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¿Lo que ha pasado en Japón con las centrales nucleares puede pasar en España?

¿Lo que ha pasado en Japón con las centrales nucleares puede pasar en España?
NOTICIA de Javi Navarro
18.03.2011 - 19:15h    Actualizado 22.03.2023 - 17:00h

A continuación recogemos las preguntas y respuestas que todo el mundo se está haciendo tras comprobar la magnitud del desastre nuclear en Japón. Este cuestionario ha sido contestado por fuentes oficiales del Gobierno español y recoge las respuestas a preguntas como los riesgos que pueden producirse en España o de la seguridad de las centrales nucleares en España, asi como de los peligros de la radioactividad.

Fukushima, ¿en España?

Lo que ha pasado en Japón, ¿puede pasar en España? Es decir, que haya un terremoto, un tsunami y, como consecuencia un problema grave en alguna central nuclear.

Afortunadamente, España no esta situada en una zona de fuerte actividad sísmica como le sucede a Japón. En Japón son muy frecuentes los terremotos y de una alta intensidad. En España, el riesgo sísmico es mucho menor y es bastante improbable que pueda producirse un tsunami.

Pero es que, además, las centrales nucleares en España están situadas en el interior -con la única excepción de Vandellós 2- y, por lo tanto, no son susceptibles de que les afecte un tsunami.

Tampoco el caso de Vandellós 2 -en la costa mediterránea- tendría riesgo alguno de ser afectada por los potenciales tsunamis que pudieran producirse en el Mediterráneo, dada su ubicación respecto al nivel del mar.

Por todo ello, es altamente improbable que en España pudiera darse una confluencia de hechos como la que se ha producido en Japón. Desde ese punto de vista, podemos estar tranquilos.

Si en Japón, que es un país muy preparado para soportar terremotos y que utiliza tecnología punta en sus centrales nucleares, se ha producido un problema de tanta gravedad ¿Qué garantía hay de que no pueda producirse en las centrales que hay en España?

Como se ha dicho, la situación geográfica de España y Japón son muy distintas y, en este caso, la diferencia juega a favor de España.

Las centrales nucleares que hay en España están diseñadas para reducir al mínimo la probabilidad de que ocurran accidentes que puedan afectar a la población y al medio ambiente.

No obstante, existen unos Planes de Emergencia, todos ellos publicados en el BOE, para poder hacer frente a la situación, en caso de incidentes o accidentes. El objetivo de esos planes es controlar el accidente, volviendo la planta a situación segura y proteger a la población y al medio ambiente de los vertidos radiactivos que se pudieran producir.

Además, tras ver lo que está sucediendo en Japón, todos los países de la UE y, entre ellos España, van a revisar los sistemas de seguridad de sus centrales nucleares, para reforzar -si fuera necesario- las garantías que ya tienen.

¿Qué papel juega la meteorología en la dispersión de la radiactividad?

El viento dispersa la nube radiactiva. La dirección y velocidad del viento influyen en la distancia que la nube recorra, pero a su vez, a mayor distancia recorrida, mayor disolución de las partículas radiactivas y, por lo tanto, menor impacto radiactivo.

La lluvia acelera el proceso de deposición de las partículas radiactivas en el suelo, lo que reduciría la dispersión de las mismas.

¿Podría formarse en Japón una nube radiactiva que llegase a España?

No. Japón está a más de 12.000 Km. de España.

Además, la historia está ahí, como ejemplo. Cayeron 2 bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki y no llegó ninguna nube radiactiva a España.

Las personas que vuelvan ahora a España desde Japón ¿tendrán que estar aislados por el riesgo de radiactividad o podrán irse a su casa?

El Ministerio de Sanidad y el Consejo de Seguridad Nuclear han elaborado un protocolo para vigilancia de las personas que lleguen de Japón. Para cada caso individual se adoptarán las medidas pertinentes. En principio, cabe esperar que todas esas personas puedan irse a su casa porque, según los datos disponibles, ningún español habría resultado severamente contaminado en el entorno de la central japonesa.

¿Se puede contagiar la radiactividad?

No. No se contagia. De hecho, todos los seres humanos estamos expuestos a unos pequeños niveles de radiación natural a diario. Hay materiales radiactivos naturales en el suelo, en el agua y en el aire. También recibimos radiación de fuentes artificiales cuando, por ejemplo, nos hacemos una radiografía.

Por tanto, sólo se pueden producir efectos negativos para la salud en aquellas personas que hayan tenido una exposición directa a cantidades significativas de radiación mayor de lo natural.

Las tres posibles formas de exposición son:

La exposición interna. Supone que material radiactivo entra al cuerpo por medio de la respiración, el consumo de alimentos o de bebidas.

La exposición externa directa que se refiere a la exposición a una fuente radiactiva que se encuentra fuera del cuerpo.

La contaminación (exposición externa indirecta), es decir, a través del contacto con un objeto o fuente que ha recibido radiación. Habitualmente esta contaminación puede ser eliminada del cuerpo de forma sencilla (por ejemplo, mediante una ducha).

¿En qué niveles de exposición es mortal la radiactividad?

La unidad que mide la radiación se llama miliSievert y un efecto como la muerte sólo cabe que se produzca en dosis de miles de miliSievert (superiores a 5.000).

Para hacerse una idea, basta poner como ejemplo que la exposición a radiación en una radiografía dental es 0,005 miliSievert.

¿Qué síntomas permiten saber si se tiene o no?

Si la dosis de radiación supera un determinado umbral, puede producir efectos como enrojecimiento de la piel y, por dosis muy elevadas, caída del cabello, quemaduras por radiación e incluso llegar a producirse el denominado Síndrome de Radiación Aguda.

En un accidente en una central nuclear, no es probable que la población general se exponga a dosis suficientemente altas como para causar estos efectos. Quienes sí pueden estar expuestos a dosis altas son el personal de respuesta de primera línea y los trabajadores de la central nuclear, aunque van dotados con los trajes de protección adecuados y se controla constantemente las dosis a las que están expuestos.

¿Qué efectos puede causar la radiactividad en un ser humano?

Puede aumentar el riesgo de cáncer. Según la experiencia de los supervivientes de la bomba atómica japonesa, el riesgo de leucemia aumentó pocos años después de la exposición a la radiación, mientras que el riesgo de otros tipos de cáncer aumentó más de 10 años después de la exposición.

En situaciones de emergencia nuclear puede liberarse yodo radiactivo que, si se inhala o ingiere, aumenta el riesgo de cáncer de tiroides.

¿Pueden transmitir algún tipo de enfermedad quienes vengan ahora de Japón, aunque su nivel de exposición a la radiactividad haya sido pequeño?

NO. La radiactividad no da lugar a enfermedades transmisibles
¿Para qué sirve el yoduro potásico?

Ayuda a evitar la absorción del yodo radiactivo emitido en un accidente nuclear y permite reducir el riesgo de cáncer de tiroides entre las personas que puedan quedar expuestas a esa emisión.

¿Tiene España una reserva de tabletas de yodo para situaciones de emergencia nuclear?

Sí. En España existe una reserva de yoduro potásico, como dotación de los Planes de Emergencia Nuclear.

¿Cuántas tabletas de yodo hay almacenadas y disponibles?

La disponibilidad de pastillas es actualmente de 862.339 cápsulas para adultos y 17.480 dosis infantiles. De ellas 112.479 cápsulas y 2.280 dosis infantiles están en stock en la Dirección General de Protección Civil y Emergencias y el resto distribuidas en las áreas del entorno de las centrales nucleares.

En vista de lo que está pasando ¿se va a adoptar algún tipo de medida preventiva para la población cercana a centrales nucleares en España?

No está previsto. Las centrales españolas se encuentran en situación operativa normal. No existe ninguna circunstancia que precise de medidas preventivas adicionales a las ya incluidas en los Planes de Emergencia exterior vigentes, que están muy actualizados y se consideran suficientes.

¿Existe riesgo de que España u otros países de Europa importen productos de Japón que estén contaminados?

No. El control de alimentos y agua es una de las primeras medidas de los protocolos internacionales de actuación, tanto para la exportación como para el consumo.

Si otros países, como Francia, están recomendando a sus compatriotas que abandonen Japón ¿Por qué España no lo hace?

La Ministra de Asuntos Exteriores ya ha anunciado que España va a poner a disposición de los españoles que están en Japón y quieran salir del país los medios necesarios para que puedan hacerlo.

¿Está preparando el Ministerio de Sanidad algún dispositivo especial?

El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad participa en el Grupo de seguimiento de la situación en Japón y trabaja de forma coordinada con las comunidades autónomas y con los organismos sanitarios internacionales.

Seguridad nuclear. Respuestas a los interrogantes generados tras el terremoto de Japón

El Foro Nuclear, la patronal de las centrales nucleares españolas, está tratando de dar respuesta a todos los interrogantes que están surgiendo tras la catástrofe de Japón. Algunas de sus respuestas son: “Es prematuro extraer conclusiones de la tragedia ocurrida con el terremoto de Japón y el tsunami que se ha desencadenado hasta que no se disponga de una información completa y bien estructurada”. También afirman que “a pesar de la magnitud del terremoto producido, la integridad de todos los edificios de las centrales nucleares se ha mantenido intacta.

La patronal de la energía nuclear en España está respondiendo a las preguntas que en estos momentos se hace todo el mundo sobre seguridad nuclear. Algunas de sus conclusiones más interesantes, son las siguientes.

¿Se ha fundido el núcleo en alguno de los reactores de la central de Fukushima o Daiichi? ¿Ha habido algún daño al combustible?

Con las informaciones disponibles hasta el momento las unidades 1 y 3 de la central nuclear de Fukushima-daiichi han sufrido algún tipo de daño en el combustible ya que se cree que la parte superior de las vainas de combustible están al descubierto (no cubiertas con agua) durante algún período de tiempo; pero no existe ninguna prueba de una fusión parcial ni completa del núcleo en ninguna de las unidades. La información de la que se dispone indica que la configuración básica del núcleo se mantiene intacta, puesto que está circulando agua o vapor de refrigeración a través del núcleo.

¿Es la fusión del núcleo del reactor un suceso catastrófico?

No necesariamente. Los reactores nucleares se construyen con sistemas de seguridad redundantes. Incluso en el caso de que el combustible se fundiese, los sistemas de contención del reactor se han diseñado para prevenir la dispersión de radiactividad hacia el exterior.

Es importante que no se extrapole los datos de los terremotos y de los tsunamis de un país a otro, cuando se evalúan estos riesgos naturales. Estos sucesos naturales catastróficos son muy específicos de cada región y de cada país y se basan en las condiciones tectónicas y en las fallas geológicas propias de cada localización.

En las centrales nucleares españolas, las probabilidades de que un terremoto y un tsunami similares se produzcan en España son extremadamente remotas.


En todo caso, todas las centrales nucleares se construyen con los mismos estándares que en el resto de países del mundo. En los procesos de licenciamiento para la construcción de las centrales, todas ellas están calificadas desde el punto de vista sísmico y construidas de forma robusta, para resistir las condiciones más extremas, incluyendo los terremotos y los tsunamis. Todos los procedimientos de emergencia se comprueban periódicamente en todas las centrales nucleares.

¿Pueden las instalaciones nucleares españolas resistir terremotos y tsunamis del tipo de los que se han producido en Japón?
Los reactores nucleares españoles están diseñados para soportar un terremoto igual al máximo registrado de forma histórica o al máximo terremoto previsto, sin que se produzca ninguna afectación a los sistemas de seguridad. Las lecciones aprendidas de este acontecimiento deben ser revisados cuidadosamente para futuras consideraciones en la mejora de las centrales nucleares españolas.

Es importante que no se extrapole los datos de los terremotos y de los tsunamis de un país a otro, cuando se evalúan estos riesgos naturales. Estos sucesos naturales catastróficos son muy específicos de cada región y de cada país y se basan en las condiciones tectónicas y en las fallas geológicas propias de cada localización.

¿Es este accidente tan serio como el accidente TMI-2 en 1979 o como el de Chernóbil en 1986?

De acuerdo con la Escala Internacional de Sucesos Nucleares y radiactivos (INES) de la Organización Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas el suceso en la central nuclear de Fukushima-daiichi se ha clasificado en el Nivel 4, ?Accidente con consecuencias de alcance local? Esta clasificación es menor que el Nivel 5, ?Accidente con consecuencias de mayor alcance?, que se asignó al accidente de TMI-2 en Estados Unidos en 1979 y el Nivel 7, máximo en la escala, ?Accidente grave? que se asignó al accidente de la central nuclear de Chernóbil en Ucrania en 1986.

¿Son graves las emisiones de radiación en la central nuclear de Fukushima-daiichi? ¿Representan una amenaza para la salud humana? ¿Se producirá un aumento en los casos de cánceres en los próximos años?
Los venteos controlados de la contención al exterior del emplazamiento mantienen niveles de radiación que no implican medidas de protección al público.

Las actuaciones más efectivas para la protección del público ya se han tomado. En las primeras etapas de este suceso las autoridades ordenaron la evacuación de la población que vive alrededor de la central nuclear de Fukushima para prevenir o mitigar la exposición a la radiación. Las autoridades también han distribuido pastillas de yoduro potásico para proteger específicamente a la exposición a radiación de yodo que puedan producirse en el caso de fugas. Cualquier especulación a cerca de posibles efectos en la salud es prematura hasta que no se disponga de más información precisa y completa.

La lluvia fue la culpable de extender la radiactividad de la central nuclear de Fukushima

Según explica la agencia Sinc, basándose en un estudio realizado por científicos japoneses publicado en la revista PNAS, la contaminación generada por los isótopos liberados de la central nuclear y su distribución geográfica en las zonas central y oriental de Japón tuvo su origen en las lluvias que contribuyeron a transportar aerosoles y gases solubles en agua.

Un estudio dirigido por Norikazu Kinoshita, del Grupo de Espectrometría de Masas con Acelerador de la Universidad de Tsukuba (Japón) ha elaborado un análisis de espectrometría con rayos gamma a muestras superficiales de suelo de las zonas central y oriental de Japón -las más cercanas a la central de Fukushima-daiichi-, para determinar el riesgo que podría derivarse de la ingestión de cultivos expuestos a la radiación.

“Se piensa que más del 90 % de los productos de fisión de Fukushima permanecían en las muestras de suelo cuando se realizó el muestreo”, afirman los autores del artículo, que ha aparecido esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). “Si las fuentes [de radiación] se mezclaran en los primeros cinco centímetros de suelo, la dosis resultante estaría en torno a la mitad de la radiación superficial”.

El artículo explora la distribución geográfica de los isótopos radiactivos repartidos por las zonas central y oriental de Japón, tras el tsunami y posterior accidente nuclear en marzo de este año. En el momento del accidente, radioisótopos del telurio (Te129), yodo (I131) o cesio (Cs134, Cs136, y Cs137) fueron transportados en el aire y depositados en una gran extensión de terreno, potencialmente contaminando cultivos agrícolas.

Dado que los aerosoles y los gases solubles en agua son transportados por la escorrentía y depositados por el agua de lluvia en lugares distantes, los autores estudiaron los efectos en el transporte de radioisótopos provocados por dos episodios locales de lluvia -ocurridos en los días 15 y 21 de marzo.

Los resultados de la investigación revelan que la lluvia caída el 15 de marzo en la zona contribuyó a la contaminación radiactiva en la prefectura de Fukushima, con niveles registrados de radiación particularmente altos en las regiones de Iitate y Naka-dori. Por otro lado, la lluvia del 21 de marzo transportó contaminantes a Tokio y a las prefecturas de Ibaraki, Tochigi, Saitama y Chiba.

“La dosis de radiación externa debida a los radionúclidos del accidente de Fukushima se ha estimado en 10 msV en Naka-dori, 40 mSv en Iitate, 0.2 mSv en la región comprendida entre el norte de Ibaraki y el este de Saitama, y 2 mSv en las prefecturas del sur de Ibaraki y el norte de Chiba”, señala el artículo.

De acuerdo con el artículo de PNAS, estos resultados pueden contribuir a evaluar las consecuencias de la contaminación por radiación en Japón.

Así ha quedado Japón tras la explosión nuclear de Fukushima

En julio 2011, Google anunció una iniciativa para archivar digitalmente áreas del Noreste de Japón afectadas por el tsunami y el terremoto del 11 de marzo que afectó a la central nuclear de Fukushima. Hoy, a través de Street View en Google Maps, se cumple esta promesa, desde la que podrás ver imágenes panorámicas de 360 grados de esas zonas devasatadas por la explosión nuclear.

Las imágenes también se pueden ver en un sitio web especial llamado “Build the Memory” (Construye la memoria), donde puedes comparar fácilmente imágenes del antes y después de estos devastadores sucesos.

El tour virtual con Street View permite ver cómo han transformado estos desastres naturales las comunidades afectadas. Si partes del interior en dirección a la costa, verás que el idílico paisaje cambia dramáticamente y empieza a saturarse de montones de escombros y ruinas a medida que te acercas al mar. En las ciudades, donde antes se podían descubrir edificios ahora solo hay espacios vacíos.

Escombros y edificios derruidos cerca de la central nuclear de Fukushima, en Japón.

En la esquina inferior izquierda de cada imagen también verás el mes y el año en que se tomó esa fotografía en particular. Cuando mires las imágenes de las magníficas ciudades junto a las imágenes de las ruinas que quedaron en su lugar, este contexto adicional muestra lo mucho que esta tragedia cambió la vida para los que allí vivían y fueron testigos de la destrucción de sus hogares, barrios e incluso distritos enteros.

La funcionalidad temporal ha sido una de las más solicitadas para Street View en los últimos años, y ahora está disponible en las imágenes de esta herramienta de todo el mundo. Profesionales como historiadores, arquitectos, urbanistas y oficinas de turismo, además de usuarios como viajeros e incluso compradores de casas, pueden hacerse una idea de lo actuales que son las imágenes de los sitios que les interesan.

En el caso de las imágenes que se pueden ver tras el tsunami en Japón, desde Google se ha manifestado que “esperamos que este proyecto de archivado digital sea útil para investigadores y científicos que estudian los efectos de los desastres naturales. También creemos que las imágenes son una herramienta útil para todos aquellos usuarios que quieran comprender mejor el alcance de los daños”.

Ver las imágenes a nivel de calle de las áreas afectadas permite comprender la difícil situación de estas comunidades y garantiza que la memoria del desastre siga siendo relevante y tangible para futuras generaciones.

La radiactividad de Fukushima contamina las algas del mar de Japón

Greenpeace ha pedido hoy a las autoridades japonesas que lleven a cabo urgentemente análisis de radiación en las algas a lo largo de la costa de Fukushima, después de que los resultados iniciales de los controles de radiación en este material, recientemente llevados a cabo por la organización ecologista en la zona, mostrasen niveles de contaminación muy por encima de los niveles permitidos.

Los análisis iniciales de 22 muestras de algas recolectadas por Greenpeace a lo largo de la costa, al norte y al sur de la central nuclear accidentada de Fukushima Daiichi, y hasta 65 kilómetros mar adentro, con la ayuda del barco insignica de la organización Rainbow Warrior, detectaron niveles de contaminación por radiación significativamente altos. Diez muestras tenían niveles por encima de 10.000 bequerelios por kilogramo (Bq/kg), cuando el límite de seguridad oficial en algas está en 2.000 Bq/kg de yodo-131 y 500 Bq/kg de cesio-137.

“A partir del 20 de mayo los pescadores de la zona comenzarán a recolectar algas para el consumo humano y nuestra investigación muestra un alto riesgo de que estén altamente contaminadas por radiactividad”, ha declarado Ike Teuling, experta en protección radiológica de Greenpeace. “Como muestran tanto los análisis de sedimentos marinos realizados por la propia TEPCO como los resultados preliminares de nuestro estudio, la contaminación por radiación se está acumulando en el ecosistema marino, que aporta a Japón el 25 % de su dieta procedente del mar. A pesar de ello, las autoridades están todavía haciendo muy poco para proteger la salud pública”.

“Para las comunidades costeras que están intentando reconstruir sus vidas y volver al trabajo después del terremoto y del tsunami del 11 de marzo, la contaminación de los alimentos procedentes del mar está agravando esta tragedia que aún no ha terminado”, ha declarado Wakao Hanaoka, responsable de la campaña Océanos de Greenpeace en Japón. “Es crucial que el Gobierno nipón lleve a cabo de forma inmediata un estudio de la contaminación de las algas en la costa de Fukushima para proteger la salud y garantizar la seguridad de pescadores y consumidores, y que se compense íntegramente a las comunidades afectadas por este desastre nuclear”.

Greenpeace se encuentra ahora realizando un análisis detallado de pescado, agua marina y algas recogidas a 12 millas de la costa, fuera de aguas territoriales japonesas, así como muestras de pescado, marisco y algas obtenidas en la costa de Fukushima. Una selección de las muestras ha sido enviada a laboratorios independientes para su análisis en mayor detalle y se espera que los resultados finales sean publicados la próxima semana.

TEPCO reconoce la fusión del núcleo del reactor 1

Respecto al reconocimiento por parte de TEPCO de la fusión del núcleo del reactor número 1 de la central nuclear de Fukushima, el director de la campaña de Energía Nuclear de Greenpeace Internacional, Jan Beranek, ha declarado: “Las lecturas anteriores de temperatura, presión y nivel de agua del reactor número 1 llevaron a las autoridades a asumir que los reactores 1, 2 y 3 se estaban estabilizando. Lo que ahora vemos es que al menos algunas lecturas del nivel del agua eran completamente erróneas. Dado que las barras de combustible nuclear estuvieron completamente expuestas y por tanto se fundieron, es altamente probable que la integridad del núcleo esté comprometida y que haya una gran cantidad de combustible fundido en la parte inferior de la vasija del reactor”.

“La situación es claramente mucho más seria de lo que previamente habían informado las autoridades japonesas, y podría agravarse rápidamente si esa especie de lava se funde a través de la pared de la vasija, saliendo a su exterior” añadió Beránek. “Este es un nuevo recordatorio de que la tecnología nuclear es intrínsecamente peligrosa y que no hay forma alguna de limitar la escala del daño cuando una crisis nuclear como la de Fukushima ocurre”.

Greenpeace pide que se abandonen todos los planes de construir nuevas centrales nucleares, que se cierren de forma progresiva pero urgente y se desmantelen todos los reactores actualmente en funcionamiento, y que se invierta masivamente en eficiencia energética y en tecnologías de energías renovables para alejarnos cuanto antes del peligroso, sucio y obsoleto actual sistema de generación de energía.

Japón impide a Greenpeace investigar la contaminación radiactiva de Fukushima

El Gobierno japonés ha denegado a Greenpeace el permiso para llevar a cabo una investigación independiente de la contaminación radiactiva procedente del accidente nuclear de Fukushima en las aguas territoriales japonesas (12 millas). En su lugar, el Gobierno nipón ha aprobado solamente un programa mucho más limitado en aguas más alejadas.

El Rainbow Warrior, buque insignia de la organización ecologista, ha llegado hoy a Tokio, en su ruta hacia la central nuclear de Fukushima. Greenpeace presentó al Ministerio de Alimentación y Agricultura de Japón un detallado plan de investigación en el que se incluye la realización de análisis complementarios a los que realiza el Gobierno japonés. Aunque las autoridades niponas han concedido permiso para la toma de muestras de agua del mar, sedimentos y seres vivos marinos, la investigación más importante dentro de la zona de las 12 millas de aguas territoriales ha sido bloqueada.

El Rainbow Warrior necesita atracar por un corto periodo de tiempo en Tokio para hacer reparar su brújula de giroscopio, para después proseguir su rumbo hacia la costa de Fukushima.

Es muy importante que se conceda a Greenpeace permiso para analizar seres vivos marinos y para llevar a cabo la monitorización en las áreas costeras más expuestas a la contaminación radiactiva del agua del mar provocada por el accidente nuclear de Fukushima”, ha manifestado Junichi Sato, director Ejecutivo de Greenpeace Japón. “Para que la gente pueda proteger su salud y sus propiedades es necesario proporcionarles información independiente y transparente”, ha añadido Sato.

Con ese propósito de transparencia e independencia informativa Greenpeace ha llevado a cabo ya investigaciones en tierra en las zonas afectadas por la contaminación radiactiva de Fukushima y ha publicado todos sus resultados, que han sido muy apreciados por el público general y por las autoridades locales que las han recibido. No obstante, es necesario analizar la contaminación en el mar y en los seres vivos marinos para tener una visión más completa de las consecuencias del accidente nuclear de Fukushima.

“Es fundamental realizar una exhaustiva investigación independiente del medio ambiente marino porque es ahí donde reside la base alimenticia del pueblo japonés”, ha declarado Ike Teuling, experta en radiación nuclear de Greenpeace, a bordo del Rainbow Warrior. “Hace dos meses desde que se iniciara el accidente nuclear de Fukushima y todavía no hay suficiente información pública sobre lo que está pasando ni se han puesto en marcha las suficientes medidas de protección para proteger la salud de la población”.

“Hemos estado trabajando en estrecha colaboración con las autoridades, y al tiempo que agradecemos su reconocimiento a nuestras labores de investigación, valoramos que parte de la respuesta del Gobierno a la crisis nuclear de Fukushima no es suficiente, el Gobierno debe ir más allá”, ha añadido Sato. “El Gobierno japonés debe revisar con urgencia su decisión y aprobar la propuesta de Greenpeace de analizar las zonas más próximas a la costa, para que así podamos llevar a cabo esta crucial investigación independiente”.

La radiación es peligrosa para mujeres y niños a 40 kilómetros de Fukushima

Según los primeros datos del equipo de expertos en radiación de Greenpeace desplazados a Japón, las dosis de radiación media en las cercanía de la central ponen especialmente en peligro a niños y embarazadas, por lo que la ONG señala de la necesidad de ampliar el área de evacuación alrededor de la planta atómica.

El equipo de expertos en protección radiológica de Greenpeace en Japón ha confirmado niveles de radiación de hasta 10 microsieverts por hora en el pueblo de Iitate, a 40 kilómetros al noroeste de la central de Fukushima y a 20 km fuera de la zona de evacuación. Greenpeace señala que estos niveles son demasiado altos para que la población permanezca en la zona y pide al Gobierno japonés que amplíe el radio del área de evacuación.

“Las autoridades japonesas son totalmente conscientes de que altos niveles de radiación provenientes de Fukushima se han dispersado más allá de la zona oficial de evacuación, pero no están actuando para proteger a las personas o mantenerlas informadas sobre los riesgos para su salud”, ha afirmado el experto en protección radiológica de Greenpeace, Jan van de Putte.

“Es claramente peligroso para los habitantes de Iitate estar allí, especialmente para los niños y las mujeres embarazadas. Permanecer en esa zona puede suponer recibir en tan solo unos pocos días la dosis máxima de radiación anual permitida. Si a esto le sumamos la contaminación por la posible ingestión o inhalación de partículas radiactivas, los riesgos son incluso mayores”, ha añadido van de Putte.

Greenpeace considera que las autoridades japonesas deben dejar de priorizar la política por encima de la ciencia y establecer zonas de evacuación alrededor de la central nuclear de Fukushima que reflejen los niveles de radiación que son medidos en el medio ambiente.

“Además de empezar a decir la verdad sobre los verdaderos peligros de la energía nuclear, la decisión más inteligente que deberían adoptar Japón y el resto de países alrededor del mundo, es invertir fuertemente en eficiencia energética y redoblar sus esfuerzos para aprovechar las fuentes de energía renovable que son limpias y seguras”, ha concluido van de Putte.

Atunes rojos llevan consigo sustancias radiactivas desde Japón a las costas de California

Los atunes rojos podrían haber transportado isótopos radiactivos originados en el accidente nuclear de Fukushima desde Japón a la costa de San Diego en California (EE. UU.). Esta es la conclusión de un estudio publicado en la revista PNAS y llevada a cabo por científicos de la Universidad de Stanford (EE. UU.), que han detectado presencia de isótopos radiactivos en ejemplares de túnidos que habrían migrado desde Japón a California tras el accidente de Fukushima. Aunque los niveles no son perjudiciales para la salud humana, los expertos opinan que se deberían estudiar más especies migratorias.

“El atún rojo es un pez migratorio que a lo largo de su vida habita en distintas zonas del Pacífico Norte -explican los expertos-. Los ejemplares maduran en las aguas niponas del oeste del Pacífico y la mayoría migran hacia el este por la corriente oceánica de California al año o dos de vida”.

“Los niveles encontrados no son preocupantes”, enfatizan los científicos. Las cantidades detectadas en los atunes son un orden de magnitud inferior al límite de seguridad por el que se rige Japón. “Además, las concentraciones son más pequeñas que las de otros isótopos que se encuentran de manera natural en el pescado, como potasio-40”.

Los investigadores obtuvieron muestras de 15 ejemplares de atún rojo (Thunnus orientalis) en agosto de 2011 y detectaron la presencia de iones de cesio (137Cs y 134Cs). “En las mediciones que habíamos hecho previas al accidente nuclear detectamos cantidades insignificantes de 134Cs y ni rastro de 137Cs”, afirman los autores. Como los científicos conocen el patrón de migración de este pez, afirman que los ejemplares de un año o dos pescados en California en agosto de 2011 debían provenir de las aguas japonesas.

“Otras especies migratorias como tortugas, tiburones y aves marinas también podrían haber asimilado iones radioactivos y transportarlos en sus tejidos a otras zonas del Pacífico Norte y Sur”, especulan los científicos. Aunque el contenido de iones depende de factores como la estrategia de alimentación y el momento de migración, los autores creen que deberían ser objeto de estudio.

El desastre atómico de Fukushima es ya tan grave como el de Chernóbil

El aumento de la peligrosidad del vertido radiactivo en la central nuclear de Fukushima ha obligado a las autoridades japonesas a elevar el nivel de alerta nuclear al nivel siete, el más alto visto desde Chernóbil. Este hecho ha sido denunaciado por Greenpeace a través de su responsable en energía Carlos Bravo, que ha hecho hincapié en la peligrosidad de los reactores de diseño occidental, a los que considera igual de inseguros que los de la época comunista.

A través de su página web, la ONG Greenpeace ha lanzaso un artículo en el que denuncian los peligros de la energía atómica. Así, el Gobierno japonés acaba de dar nuevamente su brazo a torcer y, a la luz de evidencias ya incontestables, ha tenido que reconocer que el accidente nuclear de Fukushima es aún más grave de lo que afirmaba y por ello ha elevado la clasificación del accidente en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES) de nivel 5 a nivel 7, como el de Chernóbil.

Con esta decisión cae por los suelos otro tópico de la industria nuclear, el que un accidente de nivel 7 no podría darse en reactores de diseño occidental. Para el lobby nuclear, la culpa de la catástrofe de Chernóbil de 1986 era del sistema comunista y de sus inseguros reactores, pero eso nunca podría pasar en nuestro bien organizado mundo nuclear occidental. Ya se ve que también eso era una burda mentira.

De hecho, el accidente de nivel 7 (INES 7) de Fukushima demuestra claramente que los actuales estándares de seguridad en el mundo occidental son absolutamente inadecuados. Es obvio que este accidente va a tener enormes consecuencias negativas para la industria nuclear a escala mundial. A la vista de estos hechos, el Gobierno socialista de Zapatero haría bien en cerrar inmediatamente las centrales nucleares de Garoña y Cofrentes, que son reactores de agua en ebullición General Electric del mismo diseño que las siniestradas en Fukushima.

La primera clasificación del accidente por parte de las autoridades japonesas (la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial, NISA) fue de INES 4, esto es “accidente con consecuencias de alcance local”, clasificación que no se creyó nadie (salvo los representantes del lobby nuclear, o eso decían). De hecho, ni las agencia de seguridad nuclear de Francia ni la Nuclear Regulatory Commission (NRC) de Estados Unidos (los organismos homólogos al Consejo de Seguridad Nuclear español) avalaron dicha clasificación, dejando claro desde el primer momento que ese accidente era de mayor gravedad que el ocurrido en la central nuclear de Three Mile Island (Harrisburg, EE. UU., 1979) de nivel 5 en la INES.

Quizá por eso, días después, NISA rectificó y lo recalificó a INES 5 “accidente con consecuencia de mayor alcance”. Transcurrido ya un mes de descontrol nuclear, ni siquiera para las autoridades japonesas ha resultado posible ocultar lo que ya todo el mundo sabe y se han visto forzadas a elevar el accidente a categoría INES 7 “accidente grave”, que supone, según la descripción oficial “Efectos generalizados en la salud y el medio ambiente. Liberación externa de una fracción considerable del inventario del núcleo del reactor”.

Aún así, el Gobierno japonés sigue minimizando los datos, y asegura que la cantidad total de radiactividad liberada en este accidente es aproximadamente una décima parte de la que escapó en Chernóbil. Hay que recordar que el Instituto de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica francés hizo ese mismo cálculo hace ya casi tres semanas, en relación con la radiactividad ya liberada en aquellos momentos.

Encuentran radiactividad en alimentos de zonas cercanas a la antigua central nuclear de Chernóbil

Veinticinco años después del accidente nuclear, un equipo de científicos y expertos en protección radiológica de Greenpeace ha descubierto altos niveles de contaminación radiactiva en alimentos básicos de diversas localidades de Ucrania afectadas por la contaminación radiactiva de Chernóbil. Greenpeace ha decidido hacer estos análisis tras la decisión del Gobierno ucraniano de finalizar su realización, una decisión que la organización ecologista considera equivocada.

Greenpeace ha encontrando en un pueblo de la región de Rivnenska el isótopo radiactivo cesio-137 en el 93 % de las muestras de leche recogidas. El cesio 137, con una vida media de 30,1 años, aparece en esas muestras de leche en un nivel entre 1,2 y 16,3 superior al considerable aceptable en Ucrania.

“Nuestros análisis han encontrado altos niveles de radiactividad causados por el desastre de Chernóbil en las muestras de comida. Los niveles más peligrosos se encontraron en alimentos clave como leche, bayas y setas, y en muchos casos los niveles de cesio radiactivo excedieron los niveles tolerados en Ucrania”, ha declarado Iryna Labunska, científica de Greenpeace.

“Existe la necesidad urgente de continuar analizando con rigor y de manera científica la contaminación por isótopos radiactivos de las tierras de cultivo y de pasto en las áreas afectadas de Ucrania”.

La radiactividad emitida como resultado de las explosiones de la central nuclear de Chernóbil tuvieron graves consecuencias que afectaron a muchos países. Solo en Ucrania, 18.000 kilómetros cuadrados de tierra de cultivo quedaron contaminados. Al igual que el 40 % de los bosques del país, que corresponde a un área de 35.000 kilómetros cuadrados.

En total, según Naciones Unidas, 160.000 km2 de Ucrania, Bielorrusia y Rusia quedaron contaminados con niveles de más de 1 Curio/km2 de cesio-137, una cantidad que hace inhabitable esas zonas. Esa extensión de terreno equivale a casi una tercera parte de la superficie de España. Durante los años posteriores al accidente, el Gobierno ucraniano ha realizado análisis regulares de alimentos producidos en las áreas contaminadas, y el Ministerio de Emergencias y Asuntos de Protección Pública publicaba los datos.

Sin embargo, durante los últimos dos años este control no se está llevando a cabo, lo que ha causado que este importante registro de datos histórico quede incompleto. “Incluso después de 25 años, la población que vive a cientos de kilómetros de Chernóbil continúa todavía expuesta a niveles de radiación peligrosos a través de la comida de origen local. Exigimos al Gobierno ucraniano que continúe realizando controles”, ha dicho Aslihan Tumer, responsable de energía de Greenpeace Internacional.

“En Fukushima, ya estamos viendo una situación similar con la aparición de contaminación en leche y hortalizas. Si queremos que accidentes como el de Chernóbil y Fukushima no se produzcan en el futuro, los gobiernos tienen que abandonar la energía nuclear e invertir en eficiencia energética y fuentes de energía renovables que son limpias y seguras”.

Graban el sonido del terremoto de Japón debajo del mar

El 11 de marzo de 2011, a las 14.45 horas (hora local en Japón), el sistema LIDO detectó y registró acústicamente el terremoto en los observatorios submarinos de la agencia JAMSTEC, situados ante la costa de Kushiro y Hatsushima. La grabación está disponible a través de la web del proyecto LIDO http://listentothedeep.com, dentro de la sección Sound Library, (apartado Earthquakes, que contiene el terremoto y dos réplicas del episodio sísmico grabado desde dos observatorios japoneses), en la que también se puede escuchar y visionar en directo el flujo de datos acústicos (sección Listen on site), donde se detectan continuamente las réplicas del terremoto. Los datos publicados en dicha web han sido acelerados 17 veces para que puedan ser audibles por el oído humano.

El Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas (LAB) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), que dirige el profesor Michel André, ha detectado el sonido del seísmo que sacudió Japón el viernes, 11 de marzo. La grabación se ha realizado desde una red de observatorios submarinos de la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología Marítimo-terrestre (JAMSTEC), ubicada a ambos lados del epicentro del terremoto, cerca de la localidad nipona de Hatsushima, y está disponible a través de Internet.

La plataforma es utilizada por el LAB en el marco del proyecto internacional Listening to The Deep Ocean Environment (LIDO), que lidera este laboratorio de la UPC. “El objetivo es registrar, por primera vez en tiempo real, los sonidos del fondo marino y evaluar el impacto de los sonidos artificiales en el estado de conservación del medio marino”, explica Michel André.

El sonido del terremoto y sus réplicas se están captando mediante el sistema LIDO, equipado con hidrófonos que registran, a tiempo real y a través de Internet, los sonidos del fondo marino. El funcionamiento es el siguiente: se obtiene un registro automático de los acontecimientos acústicos detectados y se identifican y clasifican las fuentes según sean de origen biológico o antropogénico. El sistema permite escuchar simultáneamente qué ocurre en distintos puntos de observación.

Los espectogramas mostrados en la web de LIDO reflejan, de manera acústica y también visual, la intensidad y la distribución de la energía del sonido del terremoto. Se trata de imágenes del sonido que indican su frecuencia y su intensidad a través de una gama de colores (cuanto más rojo más intenso).

A pesar de que los efectos del seísmo en el ecosistema marino de Japón no se pueden comparar con el dramático impacto que está teniendo en la población, se considera que los cetáceos son bioindicadores del equilibrio acústico natural de los océanos, por su sensibilidad al ruido. La sensibilidad de dichos animales y su papel clave en los ecosistemas marinos permite calibrar la tolerancia de la cadena alimenticia a la exposición de fuentes sonoras artificiales.

Por tanto, el sistema implementado por LIDO ha permitido el acceso a estos datos geofísicos, excepcionales, provenientes de Japón y de otras áreas de actividad sísmica en todo el mundo, que ya se utilizan en otros ámbitos como bioindicadores del equilibrio natural de los océanos. Ahora, pueden ayudar a desarrollar futuros modelos que integren los cetáceos a los ruidos como indicadores del riesgo geológico ante una importante actividad sísmica.

Además, el sistema ofrece a cualquier persona la posibilidad de ser testigo y seguir en tiempo real la evolución del terremoto.

En España los consumidores reclaman un debate nuclear

La Asociación General de Consumidores, ASGECO Confederación, exige al Gobierno español que impulse de forma inminente un debate público y participativo, en el que tomen parte todos los agentes sociales y económicos, sobre el modelo de consumo y de producción vigente en nuestro país y su incuestionable relación con las fuentes de energía disponibles.

A la luz de los sucesos acaecidos en Japón, que ponen de manifiesto la imposibilidad para controlar la seguridad de los procesos nucleares ante eventos imprevistos, ASGECO Confederación cree que un cambio gradual en las pautas de consumo actuales sería la mejor receta para abandonar nuestra dependencia de fuentes de energía no renovables.

ASGECO Confederación es consciente de la obligación que todos tenemos de replantearnos el modelo de desarrollo y crecimiento imperante en relación con las fuentes de energía y las pautas de consumo actuales, claramente insostenibles y egoístas con las generaciones venideras.

Para ello, insta al Gobierno a abrir un debate con los principales agentes sociales y económicos de nuestro país (empresas, sindicatos, asociaciones de consumidores y usuarios, organizaciones ecologistas, organizaciones científicas, ONG, etc.) para debatir desde diferentes puntos de vista las relaciones entre el modelo de consumo actual, la dependencia de fuentes de energía sucias y la interacción, no siempre evidente, entre bienestar social y consumo masivo.

Lo anterior llevaría ineludiblemente al debate concreto sobre la necesidad o no de contar con un programa de energía nuclear en España y, más allá, en la Unión Europea, hoy más candente que nunca habida cuenta de los sucesos de Japón, que ya han sido tachados de “apocalipsis” por el Comisario Europeo de Energía, Günther Oettinger, y que se refieren a las fugas radiactivas localizadas en la central nuclear de Fukushima tras sucederse diversas explosiones causadas por los daños provocados por el terremoto del pasado día 11 de marzo.

A esto se suman las externalidades negativas no resueltas generadas por este tipo de energía, especialmente las que tienen que ver con el impacto medioambiental de los residuos, que exigen, una vez más, una reflexión y un razonamiento públicos más profundos sobre las supuestas ventajas económicas invocadas desde muchos sectores para justificar los programas nucleares.

ASGECO Confederación sitúa estos hechos en su escala real de consecuencias en términos de salud humana (comunes, por otro lado, a un accidente similar en cualquier otra central nuclear del mundo), y no pretende hacer un debate demagógico saliendo al paso de una situación concreta que demanda una reflexión ponderada.

No obstante, la inmediatez de nuestras exigencias responde a la imposibilidad actual para controlar la seguridad de los procesos nucleares ante eventos imprevistos, una situación que se ha puesto de manifiesto con el caso japonés y, sin duda, se podría transponer a otros países.

Desde ASGECO Confederación entendemos que si las medidas de seguridad no pueden contrarrestar accidentes imprevistos, ya sea por causas humanas o naturales, el debate sobre la necesidad de contar con energía nuclear merece una seria consideración no sólo de los riesgos inherentes a la misma, sino sobre sus potenciales -y devastadoras- consecuencias.

El debate, por lo tanto, no debería centrarse únicamente en la continuidad a largo plazo de un programa nuclear en España, sino que debería abarcar también los potenciales impactos negativos de la compra de energía nuclear a otros países productores, habida cuenta de la proliferación de radiactividad más allá de las fronteras de los Estados provocada por eventuales accidentes.

En este sentido, creemos que nuestro país debería generar políticas de consumo eficientes y sostenibles desde el punto de vista de nuestras posibilidades energéticas, que podrían ser germen de una política energética común en la Unión Europea.

Desde ASGECO Confederación estamos convencidos de que una reflexión razonada en torno al actual modelo de consumo a escala global es la mejor respuesta para limitar los efectos de la llamada “nueva geopolítica de la energía”, que invoca intereses parciales, normalmente económicos, muy alejados de la realidad de los consumidores y su bienestar.

El Gobierno revisará los sistemas de seguridad de las centrales nucleares españolas

El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, ha anunciado hoy en el Congreso de los Diputados que, en línea con lo debatido ayer por los países de la UE, ha solicitado al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) una revisión de los sistemas de seguridad de todas las centrales nucleares de España, tras los acontecimientos sucedidos en Japón.

En concreto, Miguel Sebastián ha pedido al CSN estudios sísmicos complementarios así como estudios sobre los riesgos de inundación y ha señalado que, dentro en el marco de estos análisis complementarios, considere prioritario el de la central de Cofrentes, ubicada en Valencia.

El titular de Industria ha reiterado que las centrales españolas son seguras y ha destacado que esta decisión tiene como finalidad incrementar las condiciones de seguridad de las mismas.

La central de Cofrentes, de 27 años de antigüedad, acaba de recibir el informe favorable del CSN para seguir operando condicionado al cumplimiento de determinadas condiciones relativas a la seguridad. En función del informe favorable del CSN, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio concedió una prórroga de funcionamiento de diez años el pasado 10 de marzo, la víspera del terremoto de Japón.

A la vista de lo sucedido en Japón, el Ministerio de Industria considera prioritario que el CSN analice a la mayor brevedad posible el impacto de la nueva situación sobre las condiciones incluidas en la autorización de Cofrentes por si fueran necesarias actuaciones complementarias a la luz de los nuevos acontecimientos.

Seguridad en las centrales nucleares españolas: faltan estudios de riesgos naturales

A raíz de la catástrofe ocurrida en la central nuclear de Fukushima en Japón, el Colegio de Geólogos de España solicita que se realicen estudios de riesgos naturales en el parque nuclear español. A pesar de esa carencia, Luis Suarez, presidente del ICOG asegura que “el único riesgo potencial son las inundaciones, aunque hasta la fecha no se tiene constancia de que hayan afectado a la seguridad”. Además, ninguna central española se encuentra en una zona de peligrosidad sísmica.

El presidente del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG), Luis Suárez se muestra favorable a profundizar en los estudios de riesgos naturales para descartar cualquier duda sobre la seguridad de las centrales nucleares españolas.

Aunque reconoce que “ninguna está situada en las zonas de riesgo sísmico peninsular”. “No se ha producido ningún terremoto de magnitud 6 o mayor en las áreas en las que están ubicadas”, añade. Además, “España se localiza en una zona de actividad sísmica moderada”, puntualiza.

“El único riesgo potencial serían las inundaciones que podrían inutilizar, en su caso, los sistemas de alimentación eléctrica de los mecanismos de refrigeración de la centrales nucleares”, explica. Pero “hasta la fecha no se ha producido ninguna alarma por ese motivo por lo que desde el Colegio abogamos por la cautela y los mapas de riesgos naturales para precisar posibles áreas inundables”, admite Suárez.

Aún así, el presidente del ICOG, ante la posibilidad de prolongar la vida útil de las centrales nucleares, valora positivamente actualizar y renovar los estudios geológicos, sísmicos y de posibles fallas activas, puesto que “actualmente contamos con tecnologías más precisas para evaluar la peligrosidad sísmica de una zona determinada”.

El caso de Rodalquilar
Cuando se decidió la ubicación de las centrales nucleares en los años 70, la empresa nacional Adaro de investigaciones mineras realizó estudios geológicos para su emplazamiento, basados en “la peligrosidad sísmica, fallas activas y otro tipo de cuestiones de tipo geológico”, estudios que fueron actualizados en 1990 antes de la moratoria nuclear. Precisamente “se descartó la ubicación de una central en Rodalquilar, Almería, por encontrarse próxima a una zona de riesgo sísmico activo”, manifiesta.

Por último Suárez recuerda que, ante el debate nuclear existente estos días, la gran apuesta energética del Colegio de Geólogos es la geotermia, “una energía limpia, segura, barata, autóctona e ilimitada”. “España tiene un gran potencial geotérmico y deberíamos aprovecharlo”, admite el responsable del ICOG.