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Alfons Mucha es homenajeado en su 150 aniversario

Alfons Mucha es homenajeado en su 150 aniversario
NOTICIA de Javi Navarro
24.07.2010 - 08:07h    Actualizado 22.02.2023 - 14:56h

Alfons Mucha nacía un 24 de julio de 1860, hace hoy 150 años, en la ciudad de Ivancice, al sur de Moravia de la antigua Checoslovaquia (República Checa), para convertirse ya desde niño en pintor. Aunque sus primeros pasos en el mundo laboral los dio como banquero arrastrado por su padre, no fue hasta un poco más grande cuando comenzó a especializarse en la pintura decorativa, inicialmente para puestas en escena teatrales y finalmente para llegar a ser mundialmente reconocido por ser uno de los máximos exponentes de la corriente artística Art Nouveau. Su padre le dijo “encuentra una profesión donde seas de mayor utilidad”, después de no ‘encajar’ en el oficio parental. Google le dedica hoy su Doodle.

A los 19 años fue cuando Mucha se mudó a Viena para trabajar con una compañía vienesa de diseño teatral y completar su educación artística. En 1881 regresó a Moravia, después de que un incendio quemase su negocio y empezó a hacer retratos y pintura decorativa. Uno de sus clientes, el Conde Kart Khuen de Mikulov, lo contrató inicialmente para decorar con murales el Castillo de Hrusovany Emmahof, y quedó tan gratamente impresionado que acordó apadrinar el aprendizaje formal de Mucha en la Academia de Bellas Artes de Múnich.

Después, Mucha se mudó a París en 1887 y continuó sus estudios en la Académie Julian y en la Académie Colarossi, produciendo al mismo tiempo ilustraciones para revistas y publicidad. Su salto a la fama lo logró con su primer cartel litográfico para la actriz Sarah Bernhardt y su Théâtre de la Renaissance, el cartel anunciaba la obra Gismonda de Victorien Sardou, apareció en los primeros días de enero de 1895 en los muros de París, y causó una auténtica sensación. Sarah Bernhardt ofreció inmediatamente a Mucha un contrato de exclusividad por seis años.

Los carteles realizados para ella contribuyeron a difundir la fama de la actriz más allá de las fronteras de Francia. Hasta 1901, Mucha no solo fue responsable de los carteles publicitarios, sino también de las escenografías y los vestuarios del Théâtre de la Renaissance. Fue esta obra, con su estilo exuberante y estilizado, lo que le dio tanto fama como numerosas comisiones.

Otros carteles famosos para el Théâtre de la Renaissance son:

* La Dame aux camélias (1896)
* Lorenzaccio (1899)
* La Samaritaine (1897)
* Médée (1898)
* Hamlet (1899)
* Tosca (1899)

La Dame aux camélias (1896)

Lorenzaccio (1899)

La Samaritaine (1897)

Médée (1898)

Hamlet (1899)

Tosca (1899)

Cuadro Gismonda

La dame aux camelias

Princezna

Cuadro Théâtre de la Renaissance

Ejemplos de cuadros del Théâtre de la Renaissance

Cuando Mucha visitó Estados Unidos fue reclutado por la excéntrica actriz Mrs. Leslie Carter, quien trató de superar el lujo y la ostentación de las obras de teatro de Sarah Bernhardt, lo que finalmente la llevó a la ruina. El formato y la configuración de los carteles eran parecidos a los hechos para el Théâtre de la Renaissance antes de 1900, con una influencia de las alhajas creadas para Georges Fouquet.

El joyero Georges Fouquet

Otra etapa del recorrido artístico de Mucha son las creaciones para la serie de alhajas realizadas por el joyero parisino Georges Fouquet siguiendo los diseños de Mucha. A Fouquet le llamaron la atención los adornos con los que Mucha engalanaba a las mujeres de sus carteles y paneles, reproducidos con gran lujo de detalles, también en sus propiedades materiales. Fouquet presentó una colección de joyas realizadas sobre diseños de Mucha en la Exposición Universal de París de 1900, en esta prevalecían las reminiscencias orientales y bizantinas. Además, diseñó los interiores de la Joyería de Fouquet. Mucha renunció más tarde con el objeto de alcanzar grupos más amplios de compradores para sus obras.

Obra
Mucha produjo una gran cantidad de pinturas, pósteres, avisos e ilustraciones así como diseños para joyería, alfombras, empapelados y decorados teatrales (litografías) en lo que llegó a conocerse como el estilo Art Nouveau. Los trabajos de Mucha frecuentemente introducían mujeres jóvenes, hermosas y saludables, flotando en atuendos vagamente neoclásicos, frecuentemente rodeadas de exuberantes flores las que a veces formaban halos detrás de sus cabezas. Este estilo fue imitado con frecuencia. De todos modos, Mucha intentó distanciarse de tal estilo a lo largo de su vida, insistiendo que más que adherir a cierto estilo en boga, sus pinturas se originaban en su propia inspiración. Declaró que pensaba que el arte existía para transmitir un mensaje espiritual y nada más; de allí su frustración por la fama que logró a través de un arte básicamente comercial. Por ende siempre quiso concentrarse más en proyectos elevados que ennoblecieran el arte y su lugar de nacimiento. Mucha visitó los Estados Unidos entre 1906 y 1910, retornando luego a tierras checas para establecerse en Praga, donde decoró el Teatro de Bellas Artes así como otros lugares distintivos de la ciudad.

Cuando Checoslovaquia obtuvo la independencia, tras la Primera Guerra Mundial, Mucha diseñó sellos postales, billetes de banco y otros documentos gubernamentales para la nueva nación. Pasó muchos años trabajando en lo que consideró su obra maestra, La Épica Eslava (Slovanská epopej), una serie de enormes pinturas que describen la historia de los pueblos eslavos, que fueron donadas a la ciudad de Praga en 1928. Mucha había soñado con completar esta serie, una celebración de la épica eslava, desde su juventud. Al invadir los alemanes Checoslovaquia, Mucha fue arrestado e interrogado por los ocupantes. Nunca se recuperó de la tensión de este episodio, ni de ver su país invadido y vencido. Murió en Praga el 14 de julio de 1939 a consecuencia de una pulmonía y allí fue enterrado, en el cementerio de Vysehrad. Su última pintura fue El juramento de unión de los eslavos.

Al tiempo de su muerte, el estilo de Mucha se consideraba ya pasado de moda, pero el interés por su arte revivió en la década de 1960, y continúa experimentando interés de manera periódica desde entonces, influyendo a ilustradores contemporáneos. Gran parte del interés en el trabajo de Mucha puede ser atribuido a su hijo, el autor Jiri Mucha, quien escribió extensamente sobre su padre y dedicó gran parte de su vida a llamar la atención hacia las obras de aquél.



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