Meter miedo a los empleados, el nuevo modelo de dirigir
“No veáis las noticias, ¡cómo está la cosa! ¡Cuánta gente en el paro!”, “No os podéis quejar”, “De momento, no tenemos previsto aplicar la reforma laboral…”, son frases que, cada día, los empleados tienen que escuchar. Y cada día más. Tal y como se sostiene desde Setesca, consultora especializada en la reducción de costes e incremento de la productividad y eficiencia operacional, el modelo en que los directivos dirigen a sus equipos está cambiando. Debido a la crisis, son muchos de ellos los que se inclinan por el modelo de gestión basado en la amenaza y el miedo.
“Sin duda nos encontramos en un entorno especialmente complejo y es una opción muy tentadora para algunos directivos dirigir a sus empleados aprovechándose de su miedo”, sostiene Jordi Damià, Socio Director de Setesca a lo que añade “Sin embargo, este tipo de dirección lo único que provoca es paralizar al empleado, mermar el discurrir del talento y, por tanto, que no tome iniciativas novedosas que, probablemente, tendrían un impacto positivo en la empresa”. Es necesario un cambio de actuación, y dejar de lado la manera “histórica” con la que se ha trabajado hasta ahora. La situación actual requiere talento y este se paraliza con el miedo.
El talento de los empleados hará sobrevivir a las empresas
Otro de los aspectos que se están descuidando mucho y que tiene que ver con la llamada gestión del miedo, es la desatención del talento en la empresa. Los directivos enfrascados en su búsqueda de beneficios y en “capear” la crisis no concentran sus miras en salvaguardar el talento existente en su empresa ni en buscar nuevo. Este es un aspecto altamente negativo ya que “solo sobrevivirán las empresas que dispongan de los mejores profesionales y estos están muy buscados. Si las empresas utilizan el pretexto de la crisis para no tratar de manera competitiva a sus colaboradores, los mejores se irán a otras compañías y solamente se quedarán aquellos que no pueden ofrecer la misma competitividad a la empresa”, afirma Damià.
Como conclusión puede establecerse que el mejor directivo es aquel que sabe que dispone de los mejores colaboradores, y para ello debe ser exigente con el talento de su equipo, saber proteger aquel del que ya dispone y saber buscar aquel que se encuentra disponible. Premiar e incentivar los retos y los mejores es siempre más positivo que gestionar bajo amenaza.
Aumenta la incertidumbre a perder el trabajo, los españoles somos los que más miedo tenemos a quedarnos sin empleo
Los españoles somos los europeos que más miedo tenemos a perder nuestro puesto de trabajo. La percepción de incertidumbre sobre el puesto de trabajo aumenta doce puntos desde el verano del año pasado y alcanza su cifra más alta desde 2010, según el estudio internacional Randstad WorkMonitor, que destaca que los jóvenes y las mujeres son los menos optimistas con su futuro laboral. Las trabajadoras, con una edad comprendida entre los 25 y los 34 años de edad y con estudios elementales son las más pesimistas. Por otra parte, extremeños, castellano-manchegos y aragoneses son los españoles que más miedo tienen a perder su actual empleo y siete de cada diez españoles no buscan otro trabajo y sólo un 19,4 % ha cambiado de empleo en los últimos seis meses.
La sociedad sigue instalada en el pesimismo. Cuatro de cada diez (41 %) españoles tienen miedo a perder su actual empleo, según la primera oleada del año del Randstad Workmonitor, estudio internacional sobre las expectativas laborales de los trabajadores. Este dato convierte a los profesionales de nuestro país en los europeos que menos confían en su estabilidad profesional.
El informe concluye que esta percepción ha aumentado con el paso del tiempo y más en concreto los dos últimos años. De hecho, durante el primer trimestre de 2012 el miedo a perder el empleo ha alcanzado la cifra más alta desde 2010. Tras una época sin apenas diferencias en su evolución, las reformas emprendidas por el anterior Gobierno convirtieron los meses estivales de 2011 en el punto de inflexión. Desde ese momento y hasta hoy el miedo de los españoles a perder su puesto de trabajo ha aumentado en doce puntos porcentuales.
El pesimismo existente en la sociedad española va en línea con los datos oficiales y con la situación actual del país. Las previsiones no son halagüeñas y el desempleo en España ha aumentado durante el mes de febrero en 112.269 personas, según el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) hasta alcanzar la cifra del 22,9 %. Durante el último trimestre de 2011 la ocupación registró un descenso del 3,26 % y la población activa bajó en 53.400 personas, según la EPA. Por sectores, los más perjudicados son el de Servicios, la Construcción y la Industria, mientras que sólo ha aumentado la tasa de ocupación en la agricultura.
Otro factor que ha incidido en la percepción de los trabajadores tiene que ver con la reforma laboral. Desde su aprobación el pasado 10 de febrero ha aumentado en cuatro puntos porcentuales el número de españoles temerosos por su perspectiva profesional. Esta cifra se refrenda con el último sondeo del CIS, publicado la semana pasada, y que refleja cómo la mayoría ve la situación económica como mala o muy mala, empeorando por lo tanto su pesimismo.
Si se confrontan los datos del Randstad Workmonitor a nivel internacional, la situación de España tampoco mejora. Los españoles son los europeos que más temen por su empleo, sólo superados por Grecia (48 %) y algo por encima de Italia (36 %), lo cual es significativo porque son tres de los países comunitarios que más reformas han emprendido durante los últimos meses.
Estas cifras quedan, además, muy lejos de las que ofrecen otros países, como Noruega (12 %) o Bélgica (18 %), donde sus trabajadores ven mucho más estable tanto su futuro laboral como el de sus empresas.
Los jóvenes, los más preocupados por su futuro
Dentro del caso español, el informe también detecta diferencias. Las mujeres (42 %) son más pesimistas que los hombres (41 %), mientras que los jóvenes ven su futuro profesional menos claro que los veteranos. Más de la mitad (51 %) de los que se encuentran en la horquilla de los 25 a los 34 años así lo confirma, mientras que sólo dos de cada diez trabajadores cercanos a la edad de jubilación confiesan su nerviosismo.
El nivel de estudios también establece discrepancias. Los más preocupados por su futuro son los profesionales que presentan un nivel formativo bajo (46 %), mientras que los trabajadores con estudios universitarios (39 %) se encuentran en el lado opuesto de la balanza.
En resumen, el perfil del español más pesimista con su futuro es el de una mujer, de entre 25 y 34 años de edad y con estudios elementales.
Los trabajadores extremeños, los más preocupados
A nivel regional en España también hay diferencias a la hora de afrontar el pesimismo. A excepción de Cataluña y La Rioja, en todas las comunidades autónomas esta cifra supera el 40 % de la muestra. Encabeza el ranking Extremadura, con un 62 % de trabajadores temerosos ante su futuro laboral. Tras ellos se sitúan castellano-manchegos (52 %) y aragoneses (51 %).
Los españoles no buscan otro trabajo
En esta línea, y dada la situación económica actual, es lógico pensar que los trabajadores apuesten por la estabilidad. Un 73 %, la misma cifra que en el anterior trimestre y en línea con los países de nuestro entorno, asegura que no se encuentra buscando un trabajo nuevo. Esta tendencia también se refleja en el porcentaje de trabajadores que han cambiado de empleo recientemente. Solo un 19,4 % de españoles admite que lo ha hecho durante los últimos seis meses.
Por regiones, vascos (89 %), murcianos (84 %) y madrileños (73 %) son los trabajadores que aseguran con más fuerza que no se encuentran buscando un nuevo empleo, mientras que cántabros (35 %), castellano manchegos (47 %) y extremeños (54 %) se encuentran en el otro lado de la balanza. Eso sí, en casi todos los casos se alcanza el valor característico de la mitad de la muestra.
Los más jóvenes, los más satisfechos en el trabajo
Los españoles están en general satisfechos en su puesto de trabajo (66 %), puesto que incluso sube tres puntos porcentuales respecto al último trimestre del año pasado. Las mujeres (69 %) se declaran más entusiastas que los hombres (64 %), pero generalmente son los más jóvenes, es decir, los profesionales que se encuentran en la franja de edad que va de los 18 a los 24 años (74 %), los que con más rotundidad lo confirman.
Por regiones, navarros (89 %), catalanes (81 %) y extremeños (76 %) son los trabajadores que aseguran con más fuerza que se encuentran más satisfechos, mientras que baleares (52 %), asturianos (52 %) y castellano-leoneses (53 %) se encuentran en el otro lado de la balanza, aunque superando en todos los casos la mitad de la muestra.
Baja movilidad por parte de los españoles
La combinación del miedo a perder el empleo, las expectativas de promoción internas, el porcentaje de personas que han cambiado de trabajo en los últimos meses y la satisfacción laboral dan como resultado un índice que sirve para comparar los posibles cambios para los próximos meses: el Índice de Movilidad Laboral. Al inicio de 2012 España cuenta con un Índice de 99, ocho puntos por debajo de la media y en línea con países como Alemania (90), Grecia (103) o Suecia (98).
El Randstad Workmonitor refleja una tendencia similar desde 2010, pero fue en el segundo trimestre de 2011 cuando alcanzó su mayor cuota con un registro de 107. En menos de un año, esta cifra ha descendido ocho puntos. El Randstad Workmonitor se lanzó en Holanda en 2003, después en Alemania y ahora cubre 30 países en todo el mundo. Con una publicación trimestral, el informe ofrece tendencias tanto locales como globales en el mundo del empleo. Para el análisis se realiza una encuesta online en población de entre 18 y 65 años que trabajen un mínimo de 24 horas a la semana. Para la oleada del primer trimestre de 2012 ha contado con una muestra total de 14.779 entrevistas.