismo perfil que ha reducido en mayor número su absentismo injustificado con motivo de la crisis. Algo lógico ya que son ellos los que más sufren el desempleo y para quienes resulta aún más complicado encontrar un trabajo, en especial si no tienen formación. Son ellos los que sienten una mayor aprensión por quedarse sin empleo, puesto que no pueden aportar tanta experiencia laboral como otros candidatos a la hora de competir por un puesto.

Sin embargo, este aumento en la jornada no tiene como consecuencia un aumento de la productividad. Los trabajadores no buscan mejorar el rendimiento de la compañía, sino asegurar su puesto de trabajo. Esta mayor presencia está motivada por factores que nada tienen que ver con el compromiso hacia la empresa o una alta motivación en el desarrollo de su trabajo. De hecho, aunque la crisis ha aumentado el ratio de productividad, las tasas todavía son bajas si las comparamos con el resto de Europa.

Por otro lado, aumentar el “presentismo” en el empleo tampoco es algo que repercuta positivamente en el mercado laboral. Los trabajadores valoran muy por encima de otros factores la capacidad de conciliar familia y empleo, lo que significa que están sacrificando parte de su vida personal para asegurar la laboral y que tan pronto mejore la situación económica regresarán a su tónica habitual. Es más, si las empresas valoran la presencia por encima de la eficacia, puede hacer que otros trabajadores no se sientan alineados con la filosofía de la compañía y abandonen la empresa ante una nueva oportunidad, con el riesgo de pérdida de talento que esto conlleva.

El miedo a perder el empleo o la falta de personal provoca que pasemos más horas en el trabajo

La crisis lleva a ocho de cada diez españoles a pasar más horas en su puesto de trabajo. En los dos últimos años y al hilo de la actual situación económica ha aumentado el presentismo en nuestro país en cuarenta puntos porcentuales. Un 61 % admite que lo hace por miedo a perder el empleo, mientras que un 24 % reconoce que es la falta de personal lo que provoca esta situación. Sólo un 15 % de los trabajadores encuestados asegura que no trabaja más horas de las previstas.

El presentismo se instala en las relaciones laborales de los españoles. Ocho de cada diez profesionales reconocen que pasan más horas de las establecidas en su puesto de trabajo, según una encuesta que ha elaborado Randstad, empresa líder en soluciones de recursos humanos, para establecer una radiografía de la situación actual del mundo del empleo.

Si la cifra es llamativa por su elevada proporción, adquiere un mayor significado si se compara con el último sondeo realizado. En sólo dos años, el presentismo ha aumentado en España en cuarenta puntos porcentuales, lo que supone pasar del 45 % registrado en 2010 al 85 % actual. Si se analizan los factores, la actual situación económica se convierte en el principal motivo esgrimido.

De hecho, seis de cada diez trabajadores admiten que se quedan más tiempo en su puesto de trabajo sólo por el miedo a perder el empleo, mientras que un 24 % de los encuestados asegura que la falta de personal en su empresa es la principal causa. En ambos casos la crisis ha incidido en el aumento del presentismo en España.

En el lado contrario de la balanza, sólo un 15 % de los trabajadores encuestados por Randstad asegura que no trabaja más horas de las previstas. Esta cifra supone un descenso de cuarenta puntos porcentuales respecto al sondeo elaborado en 2010.

Perfiles
Pero, en cualquier caso, lo que no ha cambiado es el perfil del profesional abocado a esta situación. Se trata de un varón, menor de 25 años y con estudios básicos. El motivo es claro. Es el estrato sociológico que más está sufriendo el desempleo, con cifras de paro juvenil que llegan al 46,4 %, y son por lo tanto los trabajadores que más miedo tienen a la hora de perder su empleo.

En cualquier caso, el análisis realizado por Randstad refleja que el aumento de la jornada laboral no tiene nada que ver con la productividad, sino con el deseo por parte del trabajador de asegurar su puesto de trabajo.

Asimismo, lo que sí es evidente es que con la crisis el absentismo laboral ha descendido. Si se analizan los datos de la Seguridad Social se observa cómo en 2010 hubo 24 bajas por cada 1.000 trabajadores, frente a las 29,9 de 2007. La Encuesta de Coyuntura Laboral de 2011 también va en esta línea. Durante el segundo trimestre del año pasado se contabilizaron de media por profesional 0,2 horas de absentismo no justificado, frente a las 0,5 de 2007.

Horas de trabajo
En este sentido, también es importante comparar el horario español con el de los principales países de su entorno. Mientras que en países como Alemania, Francia o Bélgica, entre otros, el horario laboral concluye entre las 17.00 y las 18.00 horas, en España la jornada termina a las 19.00 horas. Otro punto es el relativo al tiempo destinado a comer. Si en Europa suele ser de media hora, en nuestro país se amplía hasta los noventa minutos o las dos horas inclusive.

Cómo evitar el presentismo de baja productividad

Los directivos de las compañías son los responsables finales de que el “presentismo” sea una tónica general en su empresa. Para evitarlo es necesario fomentar una comunicación fluida dentro de la organización.

§ Comunicación. Los trabajadores deben conocer en todo momento cómo evoluciona la empresa, de esta manera afrontarán con mayor tranquilidad su puesto dentro de la estructura de la compañía.

§ Hacer partícipes a los trabajadores. Involucrar a los trabajadores en los resultados de la compañía ayuda a mejorar la productividad, puesto que los empleados se sienten parte de un proyecto.

§ Comunicar los problemas. En ocasiones los trabajadores no transmiten los problemas que tienen en los procesos productivos y de ahí que los cambios se realizan de forma vertical, desde los escalafones más altos de las compañías. Preguntar e investigar sobre qué factores son susceptibles de mejora puede ayudar a las organización a mejorar su productividad.

Tal y como se comentaba anteriormente, este aumento de la presencia laboral no es sinónimo de un aumento de la productividad, algo que también reconocen los propios trabajadores: casi un 60 % reconoce que su productividad no ha aumentado con la crisis.

Uno de los principales problemas del empleo español sigue siendo los bajos ratios de productividad. Desde el comienzo de la crisis la productividad española ha aumentado un 2,63 % anual, mientras que ha caído en la zona euro. En España solemos aumentar la productividad en momentos de crisis, pero es sólo gracias a la racionalización de los puestos de trabajo y a políticas rigurosas en la gestión de los costes.

Los problemas del presentismo: jornadas más largas, menor productividad o aparentar tener más trabajo

Estar sentado en la silla sin dar palo al agua es una nueva amenaza para las empresas. Los trabajadores tienen miedo a perder el trabajo en la situación actual de crisis económica y, en primer lugar, ha hecho que se reduzca de un modo muy significativo el índice de absentismo laboral, incluso entre los trabajadores enfermos. Así, las bajas laborales continuadas, la ausencia en el trabajo por una horas, etc, se están reduciendo cada vez más, puesto que los trabajadores saben de la difícil situación del mercado laboral y ya no se arriesgan a ser despedidos por estos motivos. Sin embargo, una amenaza aún más peligrosa, por su difícil detección y por la merma de la productividad que implica, es el llamado presentismo laboral.

El presentismo laboral es cuando el empleado está “presente” en su puesto de trabajo, pero “ausente” en sus funciones. “La crisis ha multiplicado el número de trabajadores que practican el llamado presentismo laboral, por el miedo a perder el trabajo, al igual que el empleado no se arriesga a estar de baja, acude el trabajo pero con falta de motivación y haciendo más horas en el puesto de trabajo para proyectar una imagen más positiva, cuando esas horas extra no implican que se trabaje más”, comenta Alicia Jiménez, Socia Directora de Evolucion 21.

Si bien el empleado que hace más horas que otros para aparentar que tiene un volumen de trabajo mayor, es algo usual, en época de crisis económica el “hacerse notar” se multiplica más y “los hay que simplemente aparentan”, añade Jiménez.

Existen varios tipos de presentismo. Uno es el ya comentado de alargar la jornada laboral innecesariamente por el mero hecho de aparentar. Otro tipo es el que practica aquel trabajador que para ensalzar sus funciones, tarda más tiempo en resolver los problemas, cuando, a lo mejor, puede hacerlo en poco tiempo. De este modo, realza las funciones que desempeña porque les añade un componente de dificultad y esfuerzo que en realidad no existe. Y, por último, estaría el presentismo del empleado que se queja constantemente del volumen de trabajo que tiene, cuando, en realidad, su productividad es muy baja.

Lo más importante es saber detectar estos casos de presentismo. Para ello, el directivo tiene que evaluar los resultados individuales del trabajador, no en equipo, porque es muy posible que los compañeros de los “presentistas” se estén cargando con el trabajo de estos. Por otro lado, es importante la gestión de la motivación en los empleados, para evitar situaciones de este tipo en las que, por falta de motivación, el trabajador ha dejado de desempeñar su trabajo correctamente.