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La guerra contra la patata transgénica

La guerra contra la patata transgénica.
NOTICIA de Javi Navarro
13.03.2010 - 18:34h    Actualizado 22.03.2023 - 17:18h

¿Patata transgénica sí? ¿Patata transgénica no? La guerra no ha hecho más que empezar y así lo destaca la CECU tras hacerse eco de que la Comisión Europea autorizase por primera vez desde hace 12 años el cultivo de un vegetal transgénico en suelo europeo. La “agraciada” ha sido una patata para uso industrial cuyas modificaciones, de llegar a la cadena alimentaria, pueden acabar con la eficacia de ciertos antibióticos en el ser humano.

Ha sido una de las primeras decisiones de la nueva Comisión Europea y difícil­ mente podría ser más polémica. Tras doce años en los que el lógico principio de precaución ha imperado, las presiones de la industria parecen haber conseguido hundir el dique que contenía a los cultivos transgénicos en Europa.

La aprobación de la patata Amflora por un procedimiento rápido, que impo­sibilita el debate entre los comisarios europeos, choca de forma evidente con las recomendaciones científicas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Europea del Medicamento.

Ambas entidades han advertido sobre el peligro de que las modificaciones genéticas introducidas en el vegetal acaben creando una resistencia a los antibióticos destinados a tratar la tuberculosis.

Así lo han denunciado en un comunicado conjunto CECU, Amigos de la Tierra, COAG y Greenpeace, que trasladaron a la opinión pública tras la decisión. Todas las organizaciones coinciden en señalar lo inadecuado de un procedimiento que deja de lado por completo el principio de precaución, pese a existir evidencias científicas que invitan a ser más precavidos e invitan a los estados que forman parte de la UE, muchos de los cuales están en contra a que veten el cultivo en sus territorios.

Según parece la aprobación tiene que ver con el hecho de que ese cultivo esté únicamente destinado a su uso in­dustrial, aunque entre esos usos se en­cuentra su utilización en piensos compues­tos para animales. Es evidente que esta patata aca­bará en nuestros platos, bien a través de derivados animales o, simplemente, por contaminación con otras especies, por lo que la necesidad de actuar es acuciante.

De momento, la sociedad civil con­traria a estos cultivos se manifestará el 17 de abril en Madrid para pedir tolerancia cero a las autoridades españolas.



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