Las mujeres en China empiezan a ser importantes al abandonar el hombre el núcleo rural para trabajar en la ciudad

Las mujeres en China empiezan a ser importantes al abandonar el hombre el núcleo rural para trabajar en la ciudad
NOTICIA de Javi Navarro
06.08.2011 - 13:49h    Actualizado 22.02.2023 - 14:43h

La señora Ma vive en las afueras de Wuhán, una de las principales ciudades de China. Como la mayoría de las mujeres de su aldea, hace las tareas de la casa y cultiva hortalizas. Rara vez participa en actividades comunitarias; si hay una reunión o encuentro del pueblo, concurre su marido. Por eso se sorprendió cuando los investigadores que apoyan la preparación de un proyecto de transporte urbano financiado por el Banco Mundial le pidieron que manifestara sus preocupaciones sobre el reasentamiento que se produciría como parte del proyecto y que compartiera sus ideas. Les dijo a los investigadores que pensaba que “el proyecto debería utilizar de manera adecuada el dinero de las compensaciones” y que “las mujeres deberían tener iguales derechos que los hombres en el proceso de reasentamiento“.

El aporte de la señora Ma dio lugar a un informe sobre el papel y la opinión de las mujeres en el reasentamiento y las compensaciones que orientarán el diseño y la ejecución del proyecto de Wuhán.

“Es necesario satisfacer las diferentes demandas de las mujeres y sus opiniones deben ser escuchadas”, afirma Zhefu Liu, especialista superior en Desarrollo Social del Banco Mundial, quien inició el estudio.

El proyecto es uno de los muchos ejemplos de cómo los proyectos financiados por el Banco “incorporaron” las cuestiones de género, tomando en cuenta las opiniones de las mujeres y adaptando las actividades para satisfacer sus necesidades.

La promoción de la igualdad de género
En China, la situación de las mujeres mejoró notablemente en las últimas décadas, a partir del establecimiento de la política de igualdad de género en 1949. No obstante, a raíz del rápido cambio de las condiciones económicas, sociales y políticas del país, se necesitan esfuerzos sostenidos para garantizar que hombres y mujeres puedan beneficiarse por igual de los logros en materia de desarrollo.

La promoción de la igualdad de género y la potenciación de las mujeres adquieren nueva urgencia ahora que China aspira al logro de los objetivos de desarrollo del milenio para 2015.

“Tener en cuenta las cuestiones de género allí donde esto tenga un sentido práctico, no solo ayuda a reducir la desigualdad de género, sino que también mejora los resultados generales de desarrollo”, dice Ede Ijjasz, director sectorial del Banco de Desarrollo Sostenible en China y Mongolia. “Esta es la base del Plan de acción sobre cuestiones de género del Banco Mundial”. (pdf)

Obstáculos diferentes
Algunas veces se supone que las prioridades económicas y de desarrollo de las mujeres son las mismas que las de otros grupos pobres, señalan los expertos del Banco. Pero las mujeres enfrentan obstáculos diferentes para poder beneficiarse de igual manera de las iniciativas de desarrollo y de reducción de la pobreza.

Por ejemplo, las necesidades de transporte de mujeres y hombres son diferentes, según un estudio del Proyecto de Transporte Urbano de Taiyuan. Según las consultas a mujeres, el proyecto realizó ajustes en su diseño para construir más carreteras secundarias, mejorar los pavimentos e instalar bancos más estables.

Además, en las zonas rurales de China no resulta fácil el acceso a servicios de salud para las mujeres, debido a la escasez de los recursos locales y los sesgos relacionados con el género.

Planes a la medida
Para eliminar estos obstáculos, el Proyecto de Salud en las Zonas Rurales ayudó a las autoridades del sector a elaborar planes locales. En ellos se incluían la asignación de visitas regulares de médicas municipales, o la creación de clínicas especiales u horarios específicos de visita para las mujeres en los centros de salud de las aldeas.

En zonas rurales alejadas, asimismo, las mujeres no tienen a menudo la oportunidad de dejar la aldea y como muchos hombres lo están haciendo para buscar empleo en las ciudades, ellas quedan a cargo de las actividades agrícolas. Pero adquirir los conocimientos y las habilidades sobre la agricultura y los medios de subsistencia es extremadamente difícil.

“En el pasado, aunque entendíamos la necesidad de recibir capacitación, no había recursos”, explica Tang Wanxiang, presidenta de la Asociación de Mujeres en el condado de Menglian, en la provincia de Yunnan, en el sudoeste de China.

La reducción de la pobreza incluye a las mujeres
Para abordar este problema, el Proyecto de Desarrollo de las Comunidades Pobres de Zonas Rurales (i) convocó a expertos para capacitar a las mujeres en la plantación de cultivos, la alimentación de ganado y otras tareas agrícolas. “Estas destrezas se transforman en una fuente estable de ingresos. Desde que las mujeres aportan mayores beneficios económicos a la familia, su posición en la misma mejoró mucho”, agrega Tang.

“La carga de trabajo [femenina] aumentó enormemente. Sin embargo, la participación de la mujer en la capacitación, su acceso al crédito, a otros bienes y recursos siguen siendo limitados”, afirma Alan Piazza, un economista superior del Banco que dirige el proyecto.

“Por lo tanto, desarrollar una estrategia eficaz para reducir la pobreza requiere una comprensión detallada y actualizada de la carga de trabajo de las mujeres de zonas rurales y el acceso a todo tipo de recursos”.



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