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Golpe de calor: cómo saber si estás deshidratado

Ambulancia atendiendo un golpe de calor.
NOTICIA de Javi Navarro
19.07.2022 - 12:39h    Actualizado 08.08.2023 - 12:41h

Una persona sufre deshidratación cuando gasta más líquido del que ha consumido y, por tanto, el organismo no tiene suficiente agua para llevar a cabo las funciones vitales. La deshidratación puede producirse tanto por una pérdida excesiva de líquidos (como por ejemplo cuando sufres diarrea) como por no ingerir la suficiente agua, sobre todo en los días con las temperaturas más altas. Pero, ¿cómo detectar que el malestar que sufres es por una falta de hidratación del organismo? ¿Te puede dar un golpe de calor? Además de conocer los síntomas, hay algunos consejos para prevenir un golpe de calor que es importante conocer y, sobre todo, tener en cuenta las recomendaciones sobre lo que los expertos recomiendan que hagas cuando alguien está sufriendo un golpe de calor.

Prevención golpe de calor

En estos casos, sobre todo en épocas de mayor calor, como por ejemplo en olas de calor en verano, es importante que prestes atención a las señales de tu cuerpo y, si notas alguno de estos síntomas, bebas agua para hidratarte y te refugies en una zona con un clima más fresco y agradable.

Síntomas de deshidratación

Algunos de los síntomas que evidencian que estás deshidratado y que no debes ignorar son:

  • Tener sed y la boca seca
  • Sentirse fatigado
  • Ojos secos y visión borrosa
  • Desorientación, confusión, sensación de mareo y dolor de cabeza
  • Orinar poco y con tonalidades oscuras
  • Piel seca

La deshidratación puede prevenirse llevando una alimentación saludable, con productos con alto porcentaje de agua, como la sandía y bebiendo 3 litros de agua al día. Es fundamental no olvidarnos de la importancia de hidratarnos, sobre todo en las personas más vulnerables a estos síntomas como los niños y los más mayores. Para evitar la deshidratación, aquí te dejamos algunos consejos para prevenir los efectos de las altas temperaturas.

Qué es un golpe de calor

Para empezar hay que tener claro qué es un golpe de calor. Consiste en un aumento de la temperatura corporal rápidamente y durante un tiempo prolongado. Se entiende que una persona sufre un golpe de calor cuando el cuerpo no es capaz de regular la temperatura por si solo y se encuentra en niveles por encima de lo normal. Lo que requiere una atención médica inmediata.

Síntomas golpe de calor

Entre los principales síntomas de un golpe de calor, conocido también como insolación, destacan los siguientes:

  • Dolor de cabeza
  • Mucha sed
  • Mareos o confusión
  • Taquicardias
  • Falta de aire
  • Temperatura corporal mayor a 39 grados
  • Sudoración excesiva
  • Sensación de calor
  • Agotamiento, cansancio o debilidad
  • Vértigos
  • Calambres musculares
  • Agitación
  • Dolor de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos
  • Estado de confusión

Cómo actuar ante un golpe de calor

Lo más importante es actuar con rapidez. Lo primero que hay que hacer es intentar bajar la temperatura corporal de la persona afectada. Para ello, darle agua de beber, llevarle a un sitio fresco con sombra, no agobiarle ni darle medicamentos. En cuanto sea posible, trasladarlo a un hospital para que le atiendan los expertos sanitarios.

Los riesgos de no hidratarse ante altas temperaturas

Sensación de cansancio, mareos, cifras bajas de presión arterial, taquicardia, seguidas de contracturas musculares o calambres, y pueden llegar a aparecer convulsiones, entrada en coma o pérdida total del conocimiento y en casos extremos provocar la muerte. Estos son, resumiendo, las molestias y síntomas más frecuentes de la deshidratación antes de llegar al extremo más radical por un golpe de calor.

El agua está presente en las células que constituyen todos nuestros órganos y también en líquidos como la sangre, la orina o la bilis. Es por ello, que se calcula que la necesidad diaria de líquidos ronda aproximadamente los dos litros, especialmente entre ancianos, niños y personas con enfermedades crónicas o insuficiencia cardíaca. Más en verano.

La Fundación Española del Corazón (FEC) alerta sobre la importancia de mantener una buena hidratación, especialmente durante los días de calor extremo como los que estamos sufriendo esta semana. Las altas temperaturas favorecen la aparición de deshidratación y tiene graves consecuencias sobre nuestra salud, especialmente entre los ancianos, los niños y las personas que padecen insuficiencia cardíaca.

Grupos de riesgo

Cualquier persona puede sufrir un golpe de calor, pero hay colectivos más vulnerables. Estos son principalmente los niños y los mayores.

  • Bebés y niños, sobre todo los de menos de un año
  • Personas con enfermedades crónicas
  • Niños desnutridos o con obesidad
  • Personas que tienen la piel quemada por el sol
  • Personas que abusan del alcohol o las drogas
  • Personas que no se hidratan lo suficiente

Golpe de calor en mayores

En las personas mayores se va perdiendo el control de líquidos por disminución del estímulo de la sed, a veces acompañado de una disminución de la función del riñón por esclerosis o envejecimiento. Además, estas personas no suelen manifestar sus síntomas hasta que el proceso está muy desarrollado, lo que agrava su estado. “Una buena hidratación en el anciano mejora las funciones cardiovasculares y renales, previene el estreñimiento y favorece a la salud mental y la tonicidad muscular”, informa el doctor Alfonso Varela Román, secretario general de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Niños pequeños ante el calor

Los niños son también un colectivo en peligro, puesto que necesitan más agua en su organismo, el 65 % de su peso total, y en muchos casos son incapaces de expresar que tienen sed, lo que puede conllevar la aparición de diarrea. “La diarrea en los niños es una de las principales causas de deshidratación infantil y es la responsable del 54 % de la mortalidad infantil en el mundo”, avisa el doctor Varela Román.

No es bueno hacer deporte

Las personas con insuficiencia cardíaca y algunas otras enfermedades crónicas no deben hacer ejercicio al aire libre en condiciones de mucho calor y humedad, porque su corazón tiene una menor capacidad de reserva para eliminar el calor del cuerpo y puede sobrecargarse. Muchas personas con insuficiencia cardíaca toman diuréticos para controlar los niveles de líquido del cuerpo. “En estos casos se recomienda un ajuste en la toma de estos medicamentos para que no se elimine en exceso el agua corporal en momentos de calor y humedad. Estos pacientes pueden sufrir un agotamiento por calor y un golpe de calor con únicamente estar sentados en una casa o un automóvil sin aire acondicionado o estar al sol demasiado tiempo en días de mucho calor”, informa el Doctor Varela Román.

La causa más habitual de la deshidratación en jóvenes y edad media son la pérdida aguda o crónica por sudoración provocada por el calor y el ejercicio físico. Si en condiciones normales cada persona pierde por la piel y la respiración más de medio litro de agua, cuando aumenta la temperatura ambiente o hace un ejercicio físico importante. Estas pérdidas pueden elevarse hasta el litro y medio, causando entonces un cuadro de deshidratación que es necesario compensar con la ingesta de agua o líquidos que contengan los electrolitos que suelen perderse acompañando a aquella.

Nos hidratamos poco
En este sentido, cabe destacar que diversos estudios muestran una escasa hidratación por parte de los españoles. Un ejemplo es el realizado por Millward Brown, ‘Bebidas, motivaciones e hidratación’, que afirma que el 36 % de los españoles asegura consumir menos líquido del recomendado, siendo esta situación más agravante en los hombres, cuyo porcentaje se eleva al 43 %.

Además, una buena hidratación no solamente influye en el cuerpo, sino también en la mente. Recientemente, se ha observado que la deshidratación causa una contracción del tejido cerebral que se asocia a un aumento del volumen ventricular, llegando a afectar negativamente en la respuesta de nuestro cerebro a una actividad intelectual. En este sentido, procesos mentales como la memoria, el aprendizaje o la capacidad de atención pueden disminuir por la falta de líquidos, sobre todo cuando el cuerpo sufre pérdidas de más del 2 %.

“Estar bien hidratado es fundamental para mantener un buen estado de salud, puesto que sin realizar actividad física alguna nuestro organismo pierde entre dos y tres litros de líquido al día”, destaca el doctor Varela Román. “Para evitar que el calor perjudique a nuestra salud, desde la FEC recomendamos una hidratación constante, aunque no se tenga la sensación de sed, y en el caso de una pérdida de líquido elevada, se recomienda especialmente el consumo de bebidas con carbohidratos, que permiten una rehidratación más rápida”, asevera el doctor.

Además de personas de riesgo, si estás en tratamiento con algún fármaco, es crucial que sepas cómo conservar bien los medicamentos para protegerlos del calor. De lo contrario, pueden suponer un grave problema para la salud.



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