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La fruta que comes está viva

La fruta que comes está viva
NOTICIA de Javi Navarro
21.06.2013 - 14:37h    Actualizado 03.01.2023 - 12:10h

Las frutas y verduras del mercado aún están vivas, incluso cuando las comes. Investigadores de la Universidad de Rice (EE. UU.) sugieren, en el último número de la revista Current Biology, que la forma en que se almacenan los productos y el momento en que se consumen podrían tener consecuencias reales sobre su valor nutricional y en la salud humana. Para empezar, deberíamos guardar nuestras verduras y frutas bajo ciclos de luz-oscuridad para aumentar su valor nutricional, según los autores.


“Este trabajo muestra que las verduras y las frutas después de recolectarlas responden a los tratamientos externos y, por lo tanto, debemos pensar en ellas como plantas vivas”, explica Janet Braam, investigadora de la Universidad de Rice y coautora del estudio.

Como plantas vivas

Las verduras y las frutas después de recolectarlas responden a los tratamientos externos y, por lo tanto, debemos pensar en ellas como plantas vivas. Los científicos llegaron a esta conclusión a partir de plantas cultivadas en el laboratorio, que cambiaban su fisiología de manera importante a lo largo de la jornada, impulsadas por los ritmos circadianos.

Para los científicos, eso supone una ventaja para las plantas, puesto que les permite alterar los niveles de sustancias químicas importantes que las protegen de ser comidas por los insectos y otros herbívoros.

Además, las verduras crucíferas, como la col, el brócoli y las coles de Bruselas, acumulan glucosinolatos. Se ha demostrado que algunos de estos metabolitos secundarios de las plantas tienen efectos anticancerígenos. “Cuando los consumimos, algunos de esos fitoquímicos tienen efectos positivos para la salud”, explica Braam.

Por lo tanto, los expertos creen que este trabajo puede tener implicaciones potenciales para modificar las prácticas de almacenamiento de estos alimentos y optimizar así sus nutrientes y fitoquímicos beneficiosos.

¿Cuándo es mejor comer una verdura?

Según Braam y su equipo, si los relojes circadianos de la poscosecha de las verduras y frutas se mantienen después de la recolección, y si controlan los niveles de nutrientes y fitoquímicos importantes para la salud, puede ser beneficioso mantener su reloj y comer o cocinar las verduras y frutas en los momentos del día en que más se enriquecen de estos metabolitos beneficiosos.

“Tal vez deberíamos guardar nuestras verduras y frutas bajo ciclos de luz-oscuridad, y elegir el mejor momento para cocinarlos y comerlos con el fin de aumentar su valor nutricional”, argumenta la experta.

Los investigadores hicieron el descubrimiento inicial en estudios con col. A continuación, observaron respuestas similares en la lechuga, espinacas, calabacines, patatas dulces, zanahorias y arándanos. Asimismo, las frutas y verduras sometidas a ciclos de luz-oscuridad en el momento adecuado sufrieron claramente menores daños por insectos.

“Este estudio puede ser de interés para la cosecha de los cultivos y para saber cuándo los fitoquímicos más valiosos están en su mejor momento”, concluye Braam.

Los smoothies no equivalen a fruta fresca

Los smoothies no equivalen a fruta frescaLa Organización de Consumidores y Usuarios-OCU ha realizado un estudio sobre los batidos de frutas “suaves”, denominados smoothies, que se publicitan como una nueva forma de consumir fruta. Aunque es cierto que casi su único ingrediente es la fruta, sin embargo la publicidad de estos productos olvida que, con el procesado industrial, se pierden buena parte de sus cualidades y, por tanto, no equivalen a fruta fresca.

La OCU considera que la publicidad de estos productos es demasiado optimista. Incluye una larga lista de frutas enteras que no cabrían en el envase.

Cuando se mira con detalle la lista de ingredientes queda claro que se trata de zumos concentrados, trocitos de fruta, etc. Algunos de estos productos prometen una equivalencia con una ración de fruta fresca cuando en realidad no alcanzan cantidades mínimas de nutrientes tan característicos de la fruta como la fibra y el ácido fólico.

El proceso de elaboración de estos productos – triturado, concentración pasteurización – conlleva unas mermas importantes de los nutrientes de las frutas de origen. Tan sólo añadiendo vitamina C se consigue compensar las pérdidas en esta vitamina de tal forma que en algunos productos hemos encontrado hasta 6 veces la cantidad recomendada.

La OCU ha solicitado a los fabricantes de smoothies que afirman que sus productos equivalen a determinada ración de fruta fresca, que se justifiquen. Algunos no han respondido y otros lo han hecho de modo no muy convincente.

El precio de estos batidos de frutas suaves es en la mayoría de las veces más caro que la fruta a la que dicen sustituir.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 23.000 muertes prematuras podrían haberse evitado en la Unión Europea en el año 2001, si el consumo diario de frutas y verduras hubiera alcanzado la ración mínima recomendada, de 400 gramos por persona. El riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares se recorta en un 10 % si las dosis se aumenta a 600 gramos. Pues bien, el consumo diario en España es justo el mínimo recomendado y varía mucho de unos a otros tramos de edad, llegando a escasear entre los más jóvenes. Con estos datos, la OCU quiere insistir en que la recomendación de tomar fruta y verdura no es un capricho y, por tanto, aconseja:

v Tomar cinco raciones diarias de fruta y verdura, dando preferencia a las que sean de temporada que son más económicas, ecológicas, sabrosas y nutritivas.

v Tomar vegetales variados para beneficiarse de toda su riqueza de vitaminas, minerales, oligoelementos, antioxidantes, compuestos fenólicos, etc. El metabolismo aprovecha mejor estos nutrientes si los recibe en el alimento que si los recibe en forma de suplementos aislados.

v Consumir vegetales tanto crudos como cocidos, pues el tratamiento culinario degrada algunos nutrientes pero potencia la absorción de otros.

v Fomentar el consumo de fruta desde la infancia.

Gastamos 356 euros en fruta

Cada hogar español consumió 259 kg. de fruta el último año, lo que le supuso un desembolso medio de 356 euros entre Julio de 2008 y Junio de 2009, según se desprende del análisis de TNS Worldpanel según los primeros datos semestrales del año. Aunque el consumo anual por hogar ha descendido 5,4 kg. (entre Julio de 2007 y Julio 2008 el consumo medio fue de 264 kg. por hogar), aún así hay frutas que parecen fumigadas contra la crisis: cerezas, aguacate, uvas, fresas, kiwi, piña, limones, melón y sandía; la mayor parte ha conseguido aumentar su consumo mediante disminución del precio, y sólo el melón y la sandía han logrado un aumento en su consumo a pesar del incremento en precio de +6,3 % y +13,5 % respectivamente. Las frutas más populares siguen siendo los plátanos, las naranjas y las manzanas.

Por Comunidades, los hogares de Castilla y León y Galicia son los que más fruta consumen, pues compraron 323,2 kg. y 293,9 kg. por hogar respectivamente en el último año. Le siguen Madrid (274,5 kg.), País Vasco (266,4 kg.) y Cataluña (260,3 kg.), mientras que Andalucía y Valencia son las comunidades donde menos fruta se consume, puesto que cada hogar compró en el último año 233,7 kg. y 215,4 kg. respectivamente.

Por otra parte, solamente en Madrid y Galicia ha aumentado el consumo de fruta respecto al año anterior, consumiendo casi 10 kg. más por hogar los madrileños (9,6 kg.), y 3,5 kg. más los gallegos. Si bien en el País Vasco se mantuvo el consumo, en el resto de comunidades se consumieron entre 6 y 11kg. menos de fruta.

Consumo anual de fruta por hogar (volumen) TAM P6/09 Jul 2008 – Jun 2009 Jul 2007 – Jun 2008 Castilla y León 323,2 kg. 329,2 kg.

Galicia 293,9 kg. 290,4 kg.

Madrid 274,5 kg. 264,9 kg.

País Vasco 266,4 kg. 266,7 kg.

Cataluña 260,3 kg. 271,4 kg.

Andalucía 233,7 kg. 243,0 kg.

Valencia 215,4 kg. 224,4 kg.

Total España 258,6 kg. 264,0 kg.

Fuente: TNS Worldpanel A nivel internacional, los españoles son los mayores consumidores de fruta entre los cinco mayores países europeos, seguidos de lejos por otro precursor de la dieta mediterránea, los italianos, con 203 kg. de fruta en un año, mientras ingleses, franceses y alemanes no llegan a los 100 kg. anuales por hogar.



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