Las averías según el color del humo del tubo de escape: blanco, azul o negro

El humo que sale del tubo de escape de un coche, si el vehículo está en buen estado, es incoloro. Pero, ¿qué ocurre cuando no es así y después de un acelerón dejas un nubarrón negro detrás de ti? Lo primero, hay una posible visita al taller en breve para solucionar algún problema con la combustión de tu coche. Lo segundo, que debes identificar correctamente el color del humo que sale por el escape de tu coche, así como la densidad del mismo y el tiempo que tarda en disiparse, para saber si tienes avería o descartarlo. Para aclararlo hemos consultado a los expertos de Euromaster, empresa especializada en el cuidado y mantenimiento integral del vehículo.

Humo blanco

El blanco es uno de los colores más comunes que sale por el escape de los coches. En la mayoría de las ocasiones es inodoro, ligero y dura muy poco. Suele ocurrir nada más arrancar el vehículo cuando hace mucho frío o en otoño, con un alto porcentaje de humedad en el ambiente. Esto significa que no hay motivo para alertarse y de que no hay ningún tipo de avería, pues simplemente es vapor de agua que se produce por efecto de la condensación.

Sin embargo, cuando el humo blanco es denso y continúa saliendo por el escape durante todo el tiempo que el vehículo está circulando, sí que puede ser un claro síntoma de que algo falla. “Una de las posibles causas puede ser la posibilidad de que esté entrando agua en la cámara de combustión, lo que indica algún tipo de problema o fuga en la junta de la culata”, explican los mecánicos expertos de Euromaster. En este caso, la avería es grave y su reparación tiene un coste que puede oscilar entre los 2.000 y los 4.000 euros, según la marca y el modelo.

Humo azul

Cuando el humo que sale por el escape de un coche es de color azul, se debe principalmente a que se está quemando aceite, lo que a su vez está originado por una fuga interna en el sistema de lubricación del vehículo. En este caso, la avería puede ser muy grave y muy costosa, puesto que el vehículo puede quedarse sin aceite, un hecho no deseable que implicaría una rotura completa del motor.

Por otro lado, desde Euromaster también señalan que este humo azul puede deberse a que las válvulas, las camisas de los cilindros o los segmentos del pistón están desgastados, aunque en ciertas ocasiones dicho color también puede ser el síntoma de un mal funcionamiento del turbo. En estos casos, también se puede acelerar el consumo de aceite, por lo que resulta crucial comprobar los niveles de este líquido.

Humo negro o gris

Cuando el humo que sale de escape es negro o gris oscuro, las posibles averías varían según el tipo de combustible del vehículo.

Así, en coches de gasolina, el origen puede deberse a que se está quemando demasiado combustible —o con una mezcla ‘muy rica’ en el argot de los mecánicos—, un problema que sin duda tiene que ser revisado. La avería puede ser también un problema en el sistema de alimentación originado por un fallo en los inyectores. Aquí, lo recomendable es cambiarlos. En este caso, lo habitual es que se cambien los cuatro, uno por cada cilindro. Esta reparación puede alcanzar unos 1.000 euros, unos 250 euros por cada inyector.

Por su parte, en el caso de los diésel, ese humo negro puede deberse simplemente a una acumulación de hollín en el sistema de escape. Para remediarlo, lo más recomendable es conducir durante varios minutos con una marcha más baja de la que se circula de forma habitual o acelerando a un régimen de revoluciones también más alto de lo normal para que suelte la carbonilla.

Sin embargo, el humo negro persistente en un coche diésel también se puede deber a diversos factores, con posibles problemas en los inyectores, en la electrónica, en el turbo e incluso en el filtro de partículas. En estos casos, el coste de la avería varía según la gravedad y la complejidad de la misma, por lo que la factura final puede oscilar entre los 30 y los 3.000 euros.

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