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Tu buena predisposición a una caricia la hará más placentera

Tu buena predisposición a una caricia la hará más placentera
NOTICIA de Javi Navarro
14.06.2012 - 15:38h    Actualizado 22.03.2023 - 18:01h

El experimento fue el siguiente: Heterosexuales varones se introdujeron en un escáner de imagen por resonancia magnética (IRM) y recibieron una caricia en la pierna en dos situaciones distintas. Una vez le acariciaba una mujer y otra vez un hombre. ¿Cómo influyen en las emociones distintos tipos de contacto físico? Según la investigación, la caricia con calidad emocional (de la mujer) resultó más placentera.

Un equipo internacional de científicos procedentes de Países Bajos, Italia y Estados Unidos ha descubierto que, cuando el encéfalo realiza la asociación entre contacto y emoción, esa asociación se inicia en la corteza somatosensorial primaria de este órgano. Hasta ahora en el ámbito de las neurociencias se creía que esta región respondía únicamente al contacto en sí, y no a su calidad emocional.

Dos manos acariciándose.En un artículo publicado en la revista PNAS, los autores explican de qué manera midieron la activación encefálica. Así, hombres que se declararon heterosexuales se introdujeron en un escáner de imagen por resonancia magnética (IRM) y recibieron una caricia en la pierna en dos situaciones distintas.

El experimento
En la primera, contemplaban un vídeo de una mujer atractiva que se inclinaba para acariciarles; en la segunda, era un hombre quien realizaba esta acción. Los hombres examinados describieron la experiencia como placentera cuando la asociaron al contacto con la mujer y desagradable cuando pensaron que procedía de un hombre. Estas afirmaciones coincidieron con la actividad medida en la corteza somatosensorial primaria de cada sujeto.

Aunque los sujetos lo desconocían, en realidad en todos los casos fue una mujer quien realizó el contacto. Y sin embargo, su sensación fue diferente dependiendo de si creían que el agente era un hombre o una mujer. Dicha corteza respondió con mayor intensidad ante el contacto considerado femenino, incluso cuando los individuos veían un vídeo en el que se mostraba a una persona que simplemente se acercaba a sus piernas.

Conclusiones
El estudio fue llevado a cabo por investigadores del Centro de imagen encefálica de Caltech (Estados Unidos) en colaboración con la pareja, también en el plano personal, Christian Keysers y Valeria Gazzola, neurólogos visitantes de la Universidad de Groninga (Países Bajos) gracias a una beca de excelencia Marie Curie por valor de 1,34 millones de euros. Según el profesor Keysers, “en el encéfalo humano nada es genuinamente objetivo. Nuestra percepción viene determinada, de manera profunda y sistemática, por lo que sentimos ante las cosas que percibimos”. Por su parte, Gazzola añadió que “de modo intuitivo, todos creemos que cuando alguien nos toca, primero percibimos objetivamente las propiedades físicas del contacto: su velocidad, su ternura, la aspereza de la piel. Creemos que sólo después, en una segunda instancia diferenciable y dependiendo de quién nos haya tocado, valoramos mejor o peor este contacto”.