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Préstamo o crédito, ¿qué diferencias hay?

Préstamo o crédito, ¿qué diferencias hay?
NOTICIA de Jessica Pascual
29.06.2022 - 08:07h    Actualizado 06.03.2023 - 15:00h

Los préstamos y créditos son productos bancarios a través de los que un cliente puede conseguir financiación o liquidez en un momento determinado. Es decir, una cantidad de dinero para afrontar un pago inesperado o un importe muy elevado. Pero, aunque en esencia, los dos productos tienen el mismo fin, el de prestar dinero, son contratos distintos y tienen grandes diferencias. Además, dentro de cada tipo, existen distintas modalidades que se ajustan a la situación personal y económica de los clientes, como por ejemplo los créditos que pueden pedirse estando en ASNEF.

Para saber cuál elegir, en esta guía te explicamos todo lo que necesitas saber sobre ambos productos y sus principales diferencias.

¿Qué es un préstamo?

Un préstamo es un acuerdo entre dos partes. Un prestamista (entidad financiera) que presta el dinero y un prestatario (cliente o beneficiario) que lo recibe y se compromete a devolverlo junto con unos intereses en un plazo acordado. Los intereses del préstamo suelen ser un porcentaje del total del dinero prestado, que se paga en cuotas regulares durante un periodo de tiempo.

En ocasiones, no es posible pagar estos créditos o préstamos. Empresas de reunificación de deudas pueden ser una solución antes de que te metan en las listas de morosos como ASNEF, momento a partir del cual será más difícil conseguir un préstamo y, además, deberás solicitar que te borren de estas listas una vez hayas cubierto la deuda pendiente.

¿Qué es un crédito?

Un crédito es un servicio financiero mediante el cual, la entidad pone a disposición del cliente una cantidad máxima de dinero para que disponga de ella según sus necesidades. Esto significa que, al inicio de la operación, el cliente no tiene por qué recibir la totalidad de esa cantidad, sino que puede utilizarla cuando la necesite. Los intereses del crédito suelen ser elevados, puesto que se trata de un dinero que puedes tener a tu disposición en cualquier momento. Sin embargo, solo se pagan por la cantidad usada y no por la totalidad del crédito.

La forma habitual de acceder a un crédito es a través de una tarjeta de crédito, que ofrece la posibilidad de disponer de un dinero que no se tiene en ese momento, a cambio de pagar unos intereses proporcionales a la cantidad usada y una cuota de mantenimiento de la tarjeta. Muchos de estos créditos entran dentro de los denominados ‘créditos rápidos’, que se tramitan y piden por internet, incluso sin necesidad de aportar nómina.

Diferencias entre préstamos y créditos

Los préstamos y créditos tienen en común que ambos son deudas que se adquieren con una entidad bancaria y que hay pagar poco a poco. Sin embargo, tienen diferencias sustanciales que hacen que sus condiciones sean muy distintas.

Cantidad adquirida

El préstamo suele solicitarse para disponer de grandes cantidades de dinero, normalmente para financiar la compra de una casa, un coche o un negocio, entre otros. Al crédito se suele recurrir cuando se necesita menos cantidad de dinero, es decir, está pensado para hacer frente a gastos inesperados. Por ejemplo, la reforma de una casa, electrodomésticos estropeados o arreglos de un vehículo, por poner algunos ejemplos.

Intereses

Al solicitar un préstamo solo se paga el interés proporcional del dinero que tomamos prestado. Ese interés se paga regularmente hasta devolver todo el dinero. En el crédito, hay que pagar un interés puntual por la cantidad de dinero que utilizamos en ese momento concreto. Es decir, que en el préstamo se pagan intereses en función de la cantidad total prestada, mientras que en el crédito solo se pagan intereses por la cantidad que ha usado.

Devolución y plazos

El plazo de devolución del préstamo suele ser largo, normalmente de varios años. El plazo de devolución del crédito es mucho menor porque las cantidades son también menores. En muchas ocasiones, se estipulan 30-40 días como máximo para la devolución del crédito. Por este motivo, el crédito está más pensado para empresas u autónomos que para particulares.

Trámites

La forma de solicitar préstamos y créditos también es diferente. Si necesitas pedir un préstamo, deberás acudir a la entidad bancaria y presentar toda la documentación necesaria, así como demostrar que no apareces en la lista de morosos. Tras hacerlo, el banco te confirmará si acepta o no prestarte el dinero. A la hora de solicitar un crédito, los trámites son mucho más flexibles y en muchos casos, es posible hacerlo por teléfono o a través de Internet. En pocos minutos u horas, tienes el dinero en tu cuenta.

El uso de un servicio u otro va a depender de tus necesidades. En función de lo que tengas pagar o financiar, deberás optar por un préstamo o por un crédito.

Disponibilidad del dinero

En un crédito, puedes devolver el dinero de manera parcial antes de su vencimiento y, si se acuerda, volver a disponer del mismo. Además, suelen usar soportes de cuenta corriente. Mientras que en el caso de los préstamos, no puedes volver a disponer del dinero porque este producto tiene una duración determinada que se pacta de forma previa.



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