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Más memoria con fármacos

Más memoria con fármacos
NOTICIA de Javi Navarro
06.03.2012 - 19:08h    Actualizado 28.06.2021 - 12:36h

Descubren un mecanismo para facilitar la memoria a través de mecanismos de plasticidad sináptica que se pueden manipular farmacológicamente, de forma que aumente la capacidad cognitiva, al menos en animales de laboratorio. Así, Investigadores del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” han identificado un mecanismo molecular que, tras ser manipulado, aumentó en ratas de laboratorio la capacidad de aprender y retener información espacial. Los autores afirman que estímulos del exterior pueden provocar que algunas sinapsis se potencien, mientras otras se debilitan.

Las neuronas se comunican entre sí mediante la sinapsis, una compleja estructura donde tienen lugar un conjunto de sucesos químicos y eléctricos. El intercambio de información no siempre es igual, puesto que ciertas conexiones sinápticas experimentan modificaciones como consecuencia de una actividad o experiencia previa vivida por las neuronas.

Este fenómeno, conocido como plasticidad sináptica, se ha propuesto en múltiples estudios como el sustrato celular del aprendizaje y la memoria del ser humano. Una investigación dirigida desde del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (CBMSO), centro mixto CSIC-uAM, aporta nuevos datos sobre los mecanismos moleculares de este proceso y cómo pueden manipularse para facilitar la memoria.

El estudio fue publicado recientemente en la revista especializada PLoS Biology y fue destacado por la revista Nature el pasado 1 de marzo. En él, sus autores demuestran que las sinapsis pueden hacerse más plásticas usando un pequeño fragmento de una proteína (péptido) que está implicada en la comunicación celular. Este péptido (conocido por su abreviatura, FGL) inicia una cascada de acontecimientos dentro de la neurona que resulta en la facilitación de la plasticidad sináptica.

En concreto, FGL induce la incorporación de nuevos receptores de neurotransmisor en las sinapsis del hipocampo, zona del cerebro implicada en el aprendizaje y la memoria. De hecho, cuando los investigadores administraron FGL a ratas de laboratorio, su capacidad de aprender y retener información espacial fue aumentada.

El investigador del CBMSO José A. Esteban, uno de los autores de la investigación, contextualiza: “Desde hace aproximadamente tres décadas, se sabe que las conexiones sinápticas entre neuronas no son estáticas, sino que responden a la actividad neuronal modificando su intensidad. Así, estímulos del exterior pueden provocar que algunas sinapsis se potencien, mientras otras se debilitan. Este código de bajadas y subidas de intensidad es, precisamente, lo que permite al cerebro almacenar información y formar memorias durante el aprendizaje”.

Por su parte, Shira Knafo, también investigadora del CBMSO y firmante del trabajo, concluye: “Este tipo de estudios de ciencia básica contribuye a diseccionar las bases moleculares y celulares que controlan nuestras funciones cognitivas, y nos orientan acerca de posibles vías de intervención terapéutica para enfermedades mentales en las que estos mecanismos son defectuosos”.



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