Las cárceles españolas son de las más pobladas de Europa

Según un informe del Observatorio de la Delincuencia, las prisiones españolas están al 140 % de su capacidad. Esto nos sitúa entre los primeros países europeos, tan solo superados por Chipre e Italia, pero situándonos a la cabeza de Europa en el porcentaje de presos extranjeros (36,5 %).

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El Observatorio de la Delincuencia (ODA) se creó para realizar un correcto análisis de la evolución de la delincuencia, que por otra parte, continúa siendo uno de los temas que más preocupan a la opinión pública. Entre sus principales objetivos están la realización de estudios científicos sobre el fenómeno delictivo, actuar de fuente de información y convertirse en un centro de referencia en documentación especializada.

Estado de las prisiones
El último estudio publicado por la ODA se centra en analizar la realidad penitenciaria española, con una comparación con el resto de países europeos junto a un análisis de la respuesta de la política penitenciaria a los cambios en el código penal, y una de las primeras conclusiones presentadas por este trabajo es la existencia de importantes discrepancias entre las políticas criminales y penitenciarias.

Al parecer, las primeras, se han centrado durante las dos últimas décadas en modelos punitivos, es decir, con una aplicación excesiva de la prisión preventiva y escasez de penas alternativas. Por su parte, las políticas penitenciarias, se han basado en la introducción de módulos de respeto y programas de tratamiento, así como, en un acercamiento de los presos al mundo exterior.

La consecuencia principal de estas incompatibilidades entre ambas políticas es la superpoblación de las prisiones.

Este dato se debe fundamentalmente a un endurecimiento del código penal, puesto que, como informó el ODA en un anterior estudio, no existe un aumento de la delincuencia ni del número de entradas en prisión en los últimos años, puesto que, como explica Elisa García, directora del ODA y responsable del informe titulado Realidad y política penitenciaria, las características de nuestro sistema penal hacen fácil entrar en la prisión y muy difícil salir de ella.

El alto número de presos internos no se correlaciona con un aumento del número de incidentes e intentos de motín o fuga, sino todo lo contrario, al parecer, este hecho puede deberse a que el clima mediterráneo y las prisiones abiertas que posee el sistema, no dan lugar a que se generen problemas. Además, según los expertos, la existencia de un sistema de premios y beneficios, está garantizando el buen comportamiento de los presos.

Otro dato que arroja el estudio es que el del alto número del porcentaje de presos extranjeros residentes en las cárceles españolas, aunque según los investigadores, este dato no se debe a un aumento de la delincuencia de este colectivo, sino al uso extendido de medidas cautelares (el doble que en los presos españoles), debido al riesgo de fuga por sus escasas relaciones con la comunidad.

Hacia una nuevo modelo prisión
En el sistema penitenciario español existen diferentes estrategias que se centran, por un lado, en mejorar el clima de convivencia y de respeto entre los internos (módulos de respeto) y en atender las necesidades específicas de un determinado colectivo, como pueden ser por ejemplo, las unidades de madres.

La finalidad de los módulos de respeto es lograr un clima de buena convivencia entre los residentes del módulo, lo cual se intenta conseguir mediante la participación de estos en la vida, las tareas y las decisiones del módulo. La inclusión en él es voluntaria y lleva implícita la aceptación de las normas del departamento, que regulan aspectos personales, de cuidado del entorno y de relaciones interpersonales.

Sin embargo, con respecto a esta cuestión, los expertos encuestados no se ponen de acuerdo, y los hay que los defienden, y aquellos que consideran que existe demasiado control.

Para un buen trabajo en las prisiones españolas, dada la fisura en el entendimiento entre de los responsables penitenciarios y las políticas criminal y penitenciaria, los autores del estudio proponen la necesidad de un aumento en el seguimiento del apoyo a los presos tras la excarcelación y de las investigación sobre la percepción social del delincuente, ambas medidas, afirman, ayudarán a una mejora de las estrategias de reinserción social.

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