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El 55 % de los productos de marca blanca contienen incorrecciones en el etiquetado

El 55% de los productos de marca blanca contienen incorrecciones en el etiquetado
NOTICIA de Javi Navarro
10.12.2008 - 19:30h    Actualizado 12.10.2023 - 07:51h

En un momento en que las marcas blancas ocupan un importante lugar en la cesta de la compra de las familias españolas, la Unión de Consumidores recuerda que es importante que los usuarios se fijen en el etiquetado y la composición de estos productos, que pueden llegar a suponer un ahorro del 30 % en el gasto diario de alimentación. Por este motivo, la Unión de Consumidores ha elaborado un informe donde se analiza exhaustivamente el etiquetado de estos productos y se concluye que el 55 % de ellos incurre en algún tipo de incorrección en cuanto a la normativa de etiquetado obligatorio.

Etiquetas incorrectas

El análisis realizado por la Unión de Consumidores incluye 110 productos alimenticios de marca blanca pertenecientes a 8 distribuidores diferentes, y señala que “no existen grandes incumplimientos en relación a los datos mínimos obligatorios que las etiquetas deben reflejar”. El estudio destaca, eso sí, que los datos de carácter obligatorio son relegados a un segundo plano, frente al contenido comercial del producto. “En ocasiones es necesario hacer un esfuerzo para localizarlos”, indica el informe. “En bastantes casos, las denominaciones comerciales y la forma de presentar el etiquetado se presta, de forma deliberada, a confundir al consumidor sobre la verdadera naturaleza o características esenciales del producto”, añade el estudio de la Unión de Consumidores que solicita además una normalización de las bebidas de tipo “isotónico” con el fin de armonizar “tanto el etiquetado como la composición del producto”.

Incorrecciones.

Las incorrecciones localizadas varían según la marca analizada y el tipo de producto. Por marcas, se han detectado un mayor número de incorrecciones en los productos Lidl (77 %) seguidos de Carrefour, Alcampo y Día, con un 64 % de incorrecciones cada uno. Les sigue El Corte Inglés (46 %) y finalmente, Eroski, Consum y Mercadona, con un 43 % de incorrecciones detectadas.

Por tipos de producto, el mayor número de incorrecciones se ha detectado en los refrescos de té y en las bebidas isotónicas, donde todos los productos analizados incluían alguna, es decir 100 % presenta incorrecciones; le siguen, en cuanto a número de errores, las conservas de pescado, las galletas y la leche enriquecida; frente al café, la pasta alimenticia y el arroz que son los mejor etiquetados.

RESUMEN DEL INFORME:

Nº DE PRODUCTOS POR CATEGORÍAS CORRECTOS Y QUE PRESENTAN ALGUNA INCORRECCIÓN EN SU ETIQUETADO


PRODUCTOS
CORRECTOS ALGUNA INCORRECCIÓN
LECHE ENRIQUECIDA 8 2 6
YOGUR O SIMILAR 8 4 4
LACTEO BIFIDUS 8 3    5
GALLETAS 8 2 6
CAFE 8 7 1
DESAYUNO SOLUBLE CACAO 8 5 3
CEREALES DESAYUNO 8 2 6
ZUMO O SIMILAR 8 3    5
ACEITE DE OLIVA 8 6 2
PASTA ALIMENTICIA 8 7 1
ARROZ 8 7 1
CONSERVA PESCADO 8 1 7
REFRESCO DE TÉ 7 0 7
BEBIDA ISOTONICA 7 0 7
TOTAL 110 49   61
% SOBRE TOTAL 45 % 55 %

Los productos de marca blanca de Eroski llevarán un semáforo nutricional

“Contigo” es la nueva campaña de los supermercados Eroski, que arranca con tres compromisos pioneros en el sector de la distribución: un nuevo etiquetado nutricional en los productos de marca propia, la retirada de las grasas trans de los productos de marca propia y la campaña contra la obesidad infantil.

Eroski presenta su nuevo eslogan corporativo “contigo”, con el que se posiciona como una empresa cercana, que entiende y habla de tú a tú a las personas a quienes dirige su actividad, principalmente sus clientes. Más de 4.000 trabajadores han participado en el proceso de definición del eslogan, que ha contado con más de 500 aportaciones en línea con este compromiso para con los públicos de referencia.

EROSKI eleva así el listón de su contribución al bienestar de los clientes en una medida sin precedentes similares en una cadena de distribución. Desde hoy pone en marcha tres compromisos pioneros que plasmarán el significado de “contigo”: un nuevo etiquetado en los productos propios.


Semáforo nutricional EROSKI
En una apuesta por la transparencia y consistencia del compromiso con el cliente, el nuevo etiquetado está basado en un sencillo sistema de colores para identificar visualmente la cantidad de calorías y de nutrientes que una ración de cada producto aporta. Este etiquetado, denominado semáforo nutricional de EROSKI, ofrece tres tipos de información que ayudará a los consumidores a seguir una dieta saludable:

A. Las cantidades de los principales nutrientes (azúcar, grasa, grasa saturada, sal y fibra) y su equivalente en calorías.

B. El porcentaje de nutrientes y calorías que una persona adulta necesita ingerir al día según la recomendación de la Cantidad Diaria Orientativa (CDO).

C. Una valoración mediante colores para identificar visualmente si una ración de producto aporta un contenido bajo (verde), medio (amarillo) o alto (naranja) de los principales nutrientes. El color verde indica consumo libre, el amarillo consumo con moderación y el naranja anuncia atención y por tanto consumo con frugalidad.

Esta información figurará en la parte frontal del envase en coherencia con la apuesta por la transparencia que motiva este cambio.

Los nuevos productos de marca propia que a partir de septiembre se incorporen a la gama de artículos EROSKI incluirán el semáforo nutricional. Pero, además, durante 2008 y 2009 el nuevo etiquetado se incorporará paulatinamente al embalaje de los productos que componen la actual gama propia de EROSKI, formada por 2.000 artículos.

Retirada de las grasas trans en productos de marca propia
Durante los próximos dos años EROSKI va a colaborar con sus proveedores para lograr que los productos de marca propia con grasas trans entre sus ingredientes sean más saludables. Esta mejora de perfil nutricional se logrará eliminando las grasas trans en forma de aceites vegetales parcialmente hidrogenados de los productos de marca EROSKI.

Como consecuencia de este compromiso, EROSKI dará de baja de su oferta comercial a los artículos de marca propia que por sus características impidan que esa eliminación sea posible.

Las grasas trans son ácidos grasos que se forman industrialmente añadiendo átomos de hidrógeno a la estructura química de los aceites vegetales. Estas grasas resultan perjudiciales para la salud porque elevan el colesterol LDL (también conocido como ‘colesterol malo’) y disminuyen el HDL (el ‘colesterol bueno’).

Campaña para la Prevención de la Obesidad Infantil
Este mes también se inicia la “Campaña para la Prevención de la Obesidad Infantil”, con el fin de concienciar a los consumidores sobre la importancia de una adecuada nutrición y la adquisición de hábitos de vida saludables.

Para ello se van a realizar acciones de comunicación sobre los públicos más cercanos al problema de la obesidad infantil que, en España, afecta ya al 16 % de los menores entre 6 y 12 años de edad. Así, niños, madres y padres de familia e incluso abuelas y abuelos y mujeres embarazadas serán los principales destinatarios de las informaciones elaboradas en colaboración con la SEDCA (Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación), la Fundación Dieta Mediterránea, la Fundación Española del Corazón y el resto de miembros del Observatorio FUNDACION EROSKI.

La “Campaña para la Prevención de la Obesidad Infantil” será plurianual y utilizará diversas vías para llegar al mayor número posible de consumidores: el ‘Tour de la Alimentación Saludable’ visitará los establecimientos que a partir de octubre se inauguren; la “Campaña de Fomento de la Actividad Física” se organizará en colaboración con el Consejo Superior de Deportes y tendrá lugar en los hipermercados EROSKI, que también albergarán stands informativos para los clientes que deseen informarse en las tiendas de EROSKI. Y todo ello se reforzará con las informaciones facilitadas mediante las Escuelas Formativas y la revista EROSKI “contigo'”.

La información de las etiquetas de los alimentos suele ser confusa

La Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) ha desarrollado un estudio que bajo el título ¿Qué nos dice el etiquetado de alimentos? Guía para su mejor comprensión busca que el consumidor se valga de las etiquetas de los alimentos para hacer una compra más informada y acorde a sus necesidades.

Este proyecto, subvencionado por el Instituto Nacional del Consumo (INC), tiene como objetivo orientar a los consumidores en un mercado que, en ocasiones, hace que el consumidor pueda sentirse confuso a la hora de escoger entre productos que ayudan a “fortalecer nuestros huesos” o que se autoproclaman como “los más saludables”.

El objetivo del proyecto es promover entre los consumidores un mayor conocimiento de la información que aporta el etiquetado de los alimentos y que esa información pueda servir como herramienta para conseguir una alimentación más sana, valorando la relación entre la calidad, la cantidad y el precio de cada producto.

CECU ha procedido a analizar el etiquetado de los 100 productos que, según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, son los alimentos más representativos del consumo alimentario del hogar. De su estudio se desprende que la principal irregularidad es que en el 7 % de los casos no aparece el número de lote y el hecho de que sólo en el 43 % de los productos se especifique la cantidad en la que se encuentran los diferentes ingredientes.

Cabe destacar también que pese a que la información nutricional no es obligatoria para todos los productos ésta aparece en el 84 %, aunque sólo en el 19 % se indicaba esta información medida en porciones del producto, algo útil para conocer cuánto nos aporta una ración determinada. Además, en el 37 % de los casos se comparaban los nutrientes del producto con la Cantidad Diaria Recomendada (CDR), una medida que también puede ser útil para el consumidor a la hora de planificar su dieta.

Es reseñable el hecho de que en el 65 % de los productos analizados se facilite algún medio para dar información adicional al ciudadano. Esta Información al consumidor, está presente a través de algún teléfono, página web o apartado de correos, aunque hay que señalar que cuando se trata de un teléfono, que es lo más frecuente, éste no siempre es gratuito. Por lo que respecta a las alegaciones nutricionales (aquellas que autoproclaman las bondades del producto), las encontramos en el 45 % de los productos (principalmente en productos lácteos y cereales), la mayoría refiriéndose al bajo contenido en sal, grasas, azúcares y calorías o a un alto contenido en grasas saludables, fibra, vitaminas o minerales.

También son comunes los mensajes que resaltan la calidad, el sabor o la condición de natural del producto. Como conclusión del estudio se puede resaltar que el consumidor encuentra a diario una información que muchas veces no comprende o que es incompleta. El consumidor está demandando una información más clara y transparente ya que la comprensión del etiquetado es fundamental para que el consumidor decida qué producto se ajusta mejor a sus necesidades.

La información de las etiquetas de los alimentos deberá ser más clara

La Comisión Europea ha acordado llevar a cabo acciones relacionadas con la información nutricional de las etiquetas de los alimentos con el fin de contribuir a paliar el problema de la obesidad en Europa. De esta forma, será obligatorio que en la parte frontal de los productos se indiquen las cantidades de cuatro nutrientes (grasas, grasas saturadas, sal y azúcar) y su valor energético. Además, se deberá mejorar la legibilidad de las etiquetas y se trabajará en la protección de las personas alérgicas cuando consumen comida no empaquetada, así como en los restaurantes o servicios de catering.

Pese a todo, no se ha tenido en consideración una demanda de los consumidores europeos como es la implantación de un sistema de colores para identificar rápidamente el valor nutricional de un alimento. Tampoco será obligatoria la declaración en la parte trasera del paquete de determinados nutrientes claves para la salud. Para CECU es evidente la necesidad de mejorar la situación del etiquetado de los envases, puesto que su comprensión resulta esencial para que los consumidores puedan escoger adecuadamente.

En un reciente estudio elaborado por CECU en el que se analizó el etiquetado de los 100 productos que, según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, son los alimentos más representativos del consumo alimentario del hogar, se concluyó que el consumidor encuentra a diario en las etiquetas una información que muchas veces no comprende o que es incompleta.

Con las conclusiones de este estudio, CECU ha elaborado una guía destinada a los consumidores con el fin de que conozcan mejor la información de las etiquetas, sepan interpretarla y puedan, con esa información, realizar una compra más saludable y acorde a sus necesidades.

¿Sabemos lo que comemos? Ahora sí, puesto que la UE obligará a una información clara en el etiquetado

Los envases de los alimentos tendrán que incluir información clara y legible sobre las calorías y la cantidad de grasas, grasas saturadas, carbohidratos, azúcares, proteínas y sal de los productos, de acuerdo con un nuevo reglamento aprobado hoy por el PE. El objetivo de esta legislación, acordada por el Parlamento y el Consejo, es que los consumidores estén bien informados sobre la composición de los alimentos y sus repercusiones para la salud.

Según la nueva legislación, aprobada en segunda lectura por 606 votos a favor, 48 en contra y 26 abstenciones, las etiquetas de los alimentos serán más claras y legibles, lo que ayudará a los consumidores a encontrar la información sobre la composición de los productos más fácilmente. Las nuevas normas tienen como objetivo modernizar, simplificar y clarificar el etiquetado de los alimentos en la UE. Además, reforzará el mercado interior, lo cual beneficiará a los productores y otros actores del mercado de la alimentación.

Ahora el Consejo tendrá que dar su visto bueno formal al reglamento. Una vez publicado en el Diario Oficial de la UE, los Estados miembros tendrán tres años para aplicarlo (cinco años en el caso de las reglas sobre declaraciones nutricionales).

La responsable de este tema en el PE, la alemana Renate SOMMER (PPE), señaló en el debate previo a la votación que “a pesar de las diferencias políticas e ideológicas y las distintas convicciones nacionales, hemos llegado a un buen compromiso. Las nuevas normas garantizar más y mejor información a los consumidores para que puedan elegir con conocimiento de causa los alimentos que consumen. Pero la industria de la alimentación también debería beneficiarse gracias al refuerzo de la seguridad jurídica, la reducción de los trámites administrativos y, en general, la mejor legislación (…) esto es muy importante para las pymes (…) más del 80 % del sector de alimentación europeo está representado por pequeñas y medianas empresas”.

Declaración nutricional obligatoria

De acuerdo con las nuevas normas, los envases de los alimentos tendrán que incluir información clara y legible sobre las calorías y la cantidad de grasas, grasas saturadas, carbohidratos, azúcares, proteínas y sal de los productos. Estas cantidades figurarán en 100 g, 100 ml o en porciones.

Alérgenos

Actualmente, todos los ingredientes (incluidas las sustancias alérgenas) deben ir indicadas en las etiquetas de la comida envasada. En el futuro, los consumidores podrán identificar más fácilmente los productos que contengan sustancias alérgenas, pues estas tendrán que aparecer destacadas en la lista de ingredientes.

Existen indicios de que la mayoría de los incidentes de alergia alimentaria tienen su origen en alimentos no envasados. Para poner fin a esta situación, el nuevo reglamento establece que la presencia de sustancias alérgenas también tendrá que indicarse en los alimentos no envasados. Los Estados miembros decidirán de qué forma se dará esta información a los consumidores.

Etiquetado de origen

Los productores ya están obligados a indicar el origen de algunos productos, como la ternera, la miel, el aceite de oliva o las frutas y hortalizas frescas. También es obligatorio indicar el origen cuando, de no hacerlo, se puede inducir a error al consumidor. A iniciativa del Parlamento, la nueva legislación obligará a especificar el origen de la carne fresca de cerdo, oveja, cabra y ave. La Comisión tendrá que introducir normas para desarrollar esta disposición en un plazo de dos años.

La Comisión estudiará la viabilidad y los costes de extender el etiquetado de origen a otras categorías de alimentos, por ejemplo, la carne utilizada como ingrediente, la leche o los alimentos no elaborados.

Información completa al consumidor

Las nuevas normas garantizarán que la industria no induce a error al consumidor al sugerir, mediante la apariencia, la descripción o representaciones pictóricas, la presencia de un determinado alimento o ingrediente, cuando en realidad ha sido sustituido por otra sustancia distinta.

Todos los alimentos similares a otros productos pero fabricados con distintos ingredientes, como los productos de origen vegetal semejantes al queso (los llamados ‘alimentos de imitación’) serán más fácilmente identificables. Cuando un ingrediente común en un alimento haya sido sustituido por otro, tendrá que estar indicado en la parte delantera del envase en letra grande y al lado de la marca.

Las composiciones formadas por trozos de distintas carnes tendrán que ser etiquetadas como “combinado de piezas de carne”. Se aplicará la misma norma a los “combinados de piezas de pescado”.

Productos incluidos

La legislación se aplicará a todos los productos que lleguen al consumidor final, aunque la mayor parte de las nuevas disposiciones afectan a la comida envasada. Los alimentos de fabricación artesanal y no envasados quedarán excluidos del reglamento, salvo de las normas sobre indicación de alérgenos. La comida vendida por particulares, por ejemplo en ferias locales, también quedará excluida de las nuevas normas de etiquetado.

Grasas trans

Los diputados han acordado con el Consejo que, antes de legislar sobre la obligación de indicar el contenido de grasas trans en los alimentos, la Comisión presentará un informe en un plazo de tres años sobre la presencia de estas sustancias en los productos consumidos en la UE.

Sacrificio sin aturdimiento

El uso de técnicas de sacrificio sin aturdimiento no deberá ser indicado en las etiquetas. Sin embargo, la Comisión Europea tendrá en cuenta esta cuestión en el marco de la futura estrategia sobre bienestar animal (la estrategia actual cubre el periodo 2007-2013).

Información sobre alimentos: etiquetas más claras para comidas más sanas

Los envases de los alimentos tendrán que incluir información clara y fácilmente legible sobre las calorías y la cantidad de grasas, grasas saturadas, carbohidratos, azúcares, proteínas y sal de los productos, de acuerdo con un nuevo reglamento que el Parlamento Europeo votará el miércoles. El objetivo de esta legislación, acordada por el Parlamento y el Consejo, es que los consumidores estén bien informados sobre la composición de los alimentos.

El nuevo reglamento introduce un etiquetado de alimentos más claro y legible para fomentar hábitos alimenticios más saludables y combatir la obesidad. Por otra parte, también pretende reducir los trámites burocráticos para los productores e intermediarios del sector de la alimentación y fortalecer el mercado único.

Al tratarse de una votación en segunda lectura, el acuerdo entre la Eurocámara y el Consejo tiene que ser aprobado por mayoría absoluta (un mínimo de 369 votos). Si el Parlamento adopta el texto, el Consejo también tendrá que dar su visto bueno formal. Una vez publicado el reglamento en el Diario Oficial de la UE, los Estados miembros tendrán tres años para aplicarlo (cinco años en el caso de las reglas sobre declaraciones nutricionales).

Productos incluidos
La legislación se aplicará a todos los productos que lleguen al consumidor final, aunque la mayor parte de las nuevas disposiciones afectan a la comida preenvasada. Los alimentos de fabricación artesanal y no preenvasados quedarán excluidos del reglamento, salvo de las normas sobre indicación de alérgenos. La comida vendida por particulares, por ejemplo en ferias locales, también quedará excluida de las nuevas normas de etiquetado.

Alérgenos
Las etiquetas tendrán que indicar la presencia de sustancias alérgenas en los alimentos. Esta información también tendrá que estar visible en los alimentos no preenvasados. Los Estados miembros determinarán de qué forma se proporcionarán estos datos al consumidor.

Etiquetado de origen
Los productores ya están obligados a indicar el origen de algunos productos, como la ternera, la miel, el aceite de oliva o las frutas y hortalizas frescas. A iniciativa del Parlamento, la nueva directiva obligará a especificar también el origen de la carne fresca de cerdo, oveja, cabra y ave.

Bebidas alcohólicas
A propuesta de los eurodiputados, las bebidas alcohólicas que tengan una gradación superior al 1,2 % no deberán incluir ni la declaración nutricional ni la lista de ingredientes. No obstante, la Comisión presentará un estudio en un plazo de tres años sobre la posibilidad de indicar el valor energético y la lista de ingredientes de las bebidas alcohólicas.

Grasas trans
Los eurodiputados han acordado que, antes de legislar sobre la obligación de indicar el contenido de grasas trans en los alimentos, la Comisión presentará un informe en un plazo de tres años sobre la presencia de estas sustancias en los productos consumidos en la UE.

Sacrificio sin aturdimiento
El uso de técnicas de sacrificio sin aturdimiento no deberá ser indicado en las etiquetas. Sin embargo, la Comisión Europea tendrá en cuenta esta cuestión en el marco de la futura estrategia sobre bienestar animal.

La nueva legislación sobre el etiquetado de alimentos se queda corta en cuanto a las grasas trans

La nueva legislación europea sobre el etiquetado de alimentos que ha entrado en vigor esta misma semana mejora la transparencia informativa de los consumidores. La Asociación General de Consumidores, ASGECO Confederación, así lo entiende, aunque, el Reglamento 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo adolece de algunos defectos importantes, como la ausencia de un articulado específico relativo a la presencia de ácidos grasos trans en los alimentos o la ambigüedad en torno a la obligatoriedad del etiquetado del país de origen.

Esta nueva normativa está previsto que empiece a aplicarse entre 2014 y 2016 y es muy esperada por alguna de sus novedades, como el etiquetado nutricional, que pasa a ser obligatorio, o el tamaño mínimo de la letra en las etiquetas o la fecha de congelación en el caso de las carnes congeladas.

Según Jean-bernard Audureau, portavoz de ASGECO Confederación, “el nuevo Reglamento recoge algunas de las demandas que las asociaciones de consumidores venimos exigiendo desde hace años, si bien se queda corto en aspectos importantes, como el relativo a las prohibiciones o limitaciones que deberían existir con respecto a la incorporación de grasas trans en los alimentos”.

No obstante, Audureau considera muy importante la nueva obligación de “informar de la fecha en la se ha congelado la carne, para que así los consumidores puedan elegir entre productos más o menos frescos”, aunque cree que en este aspecto “a nivel estatal España debe mejorar en la aplicación de la normativa interna para que no se produzcan brechas en la cadena de frío, especialmente durante la distribución”.

En cuanto al tamaño mínimo de la letra, será de 1,2 mm para envases con superficie mayor a 80 cm2 y de 0,9 mm para aquellos con superficies inferiores. Por otro lado, el etiquetado nutricional pasa a ser obligatorio y debe incluir energía, grasas, ácidos grasos saturados, hidratos de carbono, proteínas, azúcares y sal, todo ello expresado en valores de 100g/100ml.

Especialmente significativa resulta la incorporación en la norma de bebidas con “alto contenido de cafeína”, que deberán ir etiquetadas con la leyenda “no recomendado para niños ni mujeres embarazadas o en periodo de lactancia”.

Lee las etiquetas de los productos alimenticios que consumes y perderás peso

Las personas que leen las etiquetas nutricionales se mantienen más delgadas. Un equipo internacional de científicos liderado desde la Universidad de Santiago de Compostela asegura que la lectura del etiquetado de productos de alimentación guarda relación con la prevención de la obesidad, sobre todo en mujeres. Según el estudio, elaborado con datos de EE. UU., las consumidoras que consultan esa información pesan casi 4 kilogramos menos. Por sexos, el 58 % de los hombres lee habitualmente o siempre la información presentada en las etiquetas nutricionales, mientras que este porcentaje se incrementa hasta el 74 % en las mujeres.

La Universidad de Santiago de Compostela ha participado, junto con las universidades de Tennessee, Arkansas (EE. UU.) y el Instituto de Investigación de Economía Agrícola de Noruega, en un estudio sobre la relación entre la lectura del etiquetado nutricional y la obesidad. Los resultados indican que el índice de masa corporal de aquellas consumidoras que leen las etiquetas es 1,49 puntos menor que el de las que nunca consideran dicha información a la hora de hacer la compra. Esto supone una reducción de 3,91 kg para una mujer estadounidense tipo de 1,62 cm de altura y 74 kg de peso.

Los datos se tomaron de la encuesta anual National Health Interview Survey (NHIS), recogida por los Centro Americano para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC) (U.S. Centers for Disease Control and Prevention en inglés). Se recogieron 25.640 observaciones con indicadores de salud, hábitos de consumo y de compra, entre los que se encontraban varias preguntas sobre la lectura de la información nutricional en los supermercados, y la frecuencia de lectura.

“Primero analizamos cuál es el perfil de las personas que leen el etiquetado nutricional en el momento de la compra de alimentos y, posteriormente, su relación con el peso de los individuos”, explica María Loureiro, autora principal del estudio que publica la revista Agricultural Economics.

“La obesidad es uno de los problemas de salud más importantes en la actualidad en los EE. UU.”, destaca la investigadora. “El número de adultos con sobrepeso u obesidad ha aumento a lo largo de los años. En 2009-2010, más de un tercio (casi el 37 %) de la población adulta en este país era obesa y en niños y adolescentes dicho porcentaje alcanzaba un 17 %.

Con respecto a su distribución, se registra una mayor prevalencia de obesidad entre las personas negras no hispanas (49,5 %), americanos mejicanos (40.4 %), hispanos (39,1 %), y blancos no hispanos (34.3 %), según datos de 2010 del CDC.

Mayor efecto en mujeres urbanas

El equipo encontró diferencias muy significativas entre los consumidores que leen las etiquetas y aquellos que no lo hacen. Por un lado, el estudio recoge que la población fumadora examina mucho menos esta información. Según la investigadora, “su estilo de vida contiene ciertos hábitos poco saludables y, como consecuencia, nuestros resultados indican que puede ser que no se preocupen tanto del contenido nutricional de lo que comen”.

Además, la población que vive en la ciudad -el 49 % de la muestra-, es la que más tiene en cuenta el etiquetado nutricional, así como las personas que tienen estudios de enseñanza media -40 % de los encuestados- y los que tienen educación universitaria -17 % de la muestra total-.

Por sexos, el 58 % de los hombres lee habitualmente o siempre la información presentada en las etiquetas nutricionales, mientras que este porcentaje se incrementa hasta el 74 % en las mujeres.

“El impacto asociado, en general, es mayor en las mujeres que en los hombres”, añade. En término medio, las mujeres que leen la información nutricional tienen un índice de masa corporal 1,48 puntos menor, mientras que esta diferencia es solo de 0,12 puntos en hombres.

La investigación también recoge diferencias étnicas significativas. En este sentido, son las consumidoras blancas las que más reducen su índice de masa corporal (en torno a 1,76 puntos).

“Sabemos que esta información puede ser utilizada como un mecanismo de prevención hacia la obesidad. Hemos observado que leen más las etiquetas nutricionales las personas que viven en un ámbito urbano, con educación media o alta, como cabría esperar y, por tanto, se podrían diseñar campañas o políticas públicas que promuevan el uso del etiquetado nutricional también en menús de restaurantes y otros establecimientos públicos, para que se beneficie la población que come habitualmente fuera de casa”, concluye Loureiro.