Cómo dejar la cocaína

Cómo dejar la cocaína
NOTICIA de Javi Navarro
07.09.2016 - 17:37h    Actualizado 30.05.2024 - 12:26h

¿Es posible dejar la coca? El consumo de drogas está a la orden del día. Y también dejar las drogas, porque es un problema que puede afectar a personas de todas las edades y que cada vez se hace más y más común. Los motivos por los que las personas quieran saber cómo dejar la cocaína se deben a que caen en todo tipo de adicciones, entre las que se encuentra la adicción a la cocaína, por motivos muy diversos, como son dejarse llevar para olvidar los problemas del día a día, adquirir valor y arrestos para afrontar situaciones que no nos creeríamos capaces de afrontar sin esas sustancias… La complicación surge cuando las sustancias, en este caso, la cocaína, ya se convierte en una necesidad diaria y no se es capaz de comenzar con los quehaceres diarios sin ese ‘chute’ diario. Momento para decidirse y seguir nuestra guía sobre cómo dejar la coca solo. Te dejamos algunos consejos para dejar la cocaína.

Dejar la cocaína

La adicción a la cocaína supone un problema doble. Por un lado, el coste económico es altísimo y puede llegar a arruinar al adicto. Y eso por no hablar de los problemas derivados sobre cómo dejar la cocaína; en segundo lugar, de salud que puede originar. Algunos de los síntomas de la adicción a la que te van a indicar los perjuicios que la cocaína está produciendo en tu organismo, son los siguientes:

Adicción cocaína síntomas

La cocaína tiende a acelerar todo tu cuerpo. Hablas más rápido, piensas más rápido, hay tendencia a la hiperactividad… Esto conlleva una alteración en el comportamiento, alternando episodios de irritabilidad con momentos más “normales”.

Las alteraciones del sueño son frecuentes en personas adictas a la cocaína, tanto por exceso como por defecto. Es habitual también la existencia de pesadillas.

Los efectos de la cocaína son brutales en tu organismo. Por ejemplo, el consumo de cocaína esnifada puede llegar a destruir el tabique nasal, provocando hemorragias profusas y continuadas. También pueden producir anosmia o pérdida del olfato. De igual modo, la rinorrea o moquita acuosa es frecuente en la adicción a la cocaína por vía nasal.

El hiperestímulo psicológico es muy habitual y frecuente, pero su umbral va siendo cada vez más bajo. Es decir, que cada vez se va a necesitar más dosis para conseguir el mismo efecto de euforia y energía.

A nivel cardíaco, la cocaína provoca un aceleramiento de su funcionamiento e incrementa el riesgo de sufrir un infarto de miocardio. Esto puede causar trombos que, de alojarse en el cerebro, pueden provocar infartos cerebrales.

La sensación de euforia que provoca el consumo de cocaína puede provocar una disminución del apetito, con lo que el peso corporal se reduce, dando al adicto un aspecto demacrado y enfermizo.

Una tendencia que vuelve a aumentar con drogas como el tusi, la cocaína rosa de moda más cara que es una mezcla entre LSD y éxtasis. Lo que provoca efectos alucinógenos y sensación de euforia.

Cocaína por vena

En el caso de que el consumo de cocaína sea inyectado, aparte de las inevitables marcas de pinchazos en los brazos, se corre el riesgo de contraer enfermedades como el VIH o la Hepatitis. Eso supone un problema añadido, puesto que son enfermedades fácilmente contagiables a la pareja o parejas sexuales del adicto.

Ya sabemos que los problemas con la cocaína son sobre todo físicos. Y los problemas psicológicos tampoco son menores, puesto que el adicto se suele sentir culpable por el consumo de esta sustancia, lo que ocasiona depresión, ansiedad y otros problemas psicológicos.

Desintoxicación de la cocaína: tratamiento para dejar la cocaína

Entonces llegamos al punto más importante que es el del tratamiento para dejar la cocaína. Para conseguir desengancharse de las adicciones de cualquier tipo, lo primero es querer y saber cómo dejar la coca. Si no se tiene la voluntad de abandonar el consumo, cualquier intento de tratamiento de desintoxicación cocaína va a fracasar. El adicto debe darse cuenta de que el consumo de cocaína está produciéndole un problema y, por ende, debe querer abandonar ese hábito nocivo.

Una vez que el adicto ha reconocido que lo es y que quiere saber cómo dejar la cocaína, debe ponerse en manos de profesionales que le asesorarán acerca del tratamiento más adecuado. El proceso de desintoxicación de la cocaína es un compendio de varias esferas. No va a servir de nada abordar el problema psicológico sin tratar el físico y el social. Un dicho que ilustra a la perfección la primera parte del tratamiento es “quien evita la ocasión, evita el peligro”.

Evitar antiguas amistades

Para lograr desengancharte de las drogas, en este caso, de la cocaína, debes alejarte del entorno social en el que conseguías la sustancia. Los ambientes nocturnos, amigos o personas que te proporcionaban la droga deben desaparecer de tu vida. Este punto no admite discusión de ningún tipo.

La abstinencia de la sustancia va a provocar efectos en tu organismo que pueden ser difíciles de controlar. En este punto debes pedir ayuda a tu médico que te prescribirá fármacos para controlar tu ansiedad y los posibles arranques de ira que puedes tener provocados por la falta de la cocaína. Tal vez se haga necesario el uso de un estabilizador del ánimo, que te ayudará a sobrellevar los altibajos emocionales a los que posiblemente tengas que enfrentarte.

La alimentación, primordial

Un consumo de frutas y verduras de forma regular te ayudarán a sentirte mejor y verte mejor. Debe ser una rutina diaria; la realización de cinco comidas diarias te va a ayudar a fortalecer tu sistema inmunitario y afrontarás el tratamiento con más optimismo.

El consumo de alcohol, frecuentemente ligado al consumo de cocaína, debe ser evitado para eliminar esa asociación nociva de nuestra vida. Bebe agua, zumos, bebidas energéticas. Te aportarán vitalidad y fortaleza.

Mantente ocupado

Emplea tu tiempo en hacer cosas que siempre te han gustado. Hobbies, acciones de voluntariado, lectura. El deporte es altamente recomendable para quemar adrenalina y llenarte de energía positiva. Tus amigos van a ser un pilar de apoyo fundamental en tu tratamiento de desintoxicación de la cocaína.

El tratamiento psicológico también es fundamental. La intervención de un profesional es imprescindible para el desahogo del adicto y su buena salud mental. Es importantísimo que entienda que su vida va a ser más plena, más sana y más completa sin las drogas.

También existen organismos como Narcóticos Anónimos que se pueden encontrar en diferentes puntos de España y en los que los afectados se reúnen para dialogar y contarse sus problemas, muy parecido a la organización Alcohólicos Anónimos. Estas organizaciones no tienen ánimo de lucro, por lo que no te costará dinero acercarte a sus reuniones. Dispones de centros donde se hacen reuniones de Narcóticos Anónimos en Madrid, Sevilla, Barcelona, Ibiza, Cádiz, Málaga, Canarias, Huelva, Vizcaya, Jaén…

Y también existen centros de desintoxicación privados, estos sí que tienen coste, que te ayudan ante la titánica tarea de saber cómo dejar la cocaína solo.

Luz contra la adicción a la cocaína

Gracias a la estimulación lumínica, investigadores han analizado los cambios neuronales que se producen durante el consumo de drogas y ha demostrado la eficacia de un tratamiento contra la adicción en ratones. En el experimento, las conexiones neuronales de los ratones cambiaron por efecto de la cocaína y les provocaron los comportamientos compulsivos típicos de la adicción, pero después las conexiones se pudieron restaurar.

“Primero suministramos cocaína a los ratones para potenciar determinadas conexiones neuronales y cambiar su conducta. Después, estimulándoles con luz, conseguimos normalizar sus sinapsis de nuevo y debilitar la comunicación neuronal hasta los niveles iniciales, antes de que el animal hubiese consumido droga”, explican los investigadores.

El equipo de Christian Lüscher, investigador de la Universidad de Ginebra (Suiza), ha demostrado que si las drogas dejan huella en el cerebro y provocan cambios en la conducta, también que a partir de la exposición a la luz también se consiguen activar células nerviosas de ratones sin fármacos, solamente por manipulación optogenética. “La precisión del tratamiento nos hace pensar que los efectos secundarios deben ser menores, pero aún no podemos asegurarlo”, explica Lüscher.

“Los efectos secundarios son un punto importante, sobre todo en tratamientos a largo plazo. Por ejemplo, el calor de la luz y los daños en el material genético pueden ser dos consecuencias potenciales”, continúa Deisseroth.

El científico ha participado en la sesión sobre recompensa, toma de decisiones y redes motoras del FENS 2012, en Barcelona. Todas las ponencias llevaban el sello de Karl Deisseroth, investigador de la Universidad de Stanford (EE. UU.) y uno de los padres de la técnica del año 2010, según la revista Nature Methods. “La optogenética no es la única metodología, pero comenzamos a aprovechar todo su potencial”, dice Robert C. Malenka, investigador de la Universidad de Stanford (EE. UU.).

La dopamina no sabe de consecuencias

El mecanismo que se activa cuando se adquiere una dependencia cuenta con un neurotransmisor clave. “Hemos demostrado el papel fundamental de la dopamina en la adicción”, dice Lüscher. A la dopamina se la conoce como ‘la hormona del placer’, pero desde hace años los neurocientíficos se refieren a ella como el motor de la motivación porque moviliza el sistema de recompensa.

La dopamina no se libera en grandes cantidades ante las acciones más cotidianas, sino cuando recibe una motivación fuerte. Y, en ese momento, el sujeto todavía desconoce si le reportará un estímulo positivo o negativo. “La neurociencia no ha diferenciado demasiado la liberación de dopamina en situaciones de recompensa y aversión porque muchos no le veían ningún sentido”, conviene Malenka. En cambio, “el dolor y el placer están muy cerca uno de otro y un estímulo con efectos adversos también puede ser la causa de la liberación de dopamina”, explica.

Si consumes cocaína o heroína, olvídate de encontrar trabajo

Si consumes cocaína o heroína, olvídate de encontrar trabajo

¿Te estás planteando dejar la cocaína? Los adictos a la cocaína y la heroína tienen un 60 % menos de probabilidades de encontrar trabajo. Investigadores gallegos han analizado datos proporcionados por el Servicio Gallego de Salud y han demostrado que la probabilidad de que un adicto a drogas ilegales sea contratado es un 58,4 % menor que la de otro aspirante.

Este trabajo, publicado en la revista Applied Economics Letters, analiza el impacto del uso de drogas que crean dependencia en la posibilidad de ser seleccionado por una empresa.

Los investigadores han tenido en cuenta únicamente las “drogas clasificadas como de dependencia”, explica María Berta Rivera, una de las autoras del estudio e investigadora de la Universidad de La Coruña. Los casos se refieren al consumo de heroína, de cocaína, de aquellas sustancias cuya base es la cocaína, y los consumos mixtos de ambos tóxicos.

Los casos utilizados en el ensayo fueron extraídos de los registros clínicos de las Unidades Asistenciales de Drogodependencia (UADs) del Servicio Gallego de Salud, cuyo personal realiza encuestas a los pacientes en el momento en que son ingresados.

Los expertos seleccionaron aquellos usuarios clasificados como “consumidores problemáticos –aclara Rivera–. Hemos utilizado únicamente los casos de empleo patológico de drogas, es decir, con una frecuencia diaria”, añade la científica.

Los autores consideran que desde un punto de vista socioeconómico, los resultados revelan el gran coste individual y colectivo que originan los problemas de salud y sociales asociados al consumo habitual de drogas ilegales.

“Es una productividad perdida, puesto que, en su mayoría, estamos hablando de población joven en edad de trabajar”, recalca la investigadora.

Drogas y encontrar trabajo no van de la mano

“Para estudiar la relación entre variables se utilizan modelos de tipo probabilístico”, explica Rivera. La dificultad de este tipo de análisis radica en determinar la dirección que toma la dependencia entre dos o más factores. En el caso del consumo de drogas y el trabajo, “puede existir una relación bidireccional entre ambas variables —aclara la investigadora—. En este caso, la influencia sería recíproca. ¿Tiene un desempleado mayores incentivos para ser consumidor o es el consumo el que determina la capacidad de empleo?”.

“La metodología que hemos utilizado permite establecer la relación en el sentido de la segunda afirmación, y, por lo tanto, poder obtener las conclusiones expuestas en el artículo”, recalca Rivera. El consumo de drogas es lo que se denomina una variable endógena, es decir, está determinada por otras magnitudes que deben introducirse a su vez en el modelo inicial.

Entre ellas se encuentran la edad a la que comenzó la adicción. “Un inicio temprano en el consumo de drogas tiene efectos importantes en la empleabilidad futura”, aclara Rivera. El nivel de educación “influye de manera positiva en la reducción de la probabilidad de ser un consumidor frecuente de drogas de dependencia” y el estado civil “también determina la probabilidad de consumo de drogas y su intensidad”.

Además, los autores tuvieron en cuenta la salud de los usuarios. “El padecimiento de enfermedades crónicas, como el VIH o la hepatitis, reduce la probabilidad de estar trabajando”, señala.

El modelo probabilístico demostró que todas estas características del adicto reducen la probabilidad de que sea seleccionado para trabajar en una empresa, lo que permite a los expertos afirmar que es el consumo de drogas el que afecta de manera negativa a la probabilidad de encontrar un empleo.



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