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Vivir en bloques de pisos con muchas viviendas y sin zonas verdes es peligroso en verano

Vivir en zonas de bloques de pisos con muchas viviendas y sin zonas verdes es peligroso en verano
NOTICIA de Jessica Pascual
17.05.2022 - 16:30h    Actualizado 15.05.2023 - 10:33h

El entorno urbano también influye en la mortalidad, porque vivir entre edificios antiguos y sin zonas verdes aumenta el riesgo de muerte durante las olas de calor. Un trabajo realizado en Barcelona ha relacionado estos factores socio demográficos y urbanos con el aumento de mortalidad durante los días de temperaturas más altas del año. El riesgo se multiplica por dos en barrios habitados por trabajadores manuales, con edificios viejos, y con pocos parques o jardines. De manera generalizada, no solo en ciertas zonas, cada grado que sube la temperatura aumenta la mortalidad en un 10 por ciento.

Relación entre el riesgo de mortalidad y las olas de calor en las zonas urbanas

El estudio publicado en la revista Journal of Epidemiology and Community Health se ha basado en características socioeconómicas y urbanas del área metropolitana de Barcelona. También en la distribución geográfica de 52.806 defunciones producidas en las temporadas de calor entre 1999 y 2006 para especificar en qué áreas se observan mayores riesgos de mortalidad durante las olas de calor que azotan las ciudades en verano. “Estos mapas de vulnerabilidad pueden ser útiles para identificar zonas donde insistir en los planes de prevención”, explica Xavier Basagaña, investigador del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental de Barcelona y uno de los autores del estudio.

Entre las ocho variables socio demográficas escogidas, cinco no mostraron una relación significativa con el número de muertes provocadas por el calor. Estos factores son el porcentaje de vecinos desempleados, de jóvenes con bajo nivel educativo, de mayores de 65 años, de chalets individuales y de casas sin aire acondicionado. Si tu vivienda si tiene este sistema de climatización, aquí te dejamos unos consejos sobre cómo usar el aire acondicionado de forma correcta.

Sí se encontró relación entre las defunciones por calor y la proporción de vecinos empleados en trabajos manuales que habitan la zona, la cantidad de edificios antiguos y la escasez de espacios verdes, según la percepción de los vecinos.

Barrios con el doble de riesgo
Durante tres días consecutivos de calor extremo, se observó un aumento de la mortalidad media del 30 %, mientras las zonas que cumplían con las tres características –pocas áreas verdes, edificios viejos y empleados en trabajos manuales– la mortalidad tras tres días seguidos de calor extremo se llega a doblar.

“Esto es lo más sorprendente de nuestros resultados, que dentro de una misma ciudad existan áreas con el doble de vulnerabilidad al calor que otras”, indica Basagaña.

El porcentaje de vecinos empleados en labores manuales se utilizó como indicador principal del nivel socioeconómico de la zona. Los otros indicadores estudiados, el nivel educativo y el desempleo, resultaron menos informativos por su relación con la juventud, que es menos vulnerable al calor, según consideran los científicos.

Los autores sugieren que las áreas con construcciones más antiguas pueden albergar más riesgo por un peor aislamiento térmico, y que la sorprendente falta de relación con la edad de la población podría ser reflejo de que 64 años es una edad de corte demasiado baja para notar el efecto.

“El entorno urbano puede tener una influencia en los efectos del calor, un hecho corroborado por otros estudios. Mejorar el aislamiento de los edificios es fundamental para depender menos del uso de aire acondicionado, y un buen uso de vegetación urbana contribuye a disminuir el efecto de las ‘islas de calor’ en las grandes ciudades”, indica el investigador.

Sin embargo, Basagaña explica que durante la mayor parte del periodo de estudio aún no se habían implementado los planes de prevención de los efectos del calor sobre la salud introducidos en 2004. “Sería interesante ver si esas diferencias se han mantenido o se han reducido después de la introducción del plan”, concluye el científico.

Los días de calor extremo en España aumentan por el incremento de zonas urbanas

Entre 1955 y 1998, diferentes países de Europa occidental registraron un incremento de los días de calor extremo. Según un estudio de la Universidad Complutense (UCM), España es uno de los países que más sufren este periodo. Las razones de este aumento térmico: las construcciones en zonas urbanas, el cambio climático y las alteraciones en la circulación de la atmósfera. De hecho, las construcciones en zonas urbanas influyen en el aumento térmico.

“El aumento de temperaturas o sensación térmica en zonas urbanas está asociado a la densidad de construcciones: cuanto mayor sea esta, mayor será el efecto de la isla’ térmica”, explica a SINC Marco Cony, autor principal del estudio, investigador de la empresa IrSOLaV-Spin-off del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT)- y colaborador de la Cátedra de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

La investigación, que se ha publicado en Atmósfera, revela la existencia de tendencias “estadísticamente significativas” de días de calor extremo, sobre todo en países como España, Portugal, Francia y Alemania. El análisis realizado para el periodo de 1955 a 1998 estima incrementos importantes en la temperatura máxima media de entre 0,5 y 2 °C, entre los meses de junio y septiembre.

Según Cony, de todas las variables climáticas, las temperaturas extremas despiertan una atención especial debido a su relación directa con el cambio climático. “Durante el siglo XX, se han producido incrementos en la temperatura global del planeta de orden de 0,6 °C”, indica. Además, estos aumentos térmicos están asociados con la circulación general de la atmósfera.

Los investigadores utilizaron series de temperaturas máximas de diversas estaciones meteorológicas distribuidas por 34 países europeos, pertenecientes al proyecto de Evaluación del Clima en Europa (ECA, por sus siglas en inglés). En total, detectaron que en el 39,4 % de las estaciones se produjo un incremento de los días de calor extremo.

Consecuencias en la salud humana
Tanto las temperaturas mínimas como las máximas “generan serias consecuencias en sectores como el transporte, la agricultura, la energía o el suministro de agua, aunque su efecto más importante se produce sobre la salud humana”, afirma el experto.

“Las temperaturas ‘confortables’ están asociadas con niveles mínimos de mortalidad, mientras que las temperaturas ‘extremas’ se vinculan con un aumento del número de muertes”, añade.

Los investigadores trabajan ahora en una nueva versión del trabajo, y analizan temperaturas y otras variables como el viento, la presión atmosférica o la radiación solar. “Estos datos servirán para realizar predicciones porque complementaremos datos históricos con fuentes más recientes”, concluye.

El calor aumenta en las ciudades
Un día de calor extremo se produce cuando la temperatura máxima supera el umbral del 95 % de la distribución de las temperaturas máximas diarias, es decir, aquellos días cuya temperatura se sitúa por encima de un valor máximo, definido en cada una de las estaciones de medida.

Uno de los factores más influyentes en la aparición de este fenómeno es la existencia de ‘islas térmicas’ en las grandes ciudades. Esto se debe, principalmente, a la actividad industrial y doméstica, a la falta de zonas verdes y a zonas densamente edificadas.

Para prevenir incendios forestales

  • Preste especial atención a las normas de la Comunidad Autónoma sobre prevención de incendios y periodos autorizados para realizar quemas de rastrojos.
  • Evite arrojar cigarrillos, basuras y, especialmente, botellas de vidrio que hacen efecto lupa con el sol. Las negligencias provocan gran parte de incendios forestales.
  • Se prohíbe encender fuegos u hogueras en el monte y terrenos próximos.
  • Acampe únicamente en zonas autorizadas, puesto que estas cuentan con medidas de protección frente a un posible incendio y es más fácil la evacuación.
  • Si descubre el fuego en su inicio, avise al 112 inmediatamente.
  • En caso de verse sorprendido por un incendio, evite penetrar en el monte o bosque. Vaya siempre por zonas de gran visibilidad y libres de combustible.
  • En caso de emergencia por incendio forestal, atienda siempre las indicaciones de las autoridades competentes.