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El acuerdo para rebajar las comisiones de las tarjetas de crédito de Servired, 4B y Euro 6000 no vale para nada

El acuerdo para rebajar las comisiones de las tarjetas de crédito de Servired, 4B y Euro 6000 no vale para nada
NOTICIA de Javi Navarro
12.06.2013 - 15:29h    Actualizado 26.07.2021 - 16:13h

Un estudio de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de España (ADICAE) demuestra que el acuerdo que se alcanzó en el año 2005 entre el Ministerio de Industria y los tres sistema de pago (Servired, 4B y Euro 6000) para reducir las tasas aplicadas al comercio en los cobros con tarjeta ha generado un traslado de costes a los consumidores en forma de comisiones bancarias y no ha generado ningún beneficio ni reducción de precios del gran comercio a los usuarios, sino perjuicios añadidos.

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ADICAE ha solicitado a la UE que renuncie a imponer nuevas bajadas de las tasas de intercambio y descuento en las tarjetas de débito y crédito si la medida no va unida a una regulación y control de los costes y tipos de interés que los consumidores soportan en el uso de tarjetas y en general el conjunto de medios de pago electrónicos, y a una regulación y control de la reducción de todos los costes y precios pagados por los consumidores al comercio, dando plena y efectiva participación a los consumidores en los observatorios, foros y demás instituciones de control social europeos y nacionales.

Evolución de 2005 a 2012
ADICAE basa su petición en el estudio de la experiencia iniciada en España el 2005, que como la Asociación acredita ha causado graves daños a los consumidores, ya probados por las estadísticas oficiales disponibles hasta el momento. El estudio, que ADICAE ha presentado a europarlamentarios socialistas y populares y a la propia Comisión Europea, y que hará llegar al Financial Services Users Group de la Comisión, al European Consumers Consultative Group y a otros organismos europeos, analiza la evolución desde 2005 hasta 2012 de las tasas de intercambio y de descuento, de los costes que en forma de comisiones e intereses soportan los consumidores en el uso de tarjetas de crédito y débito, y otros factores económicos conectados.

Los perjuicios atribuidos por el estudio de ADICAE al acuerdo de reducción de tasas impulsado por el Gobierno en el 2005 para reducir las tasas de intercambio y descuento en los casi 70 millones de tarjetas de crédito y débito se centran principalmente en:

  • Mayores subidas de precios al consumo: aquella bajada equivalió al 1,22 % de las ventas del comercio español, cuyos precios subieron en cambio un 25 % más que en la Eurozona.
  • Precios también mas alcistas de los servicios financieros pagados por los consumidores, que subieron en España un 27 %, casi cinco veces más que en toda la Eurozona, donde apenas se encarecieron desde el 2005 un 5,8 %, además de haberse constatado un traslado de costes de la banca hacia los consumidores por el cual la banca ha compensado mediante comisiones e intereses la reducción de ingresos que le supuso la rebaja de tasas de intercambio acordada en España.
  • Inferior consumo privado, crecimiento económico y empleo derivados de un inferior desarrollo de los pagos con tarjeta respecto al efectivo, con daños colaterales al sector de pagos electrónicos y, paradójicamente, a los bancos e incluso al final a los propios comerciantes que reclaman la reducción de tasas. Desde el 2008 en que empezó la crisis hasta el 2012, esas tres aportaciones macroeconómicas de las tarjetas fueron en España una cuarta menores que la media mundial.
  • Mayores impuestos y menores prestaciones sociales, como consecuencia de que el consiguiente avance de los pagos en efectivo favorece el crecimiento de la economía sumergida. La pérdida de impuestos que esta supone lleva al Estado a elevar la presión fiscal de los consumidores como contribuyentes, así como a recortarles prestaciones y servicios sociales.
  • Retroceso en las convergencias España-eurozona de márgenes comerciales, donde se ha abierto una brecha equivalente al 5 % de las ventas en el comercio minorista y 6 % en restaurantes y gasolineras, aunque superó al 30 % en joyerías, 17 % en transporte de viajeros y 13 % en telecomunicaciones, con solo el 1,3 % en los super.
  • Mejora de la rentabilidad para atenuar la crisis del comercio: mientras la industria y la energía españolas mermaron su rentabilidad media un tercio (de 3,7 a 2,9 a puntos respecto a sus niveles respectivos del 9,8 % y 8,9 % en el 2005), el gran comercio y la hostelería solo la ha visto reducida en cuarta parte (2,6 puntos sobre su 10,3 % de rentabilidad exhibida el año 2010) pese a la fuerte caída de las ventas totales.
  • Menor competencia del comercio e infracciones contra ella. La bajada de tasas del 2010 fue un acuerdo de concertación de precios y ha frenado la competencia del comercio, el sector menos abierto a ella, según reflejan los índices comparativos internacionales. Así lo reafirma el que, además de elevar los precios tras el compromiso de bajarlos, no contribuyó a mejorar la producción o la comercialización y distribución de bienes y servicios, ni a promover el progreso técnico o económico, afectado en España más que en otros países de la Eurozona donde no se impusieron tales reducciones de tasas.

En virtud de este estudio económico, jurídico y social, ADICAE concluye que, además de ser contrario al artículo 1 de la Ley de Defensa de la Competencia de España, los ya probados incumplimientos del comercio contravienen el gran Tratado Europeo. Este, en sus artículos 101 y 102, llega incluso a declarar inaplicables las infracciones a la competencia que beneficien a los usuarios, que en este caso español y por el contrario han sido perjudicados, con datos cuya magnitudes podrían extenderse y ampliarse a toda Europa si la Comisión reproduce el caso español sin ninguna medida complementaria eficaz.

El estudio de ADICAE, acreditada oficialmente en las instituciones europeas como la organización más importante y representativa del sector y una de las diez mayores de toda Europa (ver Mapping of Non-profit Entities in the EU), pues cuenta con cerca de 150.000 miembros, es complementado y contrastado con los resultados de encuesta realizada a 3.561 personas con cuestionarios cumplimentados como válidos.

¿Tasas de intercambio?

Los encuestados dicen ignorar qué son las tasas de intercambio y descuento reducidas por el acuerdo del 2005: un 54 % reconoce que ni siquiera lo saben y solo un 16,2 % acierta con la respuesta correcta al elegir entre tres opciones. Pero la gran mayoría opina que, si bajan las tasas, los comerciantes no variarán por ello los precios de los productos. Para casi el 90 % la principal ventaja de las tarjetas es pagar compras sin necesidad de llevar efectivo encima (89,2 %), mientras que la ventaja de obtener descuento sólo es citada por menos del 16 %.

Además de la petición trasladada a la Comisión Europea sobre sus planes en relación a tasas de intercambio y de descuento, ADICAE concluye que la nefasta experiencia española aconseja impulsar con regulaciones y controles la reducción de todos los costes y precios pagados por los consumidores al gran comercio, dando plena y efectiva participación a los consumidores en los observatorios, foros y demás instituciones de control social europeos y nacionales; estimular la reducción de todas las comisiones y tipos de interés que frenan el desarrollo de las tarjetas y lastran de manera injustificada y abusiva las economías familiares; promover el consumo privado, y así el crecimiento económico y empleo, con campañas de educación financiera y a favor de los pagos electrónicos que cooperen a garantizar mejor los intereses y derechos de los consumidores, y desincentivar la economía sumergida con estímulos apropiados y un mayor uso intensivo de los ingresos y pagos electrónicos desde las administraciones públicas, e incluso elevar las sanciones a la utilización del efectivo para el fraude y la corrupción.



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