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Los mitos del cine sobre el Titanic

Los mitos del cine sobre el Titanic
NOTICIA de Javi Navarro
14.04.2012 - 18:16h    Actualizado 06.03.2023 - 15:18h

Hace más de cien años, el Titanic chocó contra un iceberg a toda velocidad. Dos horas y medio más tarde, a las 2:20 horas de un 15 de abril de 1912, se hundió hasta el fondo del Atlántico y en el naufragio murieron más de 1.500 hombres, mujeres y niños. El trágico hundimiento del Titanic, y sus últimas horas, han servido de material para inspirar una serie de películas, documentales y teorías conspiratorias. Pero, ¿qué hay de realidad y qué hay de mito en el hundimiento?


Tal vez la reedición de la cinta de James Cameron de 1997 en 3D nos deba hacer recordar que lo que mucha gente sabe de los acontecimientos de 14 de abril de 1912 no proviene de un hecho histórico, sino de una pantalla de cine que ha creado a su alrededor una serie de mitos y leyendas.

Insumergible

Contrario a la interpretación popular, la empresa White Star Line nunca hizo una declaración contundente de que el Titanic fuera insumergible. En realidad, nadie habló de la insumergibilidad del barco hasta después del evento, sostiene Mikael Elinder, investigador de la Universidad de Uppsala.

Hundimiento del Titanic.

Aunque el hundimiento apareció mucho en los noticieros del cine mudo de la época, había muy poco material de archivo de la propia nave. Esto, porque el Titanic no fue una gran noticia antes de hundirse. Su buque gemelo, el Olympic le robó protagonismo en su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York en 1911. Tenía el mismo capitán que el Titanic, recorrió el mismo camino, tenían las mismas instalaciones de seguridad y el mismo número de botes salvavidas, o los mismos faltantes.

La última canción de la orquesta

La leyenda dice que los músicos permanecieron en cubierta, en un intento de mantener en alto la moral de los pasajeros y que la última melodía fue el himno “Más cerca, mi Dios, a ti”. Ninguno de ellos sobrevivió y se convirtieron en héroes.

Otro investigador del acontecimiento, Simon McCallum, dice que los testimonios relatan que la banda tocó en la cubierta, pero hay un debate acerca de cuál fue la canción final ya que el pasajero que recordó el himno final fue lo suficientemente afortunado para salir mucho tiempo antes de que el barco se hundiera. En realidad, dice McCallum, nunca sabremos si los siete músicos murieron, por tanto es otra licencia poética.

La muerte del capitán

Poco se sabe sobre las últimas horas del capitán Smith, pero también se le recuerda como un héroe, a pesar de aparentemente no haber atendido las advertencias de hielo y no frenar la nave cuando se le informó que había hielo directamente en su camino.

Paul Louden-Brown, de la Sociedad Histórica del Titanic y que trabajó como consultor en la película de James Cameron, ha manifestado al respecto que el capitán sabía cuántos pasajeros había en el barco y el número de espacios en los botes salvavidas y permitió que salieran parcialmente llenos.

Se dice que el primer bote salvavidas que se alejó del Titanic, con una capacidad de 65 personas, contenía tan sólo 27 personas. Muchos de los botes salvavidas se fueron medio vacíos y no regresaron a recoger a los supervivientes.

El capitán Smith no emitió una orden general de “abandonar el barco”, dice Louden-Brown, lo que significa que muchos pasajeros no se dieron cuenta de que el Titanic estaba en peligro inminente. No había ningún plan para una evacuación ordenada, ni se hicieron simulacros de emergencia con antelación. Con respecto a su persona, afirma, Smith parece haberse desvanecido en el éter.

El empresario malvado

Las historias que rodean a J. Bruce Ismay, el presidente de la compañía que construyó el Titanic, son muchas pero casi todos se centran en las denuncias acerca de su supuesta cobardía al escapar del barco que se hunde, mientras que los demás pasajeros, especialmente mujeres y niños, fueron abandonados a su suerte.

Sin embargo, Lord Mersey, que dirigió el Informe de Investigación Británica de 1912 sobre el hundimiento, llegó a la conclusión de que Ismay había ayudado a muchos otros pasajeros antes de encontrar un lugar para sí mismo en el último bote salvavidas que salió del lado de estribor.

Ismay nunca superó la vergüenza de saltar a un bote salvavidas y se retiró de la White Star Line en 1913, asegura Louden-brown.

Los pasajeros de tercera

Una de las escenas más emotivas de la película Titanic de Cameron retrata a los pasajeros de tercera clase retenidos bajo cubierta contra su voluntad, sin que se les permitiese llegar a los botes salvavidas. Richard Howells, del King College de Londres, argumenta que no existe ninguna evidencia histórica para apoyar esto.

Existían rejas que separaban a los pasajeros de tercera clase de los demás pasajeros, pero esto no era en previsión de un naufragio, sino en el cumplimiento con las leyes de inmigración de Estados Unidos y la temida propagación de enfermedades infecciosas, dice el investigador.

En virtud de la legislación vigente de inmigración estadounidense, los inmigrantes tenían que ser mantenidos por separado de manera que antes de que el Titanic atracara en Manhattan, se hubiera detenido en la isla de Ellis en donde los inmigrantes fueran sometidos a controles sanitarios y al proceso de inmigración”, dice Howell.

Cada clase tenía acceso a su propia cubierta y a botes salvavidas asignados, aunque un factor crucial es que en la sección misma de tercera clase del barco no fueron almacenados botes salvavidas.

El informe reveló que el Titanic estaba en conformidad con la ley de inmigración estadounidense en vigor en el momento -y que las acusaciones de que los pasajeros de tercera clase fueron encerrados bajo cubierta eran falsas.

Ningún pasajero de tercera clase ofreció testimonio en la investigación británica, pero estuvieron representados por un abogado, WD Harbinson, que llegó a la conclusión de que: “No se dió ninguna evidencia en el curso de este caso para fundamentar una acusación de que se realizara algún intento para contener a los pasajeros de tercera clase”. Sin embargo, menos de un tercio de los pasajeros de tercera clase sobrevivió.

¿Mujeres y niños primero?

¿Se da siempre prioridad a niños y mujeres en la vida real cuando ocurre una desgracia? Un equipo de científicos suecos afirma que una de esas creencias ampliamente extendidas sobre los desastres marítimos, la que afirma que mujeres y niños son siempre los primeros en salvarse, fue un fenómeno exclusivo del Titanic.

La evacuación del Titanic fue excepcional pero ha dado origen al mito duradero de que en los desastres se salvará primero a mujeres y niños».

Cuando el Titanic chocó con un iceberg en el Atlántico Norte durante su viaje inaugural desde Southampton, Reino Unido, a Nueva York, Estados Unidos, el 15 de abril de 1912, el capitán ordenó a los hombres que se quedasen atrás y dieran prioridad de embarque en los botes salvavidas a mujeres y niños. También mandó disparar a cualquier hombre que desobedeciera estas órdenes. El resultado fue que el 70 % de las mujeres y los niños se salvaron, por sólo el 20 % de los hombres, por lo que la evacuación del Titanic quedó en los libros de historia como el principal ejemplo de caballerosidad en el mar.

Pero parece ser que el Titanic ha sido una excepción a la regla, según muestran los descubrimientos de dos investigadores de la Universidad de Uppsala, Mikael Elinder y Oscar Erixon.

Mikael Elinder comenta:«Se espera que la tripulación rescate a los pasajeros, pero nuestros resultados muestran que los capitanes y la tripulación tienen más posibilidades de sobrevivir que los pasajeros. También hemos descubierto que las mujeres y los niños tienen más probabilidades de morir que los hombres. Parece que es más bien un caso de “sálvese quien pueda”.

Los investigadores analizaron una base de datos que contiene información sobre los pasajeros y la tripulación de dieciocho de los naufragios más notables ocurridos entre 1852 y 2011, y descubrieron que en la mayoría de las situaciones de desastre marítimo, el índice de supervivencia de las mujeres era sustancialmente inferior al de los hombres. Los niños eran los que tenían los índices de supervivencia más bajos, mientras que los índices más altos correspondían a capitanes y tripulación.

Su estudio es uno de los análisis de patrones de supervivencia en desastres marítimos más amplios que se hayan realizado, habiendo utilizado información sobre la suerte de más de 15 000 personas. Los estudios anteriores solo habían contemplado el Titanic y el RMS Lusitania, que encalló frente a las costas de Irlanda en 1915.

Sin embargo, a pesar de que el Titanic sea una excepción y el «sálvese quien pueda» sea una forma más adecuada de describir el pánico típico que se produce durante un desastre marítimo, la creencia de que en una situación de desastre se salvará primero a mujeres y niños sigue prevaleciendo en la conciencia colectiva.

Órdenes del capitán
Los científicos descubrieron que en los barcos en los que el capitán dio la orden de «mujeres y niños primero», fue menor la diferencia entre los índices de supervivencia de hombres y mujeres. Sin embargo, la supervivencia de las mujeres solo fue mayor cuando esta orden se reforzó con la amenaza de violencia.

El equipo sugiere que el caso del Titanic fue tan diferente a causa de la severidad de las órdenes del capitán. Por consiguiente, el estudio resalta la importancia del papel de los líderes en los desastres. Los investigadores dicen que sigue siendo inusual que un capitán dé una orden al estilo de la del Titanic y que es más común que el capitán se limite a abandonar el barco y se salve antes que los pasajeros.

Mikael Elinder añade: «Aunque los desastres marítimos son sucesos trágicos, pueden contribuir a que comprendamos la forma en que la gente se comporta bajo una tensión extrema y cuando es cuestión de vida o muerte. Así pues, la conducta del capitán en el reciente y ampliamente comentado encallamiento del Costa Concordia no es una excepción sino algo bastante común en los desastres marítimos».