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Lo llevas haciendo mal toda la vida: Por qué no debes cepillarte los dientes justo después de comer

Lo llevas haciendo mal toda la vida: Por qué no debes cepillarte los dientes justo después de comer
NOTICIA de Jessica Pascual
16.10.2023 - 14:59h    Actualizado 17.10.2023 - 08:26h

Lavarse los dientes tras cada comida es una de las rutinas que enseñan los padres a sus hijos desde pequeños. Es un hábito de limpieza e higiene imprescindible que hay que hacer para garantizar la salud bucodental y evitar problemas, como la inflamación de encías, la aparición de sarro o hasta periodontitis.

Sin embargo, tras ingerir determinados alimentos, es fundamental esperar una media hora antes de proceder con el cepillado. Porque de lo contrario, es práctica puede deteriorar de forma temprana el esmalte del diente y, como consecuencia, debilitar la capacidad de protección de estos frente a los ácidos y bacterias presentes en los alimentos.

El tiempo que hay que esperar tras cada comida para lavarte los dientes

¿Esperar un rato tras cada comida para lavarse los dientes? Sí, los expertos en salud bucodental coinciden en que lo más recomendable es esperar una media hora para lavarse los dientes tras ingerir determinados grupos de alimentos. ¿Los motivos? Para entender por qué cepillarse los dientes tras cada comida puede ser perjudicial, hay que entender cómo es el proceso que tiene lugar en la boca tras consumir determinados alimentos.

Por un lado, hay que tener en cuenta el papel que juega el esmalte de los dientes en la salud bucodental. Esta es una barrera protectora que cubre cada uno de los dientes y que no se regenera, es decir, que hay que cuidarla para evitar que se deteriore o desaparezca, porque no tiene capacidad de volver a crecer, como sí ocurre con otros elementos del cuerpo, como las uñas o el pelo.

El esmalte es, por tanto, la capa que protege el diente de los ácidos y bacterias presentes en los alimentos y atacan a los dientes al comer. Está compuesto por un elemento que es muy duro, pero que es altamente sensible a los ácidos procedentes en los alimentos que pasan por la boca al ingerirlos.

Como consecuencia, al comer, este esmalte se debilita. Y, si se lavan los dientes en este momento, existe más riesgo de que una mayor debilidad del mismo o incluso hasta deteriorarlo y eliminarlo de forma progresiva del diente. ¿Qué hacer para evitar esta situación? Solamente esperar. Porque cuando el esmalte está debilitado, la saliva inicia un proceso para devolverle su dureza original. Pero es un proceso lento que tarda aproximadamente 20 minutos o media hora en tener efecto.

Esto quiere decir que tras comer y con el esmalte debilitado, la saliva comienza un proceso reparador mediante el que devuelve al esmalte su dureza inicial. Y precisamente por este motivo, los expertos en salud bucodental recomiendan esperar 30 minutos para lavarse los dientes tras cada comida. Para dejar que la saliva actúe y, como consecuencia, el esmalte recupere la dureza.

Además, otra de las consecuencias negativas de cepillarse los dientes tras cada comida es que con el lavado se reparte el ácido por toda la boca y acaba frotándose contra los dientes, perjudicando el buen estado del esmalte.

Con qué alimentos se daña más el esmalte

Una situación que se agrava en especial con aquellos alimentos que contienen ácido cítrico, tal y como explican desde Colgate, como los limones, naranjas o pomelos, dado que debilitan el esmalte dental y, por ello, cepillarse demasiado pronto después de tomarlos, puede dañar el esmalte previamente debilitado.

En estos casos, señalan que es buena idea cepillarse antes de tomar este tipo de alimentos y, de forma adicional, beber un vaso de agua justo después para diluir los ácidos. También detallan que otras alternativas hasta cepillarse los dientes pasan por tomar alimentos nutritivos bajos en carbohidratos y azúcar después de comer algo ácido. De este modo, reducirá los ácidos dañinos que puedan generarse.

Lo que sí hay que hacer tras cada comida

Por otra parte, los expertos sí recomiendan enjuagarse la boca con agua tras cada comida, para intentar eliminar los ácidos y las bacterias que han entrado con la comida y reducir el daño que puedan ocasionar en el esmalte.



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