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Menos sal y más ejercicio en el día de la hipertensión para evitar, entre otros males, el deterioro cognitivo

Menos sal y más ejercicio en el día de la hipertensión para evitar, entre otros males, el deterioro cognitivo
NOTICIA de Javi Navarro
16.05.2012 - 18:32h    Actualizado 26.07.2021 - 18:37h

Con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Hipertensión el 17 de mayo, la Fundación Española del Corazón (FEC) quiere destacar el hecho de que tener las cifras de la presión altas no sólo es el factor de riesgo cardiovascular más prevalente y la primera causa de morbimortalidad en el mundo, sino que también se ha demostrado que aumenta en un 70 % el riesgo de padecer demencia vascular o deterioro cognitivo. Así lo demostró un estudio publicado en Archives of Neurology y llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos. El trabajo incluyó una evaluación de 918 personas que no presentaban insuficiencia cognitiva leve. Tras realizar un seguimiento durante cuatro años y medio, los investigadores pudieron comprobar que los pacientes con hipertensión arterial tenían un 40 % más de riesgo de desarrollar insuficiencia cognitiva leve y un 70 % más de peligro de padecer la forma no amnésica, la cual no implica importantes problemas de memoria.

“Aunque no se sabe a ciencia cierta cuál es el mecanismo de la hipertensión que provoca este deterioro cognitivo, creemos que se debe a que la hipertensión daña la estructura de los vasos cerebrales en la sustancia blanca, ubicada por debajo de la corteza cerebral. El flujo de sangre alterado y la disminución en la oxigenación lesiona la mielina que recubre las fibras nerviosas, lo que interrumpe los circuitos afectando a las funciones ejecutivas y comprometiendo los procesos mentales complejos como la resolución de problemas y la toma de decisiones”, explica el Dr. Enrique Galve, presidente de la sección de Hipertensión Arterial de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

En España, 11 millones de personas padecen hipertensión arterial, o lo que es lo mismo, entre el 25 y el 30 % de la población adulta. La hipertensión se agrava con la edad, así, a partir de los 60 años es entre el 65 y el 70 % de la población la que padece esta enfermedad. “Más remarcable que la alta incidencia que la hipertensión tiene en España, es el alto desconocimiento que se tiene de la enfermedad entre la población, puesto que un tercio de las personas que la padecen, no lo saben y por lo tanto no se están tratando”, destaca el Dr. Galve.

Precisamente, el tratamiento de la hipertensión es un aspecto que también se está estudiando, puesto que existen evidencias que demuestran que mediante antihipertensivos se podría reducir la incidencia de deterioro cognitivo. Siguiendo esta línea, un estudio llevado a cabo por el Colegio Imperial de Londres y publicado en la revista Lancet Neurology, demostró que los medicamentos que controlan la hipertensión podrían reducir en un 13 % el riesgo de demencia vascular.

Medicamentos y casos concretos
“Es importante destacar también que no todos los medicamentos funcionan igual para todas las personas, puesto que otro tercio de los pacientes hipertensos se tratan pero están mal controlados. Resulta imprescindible no abandonar el tratamiento y acudir a nuestro médico para que nos recomiende el mejor medicamento según nuestras características”, recomienda el doctor.

La hipertensión está muy presente en la enfermedad cardiovascular, las personas que la padecen tienen un riesgo entre cuatro y seis veces mayor de padecer un accidente cerebrovascular o ictus, que es a su vez la primera causa de muerte entre las mujeres y la segunda entre los hombres, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

“Es muy conveniente que tomemos todos consciencia de la importancia que tiene evitar tener las cifras de presión altas. Para ello, además de tomarse periódicamente la tensión, es recomendable adquirir unos hábitos de vida saludables, como controlar la cantidad de sal de las comidas o hacer ejercicio físico de forma regular”, concluye el doctor.

Asesina silenciosa, la hipertensión arterial (HTA)

Cuidar el corazón, clave para no sufrir hipertensión.Prevenir es curar. En este caso mejor que nunca se debe prevenir una enfermedad que no produce aparentemente dolor pero que se puede detectar con algo tan simple como una toma de tensión. Lo más difícil en este caso es tener la iniciativa de hacerlo, de pedir hora en el médico para algo que no molesta. ¿Últimamente discute más en la oficina? ¿Le amarga mucho más de lo habitual un atasco? ¿Le irrita cualquier tontería? Quizás crea que no tiene importancia, que son cosas que pasan habitualmente por el estrés diario, pero las respuestas a esas preguntas pueden indicarle si tiene la tensión alta.

No hay que ser alarmistas, pero el próximo 17 de mayo, Día Mundial de la Hipertensión, los expertos nos advertirán de la importancia de detectar y abordar esta enfermedad antes de que dañe órganos vitales como el cerebro y el corazón. La jornada patrocinada por la Sociedad Española de Hipertensión-liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-lELHA), tiene como objetivo luchar contra las cuatro íes:

1. Insuficiencia cardiaca.

2. Infarto agudo de miocardio.

3. Ictus.

4. Insuficiencia renal.

Combatiendo la aparición de estas patologías cardiovasculares se intenta concienciar a la población del riesgo de un mal control de la HTA (hipertensión, desde ahora).

Trece millones de hipertensos en España

De 45 millones de habitantes, los especialistas calculan que 13 millones son hipertensos. Es decir, más del 25 % de la población española es hipertensa. Pero lo lamentable es que de esos trece millones de enfermos de hipertensión arterial solo la mitad lo sabe y se trata. De ahí la insistencia de los especialistas en la detención a tiempo de la enfermedad y luego en el adecuado control de los niveles de tensión.

14-9, malos números

Los niveles de riesgo para su salud serían los que marcasen, tras tres tomas de comprobación, medias iguales o superiores a 90 para la mínima y 140 para la máxima. O lo que es lo mismo, dicho de forma coloquial: 14-9. En este caso su reto sería alcanzar medidas lo más próximas posibles al ideal: 13-7; aunque esta media dependerá de cada paciente y su constitución metabólica, la trece-siete se considera referencia para hablar de “normalidad” en el control de la HTA.

De números va la cosa. En estas ponencias sobre la hipertensión arterial las cifras eran claras, otro estudio advierte de que el 9 % de la población española menor de 35 años es hipertensa. Las causas fundamentales son el sobrepeso y la falta de ejercicio, no por ese orden, puesto que en este caso el orden de los factores no altera el producto.

Razones fundamentales que pueden causar hipertensión arterial: obesidad o sobrepeso, estar asociada o relacionada también con la diabetes, malos hábitos alimentarios, exceso de sal y grasas, abuso de bebidas alcohólicas; el sedentarismo y la falta de ejercicio físico regular o diario; estrés emocional muy continuado, herencias genéticas.

Esta última razón, la herencia genética, supone uno de los más factores más habituales, pero, como dijimos, si lo más habitual también es desconocer que se padece, el progenitor que la sufre o que la ha sufrido no podrá advertirle. Así que el control de la tensión, al menos una vez al año, es fundamental; y si se conocen esos antecedentes familiares negativos, al menos una vez cada tres meses.

Asesina silenciosa

La HTA se conoce con este nombre tan contundente porque no suele presentar síntomas y molestias hasta que causa problemas de riñón, corazón o de visión; cegueras parciales o totales. De los miles de infartos y casos de ictus que se registran en los hospitales españoles, la mayoría son provocados por la hipertensión arterial.

Recomendaciones

Una vez detectada es preciso seguir estas recomendaciones:

Practicar ejercicio físico regularmente.
Controlar el sobrepeso.
Llevar una dieta sana y equilibrada. Lo ideal es distribuir la alimentación diaria en 5 tomas. Incluir entre 25-30 gramos de fibra al día en su dieta. No más de 3 gramos de sal al día. En general comer de todo, pero en su justa medida. A partir de los 45 años hacer un control de analítica de los niveles de glucemia.

De todas formas, aunque no haya detectado que tiene HTA, estas recomendaciones son saludables para todo el mundo. Prevenir es curar.

En pacientes con hipertensión de alto riesgo, es fundamental su precoz diagnostico

Hasta ahora, la estrategia terapéutica en el control de la hipertensión arterial en pacientes de alto riesgo es decir, aquellos que además padecen otras patologías asociadas como diabetes, síndrome metabólico o enfermedad cardiovascular o renal ya establecida-, consistía en rebajar las cifras de presión arterial por debajo de 130/80mmHg. Ahora, nuevas evidencias científicas ponen de relieve que un diagnóstico y control precoz de la enfermedad es tanto o más importante que conseguir grandes reducciones de presión arterial.

Nuevas evidencias científicas ponen de relieve que un diagnóstico temprano de la enfermedad es tanto o más importante que la reducción de las cifras de presión arterial por debajo de 130/80 mmHg en pacientes de alto riesgo.

Médicos jóvenes de toda Europa han abordado en el marco de la Escuela de Verano de la SEH-lELHA, las últimas novedades en el manejo de la hipertensión arterial y riesgo cardiovascular.

“Se ha cambiado el concepto de “magnitud”, es decir, cantidad de presión arterial a reducir, por el concepto de “tiempo”, es decir, cuanto antes mejor”, explica el doctor Antonio Coca, director de la Escuela de Verano de la Sociedad Española de Hipertensión-liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-lELHA) que este año celebra en Barcelona, junto a la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH)

Principales contenidos

Durante el curso, el profesorado, compuesto por reconocidos especialistas nacionales e internacionales – con un 40 % de docentes españoles – se repasarán los temas más candentes de la hipertensión “como son la medida ambulatoria de la presión arterial (MAPA), la enfermedad coronaria, el síndrome metabólico, la hipertensión secundaria o el daño orgánico, cardiaco, renal y cerebrovascular en sesiones monográficas”, explica el doctor Coca.

La hipertensión en niños y adolescentes también será objeto de análisis ya que, en los últimos años, cada vez son más los jóvenes con problemas de hipertensión, entre otros riesgos cardiovasculares, asociados a la mala alimentación y a la falta de ejercicio físico.

Otro de los temas a tratar será el papel de los genes y cómo estos predisponen al individuo a desarrollar hipertensión arterial. En este contexto, la doctora Anna Dominiczak, procedente de Glasgow, hablará del proyecto europeo InGENIUS HyperCare Project, que tiene como finalidad detectar genes candidatos ligados a la hipertensión arterial. A nivel nacional, el doctor Jaume Marrugat, del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM)- Hospital del Mar), impartirá una sesión sobre el futuro de los microchips cuya evolución permitirá detectar factores de riesgo genéticos adicionales a los conocidos hasta ahora mediante un análisis en una muestra de saliva.

“Como novedad en esta edición y al final de cada día, los participantes podrán presentar resultados originales de investigaciones en las que ellos han participado, sobre algunos de los temas abordados en el transcurso de la jornada, que será evaluada y comentada por el profesorado”, concluye el doctor Coca.

Con un enfoque eminentemente práctico, “la Escuela de Verano tiene como objetivo ofrecer una formación específica y global del riesgo cardiovascular para una mejor evaluación y atención del paciente hipertenso del que sólo se podrán beneficiar un reducido grupo de expertos, a fin de hacerlo más dinámico y personalizado”, explica la doctora Nieves Martell, presidenta de la SEH-lELHA, quien señala además la importancia de este tipo de iniciativas conjuntas con la Sociedad Europea de Hipertensión para fomentar la excelencia de los profesionales en este campo.

Día de la hipertensión: 12 millones de españoles la padecen

En España, 3 de cada 12 personas padecen simultáneamente varios factores de riesgo cardiovascular – hipertensión, obesidad, hipercolesterolemia y la diabetes-, lo que se conoce como el “síndrome metabólico. La aplicación de medidas cardiosaludables, como seguir una dieta sana, ejercicio y evitar el tabaco, evitarían el uso de fármacos al 10-15 % de los pacientes hipertensos.

Bajo el lema “No corras riesgos, controla tu tensión”, el próximo 10 de octubre se celebra el Día Nacional de la Hipertensión organizado el Club del Hipertenso de la Sociedad Española de Hipertensión-liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-lELHA), con el objeto de concienciar a la población general y a los profesionales sanitarios sobre la importancia de la prevención y el manejo de la hipertensión arterial.

De todos son conocidos los factores de riesgo que aumentan nuestra probabilidad de sufrir un accidente cerebro-cardiovascular: la hipertensión, la obesidad, el sedentarismo, la hipercolesterolemia y la diabetes, son algunos de ellos. Cuando se dan, al menos, tres de ellos juntos hablamos de síndrome metabólico, patología que en nuestro país padece 3 de cada 10 personas. Hasta ahora ni los pacientes ni los médicos se alarmaban si alguno de estos factores no alcanzaba cifras demasiado elevadas en un paciente. Recientemente este concepto ha cambiado de forma radical, tal como lo muestran las nuevas Guías europeas para el manejo de la hipertensión arterial que acaba de publicar la Sociedad Europea de Hipertensión.

Según este informe sobre el diagnóstico y tratamiento de las cifras de presión elevadas, “la suma de varios de estos factores ligeramente descompensados – es decir, el síndrome metabólico – incrementa significativamente el riesgo de sufrir eventos, como un infarto o un ictus. Este cuadro duplica la mortalidad y morbilidad cardiovascular”, asegura la doctora Nieves Martell, coordinadora del Club del Hipertenso de la Sociedad Española de Hipertensión – Liga para la Lucha frente a al Hipertensión Arterial (SEH-lELHA). En España, se cuentan unos 12 millones de personas con hipertensión arterial, cifra que en los próximos años será mucho mayor debido, fundamentalmente, a la incorporación de pacientes jóvenes de entre 30 y 40 años. A la gravedad de que la hipertensión se inicie en edades tempranas, hay que sumar el que muchos de estas personas padecen además otros factores de riesgo, es decir, sufren síndrome metabólico.

¿Qué es el síndrome metabólico?

Se trata de la coincidencia de varios factores de riesgo cardiovascular en un mismo paciente. “Los pacientes con síndrome metabólico tienen que cumplir, al menos, 3 de las siguientes características: un perímetro abdominal o medida de la cintura superior a 88 cm en mujeres y 102 en hombres; nivel de glucosa en sangre mayor o igual a 100 mmg/dl; valores de triglicéridos por encima de 150 mg/dl; colesterol HDL menor a 50 mg/dl en mujeres y a 40 en hombres y unas cifras de presión arterial mayores o iguales a 130/80 mmHg en ambos sexos”, señala el doctor Luis Miguel Ruilope, presidente de la SEH-lELHA.

Y añade que, “la suma de todos hace que se incremente de forma exponencial el riesgo del individuo en el que concurren estos factores”. Se calcula que en España en torno al 24 % de la población general y cerca del 50 % de los pacientes con cardiopatía isquémica o alguna otra afección vascular padecen síndrome metabólico. Además, aunque cada vez es más frecuente encontrarlo en pacientes jóvenes, fruto de los hábitos de vida poco cardiosaludables, su prevalencia aumenta de forma paralela con la edad y el sobrepeso.

La Hipertensión en España

Hablamos de Hipertensión cuando se detectan cifras de presión arterial por encima de un valor que, por consenso, se ha fijado en 140/90 mmHg. La primera cifra es la llamada presión arterial sistólica y la menor presión arterial diastólica.

En España, su incidencia entre la población general adulta es de aproximadamente un 35 por ciento, llegando hasta el 40 por ciento en edades medias y a más del 60 en las personas mayores de 60 años.

Así, “afecta en total a unos 10 millones de individuos adultos y, por tanto, se considera un problema de salud pública”, explica el doctor José Ramón Banegas, del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid. Respecto al control se estima que en España el 90 por ciento de los individuos mayores se ha tomado la presión arterial al menos una vez en el último año. Según los últimos estudios, sólo el 32,8 por ciento de los hipertensos estaban correctamente controlados, porcentaje que bajó al 16,8 si consideramos los hipertensos que tienen otros factores de riesgo como la diabetes o la hipercolesterolemia, también importantes en el riesgo de desarrollar algún evento cardiovascular.

Sin embargo, los expertos insisten en que “contamos con los medios para que no haya ningún paciente hipertenso que no esté controlado”, señala el doctor Ruilope. Tanto las medidas higiénico-dietéticas como los fármacos han demostrado una gran eficacia, aunque siempre son las primeras las que se han de adoptar en un principio. Evitar el sobrepeso, realizar actividad física periódica y no fumar, son las claves para evitar riesgos. Además, está demostrado que su implantación evita, en muchos casos, la necesidad de utilizar fármacos. “Entre un 10 y un 15 % de los pacientes hipertensos no tendrían que tomar medicamentos sólo con seguir estas recomendaciones”.

Reducir la sal a la mitad es tan bueno como dejar de fumar

Hace más de una década que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 6 gramos el consumo máximo diario de sal, cifra muy por debajo de la que se ingiere de media en el mundo, que se establece entre 10 y 12 gramos. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de la ingesta diaria de sal, el 80 %, proviene de los productos envasados y precocinados. Así, el consumo excesivo de sal es responsable de numerosos problemas de salud relacionados, no solo con las enfermedades cardiovasculares, sino también con la insuficiencia renal, la osteoporosis o el cáncer de estómago. Ante esta perspectiva, la Fundación Española del Corazón (FEC) quiere recordar que reduciendo al menos la mitad del consumo de sal diario obtendríamos beneficios en nuestra salud comparables a los beneficios derivados de dejar de fumar.

“Añadir sal en la comida, tanto en el momento de procesado como en el de consumo, es innecesario. La sal empezó a utilizarse para conservar los alimentos durante más tiempo, pero con los sistemas más modernos de conservación, esta medida ya no es necesaria y en la actualidad se utiliza básicamente para dar más sabor a la comida”, avisa la doctora Pilar Mazón, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y cardióloga del Hospital Clínico de Santiago de Compostela.

La sal contribuye a la retención de líquidos por parte del organismo, lo que produce una presión sobre las arterias y favorece la aparición de la hipertensión. Según datos de la OMS, la hipertensión es la causante del 62 % de los accidentes cerebrovasculares y del 42 % de las enfermedades del corazón.

Beneficios de ‘quitarse’ la sal

Diversos organismos han querido estudiar los beneficios que podrían conseguirse si se redujera el consumo medio de sal al día. Uno de estos estudios fue el publicado en The New England Journal of Medicine que realizaba una simulación sobre los efectos esperables al reducir el consumo de la sal en la población de Estados Unidos.

Tras realizar un modelo de simulación por ordenador sobre la incidencia y prevalencia de enfermedades cardiovasculares, la mortalidad y los costes derivados en la población estadounidense mayor de 35 años, los estudiosos constataron que una reducción dietética de 3g diarios de sal disminuiría el número anual de enfermedades cardiovasculares entre 60.000 y 120.000 casos, de ictus entre 32.000 y 66.000, de infarto de miocardio entre 54.000 y 99.000, y de fallecimiento por cualquier causa entre 44.000 y 92.000 casos al año.

Además, esta medida también sería beneficiosa desde el punto de vista económico, consiguiendo un ahorro de entre 10.000 y 24.000 millones de dólares.

Prevención para alargar la esperanza de vida

Hay algunos países que, fruto de estos resultados, han decidido implantar algunas medidas preventivas. Fue el caso de Finlandia, que en los años 70 inició una campaña de concienciación consiguiendo una disminución en el consumo de sal de 12 a 9g diarios. Gracias a esta medida se consiguió una reducción de enfermedad cardiaca coronaria y de accidente cerebrovascular de entre un 75 % y un 80 %, lo que ha alargado la esperanza de vida de 5 a 6 años.

“Conseguir una reducción en el consumo de sal es una tarea que requiere el esfuerzo de todas las partes implicadas. Por un lado está el propio ciudadano, que puede empezar a aplicar medidas como cocinar sin sal, retirar el salero de la mesa o comprar los productos que sean bajos en sal, lo que no significa que sean de régimen sino que son saludables; por otro lado está la industria alimentaria, que debería disminuir la cantidad de sal que le añade a los productos y hacer un etiquetado más fácil de entender y que informara de la cantidad de sal añadida; y finalmente se encuentran los organismos públicos, que deberían tomar medidas restrictivas relacionadas con el consumo de sal así como iniciar campañas masivas dirigidas a informar sobre los efectos nocivos de esta”, recomienda la Dra. Mazón.

Mucha sal favorecería enfermedades autoinmunes

Mucha sal favorecería enfermedades autoinmunes

A falta de ser probado con estudios en humanos, el exceso de sal puede impulsar el desarrollo de enfermedades autoinmunes. La revista Nature recoge esta semana tres nuevas investigaciones, realizadas in vitro en ratones, sobre cómo el crecimiento de un tipo de célula inmune, llamada T helper 17 o Th17, influye en la respuesta a la enfermedad. A partir de ahí los investigadores han establecido una sorprendente conexión entre la inmunidad y el consumo de sal. Así, el aumento de la ingesta de sal en la dieta puede promover el desarrollo de un grupo de células bastante agresivas, implicadas en la activación de enfermedades autoinmunes, en las que el propio sistema ataca los tejidos sanos en lugar de luchar contra los patógenos. Entre las presuntas causas de este fenómeno se encuentran los cambios dietéticos y en los hábitos de vida de los países enriquecidos.

Los grupos de investigación, liderados por expertos de la Universidad de Yale, Harvard y del Instituto Broad (todos en EE. UU.), se han centrado en el crecimiento de un tipo de célula inmune, llamada T helper 17 o Th17, debido a su labor en la limpieza de agentes biológicos nocivos y su implicación en la esclerosis múltiple, la psoriasis, la artritis reumatoide y la espondilitis anquilosante, entre otras. “Una vez que comprendamos mejor el desarrollo de las células Th17 patogénicas seremos capaces de regular su función”, apunta Vijay Kuchroo, autor principal de uno de los estudios y profesor de neurología de la Harvard Medical School.

Ensayos en células de ratón
Los ensayos, realizados en cultivos celulares de ratón, han permitido a los autores establecer por primera vez una relación entre inmunidad y consumo de sal, poniendo de relieve la interacción de la genética y los factores ambientales en la susceptibilidad a la enfermedad.

Entre las presuntas causas de este fenómeno se encuentran los cambios dietéticos y en los hábitos de vida de los países enriquecidos, donde se consumen con frecuencia alimentos procesados y comida rápida con gran contenido de sal.

“Nuestro objetivo ha sido entender cómo el cuerpo obtiene el tipo y cantidad correcta de células inmunes, y cómo esas células se mantienen en el nivel de actividad adecuado para que no sean ni poco ni demasiado activas”, subraya Aviv Regev, científico del Instituto Broad y autor de otro de los trabajos.

La sal no es la única culpable
Los investigadores observaron en cultivos celulares que el aumento del cloruro de sodio –la sal de mesa– puede conducir a una inducción drástica de las células Th17.

“En presencia de concentraciones elevadas de sal este aumento puede ser diez veces mayor que en condiciones normales”, explican Markus Kleinewietfeld y Dominik Müller, autores del tercer trabajo. “Bajo las nuevas condiciones de alta salinidad, las células se someten a cambios que aumentan su agresividad”.

Sin embargo, la sal no es el único motivo. “Sospechamos que causas ambientales, como infecciones, tabaco y falta de vitamina D o luz solar desempeñan un papel importante. La sal puede ser un factor más relacionado con el desarrollo de la inmunidad”, señala Kuchroo. Asimismo, Regev insinúa también que “es prematuro decir que no se debe tomar sal porque esto puede provocar una enfermedad autoinmune. Se trata de una hipótesis interesante pero debe ser probada con estudios epidemiológicos en humanos”.

Por su parte, Kleinewietfeld subraya que “el desarrollo de enfermedades autoinmunes es un proceso muy complejo que depende de muchos factores genéticos y ambientales. Por eso, solo los estudios en condiciones menos extremas pueden mostrar hasta qué punto el aumento del consumo de sal contribuye al desarrollo de enfermedades autoinmunes”.

Un equilibrio perfecto
Desde hace años los especialistas han observado en los países occidentales un aumento en la incidencia de las enfermedades autoinmunes, causadas porque el sistema inmunitario ataca las células del propio organismo.

El sistema inmunológico humano posee un delicado equilibrio. Mientras una baja actividad deja a la persona vulnerable a los patógenos, el exceso de actividad convierte al sistema inmunitario en el agresor y ataca distintas partes del cuerpo en vez de protegerlo.

Salchichas, hamburguesas, chistorra o butifarra se ponen a dieta y reducirán la sal y las grasas

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) y la Asociación de Fabricantes y Comercializadores de Aditivos y Complementos Alimentarios (AFCA) han firmado un convenio para la reducción del contenido de sal y grasa en los productos de carnicería-charcutería. Se trata de una respuesta innovadora frente a la evidencia científica que avala la relación del consumo excesivo de estos dos nutrientes con la morbilidad y mortalidad por enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas. El objetivo es que, en el plazo de 2 años, los comercios minoristas de elaboración y venta de productos como salchichas, butifarras, chistorras, morcillas o hamburguesass puedan ofrecerlos con un 10 % menos de sal y un 5 % menos de grasa.

El Convenio que hoy se firma, se enmarca en las recomendaciones de reducción de nutrientes seleccionados que se impulsan desde la Unión Europea y OMS y establece unos objetivos de reducción del 10 % del contenido medio de sal y del 5 % del contenido medio de grasas en los productos de carnicería y charcutería, a partir de los niveles actuales y en un plazo de 2 años.

Este acuerdo es un modelo de “buena práctica” y supone una alianza público- privada, entre la AESAN-cEDECARNE-aFCA, que en definitiva, redundará en ofrecer a los consumidores una oferta más variada de estos productos artesanales que con diferente composición en sal y grasa cubren las necesidades de todos.

El documento refleja otras medidas complementarias como el compromiso de Formación por parte de los profesionales asociados a CEDECARNE Y AFCA sobre los beneficios de utilizar menos sal y grasas en sus productos y de Impulso de campañas de información o sensibilización a los consumidores y clientes sobre los objetivos de reducción y sus beneficios.

Este Convenio supone una contribución de impulso a la investigación e innovación buscando alternativas de alimentos con perfiles nutricionales más saludables y cumplirá, con garantías sanitarias (calidad nutricional y de seguridad) y organolépticas, la demanda de los consumidores, al realizar una oferta alternativa, diferente y saludable de productos de elaboración tradicional que contribuirá a un beneficio para la salud de la población.

Estudio sobre embutidos
En el año 2011, la AESAN y CEDECARNE promovieron un estudio con la Universidad de Barcelona, financiado por la AESAN, para evaluar las posibilidades de reducción del contenido de sal y grasas en diversos productos de carnicería- charcutería de elaboración típica artesanal. Este estudio puso de manifiesto que era posible conseguir unos niveles de reducción de estos nutrientes adecuados para satisfacer la demanda de ciertos consumidores atraídos por productos con perfil nutricional más saludable.

Al realizar el estudio se evaluaron formulas de los embutidos con distintas reducciones de sal y grasas y se vió que se podían alcanzar disminuciones en estos dos nutrientes, de forma progresiva y paulatina, sin afectar ni la seguridad ni la aceptabilidad de los consumidores. Posibilitando, así, la oferta a los consumidores de estos productos nuevos que mantienen los rasgos del producto tradicional, la seguridad necesaria, y un adecuado sabor.

Contenido medio de sodio y grasa en los productos de carnicería y charcutería. Noviembre de 2011

Producto

Grasa (%)

Sodio (g/kg)

Salchicha de cerdo

12,63

7,46

Hamburguesa de cerdo

15,96

7,23

Hamburguesa de cerdo y ternera

10,91

7,14

Hamburguesa de ternera

18,68

7,48

Embutido de sangre

30,79

8,88

Butifarra blanca

22,66

7,52

Chistorra

36,63

8,54