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La limitación de precios en el alquiler impulsará a los propietarios a vender y reducirá la oferta de pisos

Barcelona paisaje
NOTICIA de Jessica Pascual
19.03.2024 - 10:22h    Actualizado 21.03.2024 - 10:00h

Los propietarios dejarán de alquilar los pisos ubicados en zonas tensionadas para venderlos. Esta es una de las principales consecuencias que se derivan de la implantación de la nueva ley que afecta a los precios de los contratos de alquiler. Jorge González-Iglesias, CEO de la empresa especializada en mejorar las condiciones financieras del sector del Real Estate, Gibobs, afirma que esta nueva normativa “aumentará la oferta de la compraventa de viviendas a la par que reducirá la cantidad de inmuebles disponibles para alquilar“.

Además de en el mercado de la compraventa, otros estudios apuntan a los efectos que podría tener la nueva regulación del alquiler en los puestos de empleo del sector inmobiliario.

Cómo afecta la nueva regulación de los precios del alquiler a la compraventa

La nueva ley que afecta a los contratos de alquiler, recién aprobada, está siendo objeto de debate y polémica. Desde los estudios que apuntan a que los precios que da el índice del Gobierno no se corresponden con la realidad del mercado, según Idealista hasta otros, como el elaborado por Gibobs, que recoge las consecuencias que va a tener esta nueva norma en el mercado inmobiliario de la compraventa.

Jorge González-Iglesias, de Gibobs.

Un efecto que González-Iglesias resume en dos puntos clave: Disminución de la oferta de alquiler en zonas tensionadas y aumento de los inmuebles a la venta. El CEO de Gibobs apunta a que con este límite de precios, “se estima que muchas personas no quieran alquilar su vivienda a terceros y las pongan en venta“. Considera que esta es una de las consecuencias derivadas de la aplicación de este nuevo índice, pero no la única. Tal y como detalla, se trata de una nueva tendencia que tendrá otras consecuencias colaterales, como que “el precio de la vivienda en zonas tensionadas pueda bajar al haber mayor oferta de inmuebles”, incide.

Este índice de referencia de precios es una medida que se aplica en un contexto “donde aproximadamente el 15 % de las casas tienen una renta demasiado baja. Mientras que el 85 % la tiene demasiado alta”. Y resume que el principal problema que hay, provocando que los precios suban, tanto desde la perspectiva del alquiler, como de la compra, tiene que ver con la contracción de la oferta.

En la práctica, “muchas personas quieren vivir en las mismas zonas, pero existen límites a la hora de crear oferta”. Hasta el punto, señala González-Iglesias, que en España se crean entre 250.000 y 300.000 hogares al año. Y solo se construyen 100.000 viviendas”. Al final estamos hablando de un bien de primera necesidad donde se tiene que dar respuesta masiva a la demanda. Sin embargo, la ley provocará que aumente la oferta de vivienda en venta, a la par que disminuye la que está en alquiler, aunque la primera lo hará en menor medida que la segunda”.

Respecto a las zonas donde más pueda verse este efecto, González-Iglesias remarca que “como la cantidad de inmuebles necesarios para la compra es muy inferior a la demanda actual, en la mayoría de las zonas esta repercusión no va a ser proporcional”.

Qué consecuencias tiene la nueva regulación del alquiler en el mercado de la compraventa

Además de la fuga de inmuebles del mercado del alquiler a la compraventa, González-Iglesias detalla las principales consecuencias derivadas de la nueva regulación de precios, que resume en tres grandes puntos:

Disminución de la demanda de pisos en alquiler y aumento de la compra de vivienda. González-Iglesias indica que esto provocará, además, que las personas con capacidad adquisitiva inicien la búsqueda de una nueva vivienda para comprar. Aunque ello depende del perfil y situación de cada usuario, dado que tal y como explica, “hay personas que viven de alquiler porque no tienen los ahorros necesarios para comprar una vivienda. Y seguramente la que puedan alquilar sea mejor que la que pueden comprar. En el caso de tener que optar por la compra, la vivienda tendrá que ser de un nivel inferior al deseado”, explica.

Otra de las consecuencias tiene que ver con el incremento de la hipoteca a aquellas personas que hayan comprado para alquilar y que firmaron un tipo de interés variable. Al no poder subir el alquiler para apaciguar la subida por los límites, “perderán rentabilidad e incluso se verán forzados a tener que vender la vivienda“, añade.

Por otra parte, otra de las consecuencias derivadas de esta nueva normativa tiene que ver con el sector de los pequeños inversores, afirma González-Iglesias. Porque aquellos que compran vivienda para después explotarla en alquiler, dejarán de hacerlo. Este grupo de inversores se reducirá, explica, dado que su rentabilidad está más limitada. De tal manera que, “ese dinero seguramente se vaya a otro tipo de inversiones”.



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