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Las comidas típicas de carnaval

Las comidas típicas de carnaval
NOTICIA de Javi Navarro
04.03.2011 - 20:36h    Actualizado 23.01.2023 - 10:46h

Se aproxima el fin del invierno, y con él, llega la quinta estación: carnaval. Una época tradicionalmente marcada por los excesos, que se remonta a las bacanales paganas y que los cristianos adaptaron como una fiesta de preparación para el ayuno de la Cuaresma. De esta fiesta han surgido originales dulces en todo el mundo y que te presentamos para que sepas qué se come en cada carnaval? Descubre las mejores recetas de comida de carnaval.

Río de Janeiro, Brasil

Además de bailar samba con originales disfraces, la comida es una parte muy importante del carnaval de Brasil. ¿Cuál es la comida típica de carnaval en Río de Janeiro? El rey indiscutible es la feijoada, un plato un tanto pesado, preparado a base de frijoles negros, tocino y carne en salazón. Mientras que la feijoada se suele comer en casa después de los desfiles, también se encuentran en las calles de Brasil algunos platos irresistibles, entre ellos unos pastelillos de rellenos muy variados, que contienen desde fruta a pescado.

Alemania

El Karneval, Fastnacht o Fasching según la zona de Alemania en la que se esté, es una costumbre muy extendida en el país germano. Para esta ocasión no sólo se preparan caramelos para tirar en los desfiles, también existe una curiosa tradición que consiste en rellenar las berlinas (unos dulces parecidos a los donuts, pero sin agujero y rellenos normalmente con mermeladas) con mostaza y cebolla. Se hace al azar, de manera que alguien se lleve una sorpresa un tanto desagradable.

Reino Unido

En el Reino Unido el martes de carnaval se conoce también como Pancake Day. En este día se comen tantas tortitas como se pueda. La tradición proviene de la idea de acabar con todos los ingredientes antes del Miércoles de Ceniza para evitar la tentación durante la Cuaresma. La versión favorita sigue siendo la de azúcar con limón. Lo más interesante es que se han creado juegos en torno a esta comida, por ejemplo, el lanzamiento de tortitas.

Nueva Orleans, EE. UU.

Mardi Gras es el nombre oficial que recibe el día grande de carnaval en Nueva Orleans. Si pasas por allí no debes perderte las famosas tartas reales o king cakes. El tipo más común es un anillo de pan trenzado cubierto con glaseado de llamativos colores: morado, verde y oro, como los colores originales del carnaval. Nuestro consejo: los desfiles más importantes no pueden pasar por el Barrio Francés porque sus calles son demasiado estrechas, por lo tanto, es el lugar ideal para descansar después del ajetreo. Nosotros te proponemos el Hotel Sheraton New Orleans.

Italia

Hay multitud de dulces de carnaval de Italia: los castagnole, los tortelli dolci, los cenci… Sin embargo los más curiosos son los que tienen que ver con la especialidad por excelencia de carnaval (carne vale): el cerdo. Los chiacchiere y los sanguinaccio dolce. Los primeros son pasteles desmigados, fritos y cubiertos de azúcar. Se rumorea que la receta data de la época romana, cuando se freían en grasa de cerdo. Y la base de los sanguinaccio dolce es una crema a base de chocolate fundido que se toma originalmente con bizcochos de soletilla y ¡sangre!

España

Los dulces de carnaval en España se concentran en las zonas donde la fiesta ha tenido históricamente más repercusión. En Galicia y Asturias son típicos los freixós (también conocidos como filloas y hojuelas), los frixuelos y las orejas. En Cataluña destaca un embutido hecho de estómago de cerdo relleno de carne picada, huevos, pan y pasas; y la coca de Llardons, una empanada abierta con chicharrones, piñones y azúcar.

En el sur se disfruta por adelantado de los dulces de la Semana Santa como las torrijas, la leche frita o los pestiños, pero además se ha establecido a lo largo del tiempo una amplia variedad de postres carnavelescos. En Cádiz destacan las tortas de carnaval de Olvera, los bollos y los buñuelos de carnaval; y en Granada en cambio, la cuajada de carnaval. Este un delicioso dulce que se creó con la intención de aprovechar los mantecados que habían quedado de la Navidad, y que se suele preparar en un lebrillo de Fajalauza y decorarse con el dibujo de una granada hecho con azúcar y canela.

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