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Diez consejos para un esquiador novato

Diez consejos para un esquiador novato
NOTICIA de Javi Navarro
12.01.2022 - 12:00h    Actualizado 26.12.2022 - 19:22h

Esquiar no es fácil, y eso lo saben muy bien todos aquellos que han empezado practicando la cuña con los esquís. Como deporte y en cualquiera de sus modalidades, como el snowboard, requiere unas pautas previas para practicarlo antes de lanzarse montaña abajo. Para disfrutar al completo del esquí es necesario realizar un buen calentamiento previo, conocer las indicaciones y señales para moverse por las pistas y tener un control absoluto del equipo, no sea que después de subir hasta arriba, ¡vayas sin esquís!

Si no controlas mucho este deporte, pero te apetece hacer alguna actividad en este entorno, en esta otra guía puedes consultar una selección de las mejores rutas con raquetas de nieve en España que puedes hacer.

La sensación de libertad al descender por una ladera, ya sea con esquís o con tabla de snowboard, es única. Si quieres experimentarla, pero no sabes cómo empezar, en esta guía te ofrecemos una serie de consejos para adentrarte en este deporte de forma segura. Turismo de Valle d’Aosta, en los Alpes italianos, sabe que muchos de los esquiadores que practican el deporte no son grandes expertos. Por ello, para que los novatos eviten situaciones estrambóticas, ofrecen 10 claves para asegurar que este invierno disfrutes al máximo de la nieve y no pierdas nunca el glamur en las pistas:

1. Evita bajar con esquís improvisados

Como todo deporte, esquiar requiere cierto equipo básico para disfrutarlo. La subida a la cima es larga y una vez arriba es una faena darse cuenta de que te falta algún accesorio clave para descender. Tirarte sin alguno de los artilugios necesarios podrá obligarte a bajar por terrenos más accidentados, como las arboledas de los laterales de la pista, y hacer que acabes pareciendo un arbolito de Navidad. En cuanto a accesorios y trajes, el truco está en pasar desapercibido, como si este deporte fuera parte de tu vida y lo practicases cada año. Trajes de colores muy llamativos, al estilo Vicky Beckham, te podrían desenmascarar como un auténtico novato en la nieve.

2. Mantén la calma

El primer día puede ser un poco frustrante porque si nunca has practicado este deporte, puede que te pases más tiempo en el suelo que esquiando. Coger el tranquillo a la posición, perder el miedo a embalarte y aprender a controlar los movimientos no se hace en media hora.

El primer día que vayas a esquiar es el más duro, pero con unos buenos consejos y ayuda de profesionales, conseguirás grandes avances en solo una jornada de esquí.

Ante todo, un consejo. Mantén la calma. Los nervios únicamente van a cegarte y no vas a poder avanzar.

3. Esquiar es un deporte, calentar y estirar es obligatorio

Aunque el descenso parezca muy sencillo, las agujetas del día siguiente te confirmarán que cada músculo ha intervenido en el ejercicio. Para evitar lesiones y aligerar las agujetas es recomendable que calientes y hagas estiramientos antes de lanzarte cuesta abajo, así como al final del día.

4. El color asignado a cada pista, tiene un porqué

Cada pista tiene un nivel de dificultad y eso es por algo. No pienses que es vergonzoso optar por las más sencillas, pues es mucho peor acabar de bruces en la farmacia de la estación, como si de Bridget Jones se tratara. También es recomendable evitar lanzarse de buenas a primeras a la pista negra tras varios meses de no haber practicado. Tantea primero el terreno en las más simples y no te avergüences de ello, empezar por las verdes te dará seguridad para poder disfrutar más tarde de niveles superiores. Y, si te ves capaz, podrás lucirte en las profesionales y habrás evitado dejar tu glamour a mitad de la pista.

5. No seas vergonzoso

En la misma línea de antes, con complejos no vamos a ningún lado aparte de al suelo. Por eso, no dudes en solicitar los servicios de un instructor para refrescar los conocimientos adquiridos durante la temporada anterior. No solo te vendrán bien para mejorar tus movimientos, sino que además es posible que des con un monitor (o monitora) que te haga más amenas las clases y a lo mejor hasta la fiesta après ski.

6. Ten cuidado con el resto de esquiadores

Las pistas de esquí son vías de alta velocidad, y a eso se suman algunos sujetos con complejo de kamikaze. No te conviertas en uno de ellos, normalmente impresiona más un esquiador elegante y con estilo que un desatado sin frenos. Si aun con todo el cuidado del mundo tu trasero acaba en la nieve, procura hacerte a un lado para evitar el efecto dominó que hará que tú y todos los que se hayan tropezado contigo en el camino formen una pelota humana de piernas, brazos, esquís y bastones.

7. No te abrigues cual esquimal, vas a hacer ejercicio

Cuando pasas un día esquiando en la montaña, es clave elegir bien qué llevarás de abrigo y cuántas capas usarás. Si te pones capas de menos, te helarás de frío, pero si te pones capas de más… entonces empezarás a pasar calor y a sudar. Habiéndote deshidratado, sentirás un irresistible deseo de beber, y pasarán por tu cabeza ideas brillantes como utilizar los recursos que la propia naturaleza te da. ¡Pues detente ahí! Si tu sed te lleva a beber la nieve, te pasarás el resto del día en el baño, lo que te aguará la fiesta y la diversión.

Aunque si eres friolero, nunca está de más llevar unos calcetines calefactables para proteger a los pies del frío. Y, si al final no los necesitas, siempre puedes guardarlos en el bolsillo.

8. De urgencias, servicios y malabares

Asimismo, es aconsejable ir al baño en la casa o en el hotel donde estés alojado. Es cierto que las estaciones de esquí cuentan con servicios. Pero la maniobra de sacarte la chaqueta, bajarte los tirantes del pantalón, sostener guantes, gorra y gafas y además, hacer todo esto manteniendo el equilibrio sobre las botas de esquí, es un arte milenario, que es mejor dejar a los gurús.

9. Guarda un mapa de las pistas en el bolsillo

La lectura de los mapas de esquí tiene su pequeña técnica. Es importante no confundir las líneas negras de los telesillas, que te llevarán a la cima, con las pistas negras, pintadas del mismo color, que te pueden llevar a un menos deleitante descenso. Si te encontraras en la cima de una pista negra, siendo consciente de que supera tu capacidad, tienes dos opciones: la primera y poco recomendable, creerte Alberto Tomba y partirte la crisma en la montaña, y la segunda, olvidarte de la dignidad y el glamour y llegar debajo de una pieza. Lo más seguro es pegarte a uno de los lados y abrir la cuña para frenar el descenso, o bien bajar en forma de S, haciendo las curvas siempre en los extremos laterales de la pista.

10. ¡Cuidado con los independentismos!

Es bueno saber que, aunque está de moda bajar al estilo Free Rider por sitios donde no hay pista, y por muy aventurero que suene, estarás solo en la montaña y además no te cubrirá el seguro. Perdiéndote por esos lugares desconocidos puedes acabar en medio de la montaña haciéndote amigo de las ardillas porque el Forfait solamente incluye el rescate dentro de las pistas de la estación.

11. Utiliza protección solar

Es recomendable evitar la “moda mapache”, tras un largo día en las montañas y con el sol pegando en la pequeña parte de piel que deja mostrar el invierno, si te olvidas de ponerte protector solar, te quedará una preciosa marca de las gafas… durante varios días. Está de más decir cuán sexi estarás a la vuelta.

Gracias a estas recomendaciones que te hace Valle d’Aosta, el mejor destino donde disfrutar de cualquier deporte relacionado con la nieve, podrás disfrutar de una perfecta jornada de esquí sin sufrir imprevistos.

Valle d’Aosta, además de gozar de una de las más largas temporadas de esquí de Europa, ofrece cerca de 1.200 kilómetros esquiables, 170 remontadores, 1.318 monitores de esquí -de los que 190 están especializados en snowboard, 84 en telemark y 115 para personas discapacitadas-, 185 guías alpinos, 128 refugios de montaña. Estas cifras son garantía de calidad para los amantes de cualquier tipo de deporte de invierno.

12. Que el clima te acompañe

Si eres novato, lo más recomendable es que vayas a esquiar en una época en la que la meteorología sea favorable y, a ser posible, con sol. Esquiar con mucho viento, con lluvia o con las pistas heladas, es mucho más complejo. Por tanto, procura evitar estos días para no llevarte una experiencia desagradable del esquí.

Aunque si aun así quieres probar este deporte a pesar del mal tiempo, es más importante que nunca que cojas un buen equipo y vayas totalmente preparado para evitar incidentes.



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