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El teletrabajo cada vez está mejor visto entre los trabajadores que sufren atascos

El teletrabajo cada vez está mejor visto entre los trabajadores que sufren atascos
NOTICIA de Javi Navarro
03.07.2010 - 11:23h    Actualizado 23.03.2023 - 16:12h

El transporte diario a los centros de trabajo de las principales ciudades del mundo es más largo y agotador de lo que debiera, lo que refleja el fracaso de las infraestructuras de transporte para mantener el ritmo de actividad económica y profesional. Así lo constata el primer estudio global sobre transporte en las ciudades elaborado por IBM y en el que también se han encuestado a conductores madrileños. Tres de cada diez conductores califican de ‘muy valiosa’ la opción de trabajar desde su hogar, con el fin de reducir el tiempo invertido en desplazamientos y el estrés generado por los atascos.


En general, el estudio presenta un panorama sombrío en el transporte diario de los viajeros que se desplazan en las principales urbes del mundo, puesto que se enfrentan a diario con muchas dificultades para trasladarse a sus centros de trabajo. Esto repercute negativamente, no sólo en el tiempo de desplazamiento, que registra progresivos incrementos, sino que también tiene consecuencias negativas sobre su salud, según reconoce el 57 % de los encuestados, si bien dicho porcentaje se eleva al 96 % y 95 % en ciudades tan superpobladas, como Nueva Delhi y Beijing, respectivamente. En este apartado, casi la mitad de los conductores madrileños -un 49 % en concreto- coincide en subrayar este efecto negativo del tráfico.

Asimismo, el 29 % ciento reconoce que los habituales atascos de tráfico han terminado afectando negativamente a su rendimiento laboral o escolar. De hecho, un 21 % de los conductores madrileños declara que el elevado nivel de tráfico y los largos tiempos de espera en los atascos acaban afectándoles negativamente. Dicho porcentaje se eleva hasta el 84 % en el caso de Beijing, el 62 % en el caso de Nueva Delhi y el 56 % en el de Ciudad de México. Por su parte, Moscú, la capital de la Unión Soviética, destacó por la duración de los atascos de tráfico que se registran en sus calles. De hecho, los conductores moscovitas han confesado que sufren atascos de una duración de dos horas y media.

Como contrapartida, los resultados del estudio también revelan aspectos positivos. Por ejemplo, los ciudadanos de Estocolmo, en Suecia, se definen, si no satisfechos, al menos sí cómodos con el nivel de tráfico que registra su ciudad. Tan sólo un 14 % reconoce que el tráfico por carretera ha afectado negativamente a su rendimiento laboral o escolar.

Asimismo, el estudio revela que las elevadas tasas de congestión registradas en muchas de las principales ciudades de los países desarrollados es un fenómeno relativamente reciente, fruto del rápido crecimiento económico de dichas urbes durante las dos últimas décadas. Por el contrario, el tráfico en grandes urbes como Nueva York, Los Ángeles o Londres ha ido aumentando progresivamente, lo que ha permitido a las administraciones dimensionar el desarrollo de las infraestructuras de transporte para responder al aumento de la población y al creciente volumen de desplazamientos desde las zonas periféricas al centro de las ciudades.

“Las soluciones tradicionales, como la construcción de más carreteras o autopistas, no serán suficientes para superar el crecimiento del tráfico en las ciudades en rápido desarrollo económico y poblacional. Por tanto, es preciso poner en marcha otro tipo de alternativas para gestionar el flujo del tráfico y evitar un colapso de las infraestructuras de transporte”, reconoce Elisa Martín Garijo, directora de tecnología e innovación de IBM.

Madrid, la ciudad en la que menos se teletrabaja del mundo
En primer lugar, un aspecto a tener en cuenta es que, si bien el teletrabajo se está convirtiendo en una práctica cada vez más habitual en todo el mundo, parece que en España y, en concreto en Madrid, aún es muy poco frecuente, según muestran los resultados del estudio. De hecho, sólo el 27 % de los conductores madrileños confiesan que trabajan, al menos, un día a la semana desde su domicilio, siendo este porcentaje el más bajo de todas las ciudades del mundo analizadas, e incluso inferior a la tasa media mundial -de un 56 %-. Este hecho impacta directamente en el nivel de tráfico que asumen las autopistas y carreteras de la capital madrileña. De hecho, no es de extrañar que el 30 % de los encuestados califiquen de ‘muy valiosa’ la opción de trabajar desde su hogar, con el fin de reducir el tiempo invertido en desplazamientos y el estrés generado por los atascos.

Otros de los aspectos subrayados en la encuesta revela el negativo impacto del tráfico en la salud de los conductores madrileños. No en vano, el 33 % de los encuestados confiesa que le ha afectado negativamente incrementando su nivel de estrés y un 27 % que le ha generado ataques de ira. Sin embargo, eso no es todo: un 37 % de los conductores define las actitudes agresivas a cargo de algunos conductores como una ‘preocupación seria’ a tener en cuenta. De hecho, llama la atención el hecho de que este porcentaje sea el más elevado de los registrados en todas las ciudades de la Unión Europea.

En lo que respecta al impacto del tráfico en la calidad de vida, un 53 % de los encuestados reconoce que, en caso de asumir menos atascos, podría disfrutar de más tiempo con su familia y amigos, un 39 % practicar más actividades de ocio, un 36 % dormir más y un 5 % ser más productivo en su trabajo.

Asimismo, en cuanto a las reacciones registradas por los conductores ante el elevado nivel de congestión en los accesos a la capital española, uno de cada cuatro confiesa que, en los últimos tres años, al menos en una ocasión, decidió volverse a su domicilio. Asimismo, el 46 % declara que ha optado por posponer un viaje que tenía previsto a raíz del tráfico, siendo en un 31 % por ocio, y en un 19 % por asuntos laborales.

Finalmente, si analizamos los parámetros registrados en la capital española y los comparamos con sus homólogas europeas, se aprecian variaciones significativas. Por ejemplo, de las siete principales capitales del Viejo Continente analizadas -Ámsterdam, Berlín, Estocolmo, Londres, Madrid, Milán y París-, los viajeros madrileños han sido los que, en un mayor porcentaje -un 24 % en concreto-, consideran que el tráfico en la capital española ha mejorado a lo largo de los últimos tres años, frente al 18 % de los encuestados en Estocolmo y un exiguo 7 % en el caso de Milán.

Parámetros analizados en el estudio
El estudio recoge los resultados de una encuesta efectuada entre 8.192 conductores -entre ellos, más de 400 madrileños-, que expone, en una escala del 1 al 10, el ‘peaje’ tanto económico como emocional que tienen que asumir a diario. El índice revela una gran disparidad en cuanto a la situación vivida por los conductores de ciudades como, por ejemplo, Pekín, siendo cuatro veces peor que la que asumen los que residen en Los Ángeles o en Nueva York, y siete veces peor que la de los habitantes de Estocolmo. De hecho, la capital sueca tiene el mérito de ser la ciudad en la que los conductores sufren el menor índice de atascos de tráfico del mundo, seguida de Melbourne, Houston y Nueva York.

Más teletrabajo y horarios más flexibles para reducir el tráfico urbano

El teletrabajo y los horarios de inicio más flexibles en oficinas y escuelas son dos de las propuestas del Parlamento Europeo para reducir el tráfico urbano y mitigar su impacto sobre el medio ambiente. También se propone introducir trenes rápidos que conecten los centros urbanos con puertos, estaciones y aeropuertos.

El informe aprobado por la Eurocámara subraya la necesidad de aplicar normas de gestión del tráfico para optimizar la logística y reducir el flujo de transporte. Para lograrlo, propone medidas como el teletrabajo o los horarios de inicio flexibles en los lugares de trabajo y las escuelas. Los diputados también defienden los métodos de movilidad virtual, como las videoconferencias, el e-learning o los servicios bancarios electrónicos. La instalación de zonas verdes y de sistemas de tarificación por el uso de la infraestructura viaria son otras de las alternativas que propugna el Parlamento Europeo.

Todas estas medidas requieren una financiación adecuada y la UE puede jugar un papel importante en este sentido. El texto exige que en el futuro las subvenciones a proyectos con créditos de la UE estén vinculadas en mayor medida al impacto del transporte sobre el medio ambiente. Además, la Eurocámara pide a la Comisión que elabore instrumentos específicos de economía de mercado para crear condiciones equitativas destinadas a “permitir una movilidad sostenible en los centros urbanos”.

El pleno del PE aprobó una modificación propuesta por el grupo de los Verdes en la que pide a la Comisión que examine “cómo vincular los planes globales de movilidad urbana sostenible (PMUS) a la cofinanciación comunitaria de proyectos de transporte en ciudades de más de 100.000 habitantes y a la normativa, las decisiones y los objetivos de la UE sobre la reducción de los accidentes, las emisiones de CO2, las emisiones locales de gases y la contaminación acústica”.

Trenes rápidos en los centros urbanos
Los eurodiputados, que aprobaron el informe con 558 votos a favor, 100 en contra y 33 abstenciones, consideran que la introducción de trenes rápidos que conecten el centro de las ciudades con los terminales fluviales, ferroviarios y aeroportuarios y, sobre todo, las regiones periféricas “debería ser una prioridad en el desarrollo y la modernización de las grandes ciudades”.

El Parlamento Europeo critica la “coordinación insuficiente” que existe para aplicar este tipo de propuestas entre la planificación de los sistemas de transporte urbano, suburbano y rural. Además, solicita una mejor organización del transporte público de pasajeros no contaminante a corta distancia, así como planes de “sostenibilidad” para asegurar la movilidad turística en las zonas urbanas y periurbanas.

Estas medidas siempre deben llevarse a la práctica teniendo en cuenta las necesidades de las personas discapacitadas, los mayores y las personas con niños pequeños. La UE debería definir una estrategia global sobre movilidad urbana que conduzca a una disminución del alto índice de uso de coches de particulares, y promover la transferencia hacia “modos de transporte sostenible”. No obstante, aunque son necesarias reglamentaciones y orientaciones a escala europea, el informe deja claro que la aplicación de éstas depende de las autoridades locales, que deben coordinarse mejor para optimizar el uso de las infraestructuras disponibles.



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