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Sin tetas no hay paraíso es la serie española más violenta

Sin tetas no hay paraíso es la serie española más violenta
NOTICIA de Javi Navarro
20.11.2012 - 18:06h    Actualizado 23.03.2023 - 17:45h

Un trabajo de la Universidad de Sevilla, publicado en la revista Comunicación, analiza la violencia en las series españolas y concluye que Sin tetas no hay paraíso, de Telecinco, es la más violenta de las cinco que se han estudiado. Los criterios para elegir las series fueron la audiencia y que fueran consumidas por un público joven. El trabajo contabiliza la cantidad de escenas y el número de minutos con contenido violento. Pese a que otras series tienen una mayor cantidad de escenas o minutos de violencia, este estudio considera que la serie de Telecinco es la que transmite valores más perjudiciales a los jóvenes sobre la percepción de las conductas agresivas y sus consecuencias.

Según señala Sara González, la autora del trabajo, “en esta serie se da una mayor confluencia de aquellos principios negativos que contribuyen al aprendizaje y a la imitación de las conductas por parte de los jóvenes espectadores, que son los que, mayoritariamente, consumen este tipo de formato”.

Se contaron los minutos de violencia
González contabilizó la cantidad de escenas y el número de minutos con contenido violento de la primera temporada las series Águila Roja, El internado, Sin tetas no hay paraíso, Hispania, la leyenda y El barco, de las cuales tan solo El internado tiene la clasificación de No recomendada para menores de 18 años.

Estos cinco espacios se eligieron por ser las “cinco series nacionales emitidas durante los últimos cinco años (2007-2011, ambos inclusive), que han registrado como mínimo un 20 % de share de media en su primera temporada y cuyos contenidos han sido consumidos, principalmente, por un público comprendido entre los 16 y los 30 años”, señala González.

Por ejemplo, en Hispania, la serie con más proporción de minutos violentos, hay más de una hora de violencia en total, de las 11 horas que suma su primera temporada. El estudio destaca en el lado opuesto el caso de El internado, que tiene siete minutos de violencia en las siete horas que duran los seis capítulos de su temporada inicial.

De acuerdo con la proporción de minutos violentos, Hispania va seguida por Águila Roja, Sin tetas no hay paraíso, El barco y El internado, aunque debido al tipo de violencia emitida en Sin tetas no hay paraíso, el estudio se ha centrado más específicamente en esta serie.

Elementos violentos
El trabajo destaca algunos principios violentos que se observan en la serie de Grundy Producciones, como el atractivo físico del protagonista -que suele ser el agresor-, la ejecución de acciones violentas como única solución a los problemas, la ausencia de castigos tras la acción violenta o la asociación entre masculinidad y agresividad.

Tal y como indica la investigación, la serie presenta las acciones violentas como un método eficaz para conseguir los fines deseados por parte del agresor, además de que las escenas violentas no suelen reflejar el daño provocado tras la agresión y se dedica mayor tiempo a recrearse en los actos violentos, con pocos planos en este tipo de escenas.

Captar la atención del espectador con situaciones impactantes para obtener audiencia
La autora del estudio considera que la influencia de la agresividad de estas series en los jóvenes “puede ser muy negativa, puesto que puede inducir al público a imitar la conducta de sus personajes favoritos, por lo que es fundamental no solo analizar la cantidad de imágenes violentas emitidas, sino también la forma en la que son representadas”.

Con respecto a las razones por las que aparece la violencia en televisión, González señala que existe “un criterio de coherencia con la realidad”, pero opina que también se intenta “captar la atención del espectador por medio de situaciones impactantes para obtener más audiencia”.

La investigadora cree también que la presencia de la violencia en televisión no responde a que haya un especial interés hacia ella por parte de los espectadores, sino que estos más bien “se han familiarizado con los asesinatos, las peleas y otros actos al serles presentados de forma fascinante, y se han acostumbrado a ver las acciones violentas como reacciones naturales del ser humano ante situaciones conflictivas”.

Además, los contenidos violentos pueden atraer a los espectadores porque les proporcionan “una sensación de emoción, entusiasmo y excitación más propios de los géneros de acción que de la violencia propiamente dicha”, concluye González.