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Sisifemia, el nuevo trastorno laboral cuando te exiges mucho y no logras objetivos

La sisifemia puede derivar en diversos cuadros de estrés laboral.
NOTICIA de Javi Navarro
07.03.2024 - 12:48h    Actualizado 07.03.2024 - 12:48h

No llegar a tiempo y sentir que te faltan horas del día para poder entregar el último encargo en el trabajo es uno de los primeros síntomas que ponen cara a la sisifemia, un trastorno laboral que empieza a identificarse con una excesiva carga de trabajo. Esto, unido a un alto nivel de autoexigencia para que los empleados cumplan objetivos difíciles de alcanzar, pueden derivar en un agotamiento físico y mental que, si se cronifica, se convierte finalmente en sisifemia.

Qué es la sisifemia

La sisifemia, denominado así por el mito griego de Sísifo —condenado a subir una piedra por la ladera de una montaña y que, cada vez que estaba a punto de llegar a la cima, se le caía y debía empezar de nuevo a subirla—, aparece cuando las personas se plantean objetivos diarios inalcanzables. Sumado a una alta carga de trabajo, acaba derivando en el sentimiento de no finalizar nunca las tareas a pesar de estar dedicando el máximo rendimiento y, la única solución, es alargar las jornadas laborales para conseguirlo.

Si esta dinámica se prolonga en el tiempo, puede derivar en cuadros de ansiedad, depresión, trastornos del sueño, sensación de angustia, obsesión por el trabajo o aislamiento social, entre otras.

En muchas ocasiones, estar a la altura en el trabajo implica unos niveles de autoexigencia que pueden llegar a afectar a la salud y, en consecuencia, al rendimiento y motivación de los empleados. Va más allá del conocido como síndrome de burnout, por lo que las empresas se enfrentan cada vez más a situaciones en las que la salud, especialmente a nivel mental y emocional, de sus trabajadores se ve afectada por la exigencia impuesta, o autoimpuesta.

En España, más de la mitad de los empleados (57 %) no dispone de un bienestar laboral adecuado y casi uno de cada tres (31 %) reconoce sentirse estresado debido a una carga de trabajo excesiva, tal y como señala el estudio Cigna 360-Vitality.

Cómo evitar la sisifemia

Las empresas pueden poner freno a este trastorno laboral que no para de crecer. Para analizarlo, hemos preguntado a la experta Amira Bueno, directora de Recursos Humanos de Cigna Healthcare, compañía especializada en seguros de salud para empresas, que destaca que “el entorno laboral actual, caracterizado por una alta competitividad y una sobrecarga de trabajo, ha provocado que algunos trabajadores sientan que están sometidos a un ciclo de tareas que nunca finaliza, por mucho que se esfuercen”. Por eso, más que nunca, las empresas deben tener un papel proactivo para ayudar a sus empleados a vencer esta situación de constante presión y fomentar una cultura de progreso y aprendizaje para no comprometer el bienestar de los empleados.

¿Y cómo hacerlo? Amira Bueno destaca cinco posibles estrategias a seguir para cuidar a los trabajadores.

Cultura de prevención

Ayudar a crear una cultura empresarial preventiva puede mejorar la moral, la satisfacción laboral y la retención del talento. “Hay que apostar por programas de salud mental con servicios de asesoramiento, apoyo emocional, sesiones de mindfulness o yoga para reducir el estrés”, indica Bueno.

Definir expectativas realistas

Es importante desarrollar una comunicación abierta y transparente, además de que los empleados comprendan cuáles son sus responsabilidades y qué se espera de ellos, evitando crear expectativas poco realistas que generen estrés y presión innecesaria. Para ello, las empresas deben comunicar claramente los objetivos del trabajo, evaluar y ajustar regularmente estas expectativas, establecer metas alcanzables y promover una cultura de apoyo y colaboración en el lugar de trabajo.

Las 3 R: Reconocimiento, recompensa y retroalimentación

Reconocer el trabajo duro y los logros de los empleados es esencial para mantener su motivación y compromiso con la empresa. Si se valora el trabajo realizado, independientemente de que se hayan alcanzado o no los objetivos, “se consigue un ambiente laboral de seguridad, donde los empleados se sientan apoyados, incluso si cometen un error”, aclara Bueno.

Saber gestionar de forma eficaz el tiempo

Las empresas deben enseñar y ofrecer programas de capacitación en gestión del tiempo que, por ejemplo, incluyan técnicas de organización, métodos de planificación y estrategias para aumentar la productividad. Esto ayuda a los empleados a identificar sus prioridades, planificar sus tareas de manera eficiente y evitar la procrastinación.

Autonomía y flexibilidad

Permitir a los empleados tener cierto grado de autonomía y control en la planificación de su trabajo y ofrecer opciones de flexibilidad en cuanto a horarios y lugar de trabajo, puede ayudar a reducir la sensación de estar atrapado en una rutina interminable. Otro método que funciona es rotar las tareas entre empleados para que los todos participen en distintos proyectos y tareas. De esta forma, se consigue evitar la sensación de monotonía y se les da la oportunidad de adquirir nuevas habilidades y experiencias.



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