Viviendas por meses: la solución que buscan estudiantes, teletrabajadores y profesionales en movimiento
El alquiler de temporada —viviendas o habitaciones por uno o varios meses, sin el compromiso de un contrato largo— está creciendo de forma acelerada en España. Muchos propietarios se inclinan por este tipo de arrendamiento ante la pérdida de atractivo del alquiler permanente —presionados por nuevas leyes—, fluctuaciones de la demanda y la búsqueda de mayor flexibilidad. El impulso de este tipo de alquiler está reduciendo la oferta de inmuebles en alquiler en el mercado, lo que dificulta encontrar piso a los inquilinos que buscan alquiler a largo plazo, pero, a su vez, lo facilita a quien necesita de forma temporal encontrar una vivienda, como estudiantes, trabajadores temporales o cualquier persona ante la necesidad de estancia que no requiera de más de un año de duración de contrato de alquiler.
Plataformas digitales como Spotahome, que se encargan de alquilar de forma segura, acortando trámites y ofreciendo garantías tanto al inquilino como al propietario en este tipo de alquiler temporal, han llegado para quedarse ante la tendencia actual del mercado. Hay más viviendas y habitaciones disponibles para alquilar de forma temporal y las necesidades de las personas impulsan también este tipo de alquiler con estas plataformas.
Y es que, en algunas ciudades, como San Sebastián y Barcelona, el alquiler temporal supera el 30% de todo el parque disponible de viviendas en alquiler. En Cádiz se alcanza el 22% y Valencia, Málaga, Madrid, Palma o Bilbao también tienen porcentajes relevantes.
Esta situación se ha provocado de la decisión de uno de cada 3 propietarios, el 36%, que se siente insatisfecho con la Ley de Vivienda actual y amenaza incluso con retirar su piso del mercado de alquiler. Y un 40-47 % de propietarios que se plantea cambiar al alquiler temporal frente al alquiler habitual.
Todos estos factores contribuyen al auge del alquiler temporal, que ante la demanda cambiante de residencia como cambios de trabajo, teletrabajo o la necesidad de flexibilidad que necesita un estudiante durante el curso escolar respecto a los meses que vive en el hogar familiar, encuentran la solución perfecta para no comprometerse a un contrato de alquiler de un año mínimo de alquiler.
Ventajas y riesgos del alquiler temporal para quienes lo buscan
Ventajas
Sin duda, los grandes beneficiados son quienes teletrabajan o tienen estancias de corta duración (por ejemplo, 1-6 meses), pero necesitan garantías de acceso a vivienda, estabilidad temporal y servicios básicos incluidos. Algunas de sus características:
Flexibilidad: no estás atado a un contrato de años. Cambiar de ciudad o volver al origen es más sencillo.
Menos compromisos: menores costos de mantenimiento, menor riesgo de obligaciones prolongadas.
Agilidad: las plataformas digitales permiten ver, reservar y pagar sin papeleos físicos, lo que facilita el proceso, haciendo la reserva sin necesidad de desplazamientos y pagando online, lo que reduce la fricción y el riesgo de fraudes.
Online: Ofrecen contratos digitales y suelen incluir servicios de atención al cliente, verificación de propietarios, depósitos garantizados, lo que da seguridad para inquilinos exigentes en estancias temporales.
Riesgos
Costes más altos por mes: a veces sale más caro pagar las mensualidades de alquiler temporal que prorratear un alquiler largo, especialmente fuera de zonas muy demandadas.
Incertidumbre de disponibilidad: en temporadas altas o en ciudades turísticas, puede resultar difícil encontrar algo a buen precio.
Menos protección legal: los contratos temporales pueden tener cláusulas distintas, garantías más débiles o menos derechos frente a propietarios, según la regulación local.
¿Modelo de futuro?
El alquiler temporal se perfila como una fórmula que ha llegado para quedarse. Responde a nuevas necesidades de movilidad laboral, teletrabajo o estudios, pero plantea retos importantes: garantizar una oferta suficiente de vivienda habitual, equilibrar la regulación y ofrecer protección tanto a propietarios como a inquilinos.
Mientras tanto, los datos muestran una realidad clara: cada vez más españoles —y también extranjeros— optan por vivir en viviendas temporales, aunque ello suponga pagar más a cambio de la libertad y flexibilidad que ofrece este modelo.
