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Los 7 falsos mitos sobre las relaciones de pareja, de tamaños, edades y alimentos afrodisíacos

Los 7 falsos mitos sobre las relaciones de pareja, de tamaños, edades y alimentos afrodisíacos
NOTICIA de Javi Navarro
16.04.2014 - 19:56h    Actualizado 03.11.2021 - 17:52h

¿El tamaño del pene es realmente importante para que la mujer alcance el orgasmo? ¿Los hombres necesitan tener más relaciones que las mujeres? ¿Hacer el amor es un analgésico para molestias como el dolor de cabeza? ¿Realmente puede excitarnos tomar ostras o canela? José Benítez, director médico de Boston Medical Group, explica que “hay una enorme falta de información sobre aspectos como el placer físico a la medicación aplicada para tratar patologías”.

Los siete mitos más comunes son los siguientes:

Los hombres tienen mayores necesidades que las mujeres

Aunque muchos hombres hacen creer que están listos para mantener relaciones las 24 horas del día y los siete días de la semana, en realidad todos ellos experimentan fluctuaciones diarias de la libido, como ocurre con las mujeres.

La disposición de un hombre a tener relaciones se puede ver afectada por muchos factores similares a los que afectan al nivel de deseo de la mujer, incluyendo la dieta, la falta de sueño, el estrés, las condiciones médicas, la confianza en sí mismo o la falta de armonía en una relación.

Sin embargo, las mujeres tienen factores adicionales que afectan a su libido, como su ciclo menstrual o el uso de píldoras anticonceptivas. También se ven más afectadas que los hombres por factores emocionales y ambientales, incluyendo los estigmas culturales que les impiden ser comunicativas y asertivas acerca de sus deseos.

A partir de cierta edad, las relaciones ya no son importantes

Tener relaciones es un aspecto importante de la salud física y emocional, así como para el bienestar de adultos de todas las edades, incluso para aquellos que han alcanzado sus “años dorados”. Aunque algunas personas creen que la disminución de la libido es una parte natural del envejecimiento, esta pérdida de deseo por mantener relaciones puede estar relacionada con otra serie de factores, entre ellos las deficiencias hormonales, depresión, trastornos de ansiedad, efectos secundarios de alguna medicación, cambios en una relación, las barreras en la comunicación o la pérdida de un cónyuge o pareja.

La pequeña píldora azul

Aunque muchas personas creen que tomar Viagra y otros medicamentos orales similares es el mejor o único tratamiento para hombres con disfunción eréctil, la verdad es que para muchos de ellos estos fármacos no son eficaces.

Los medicamentos orales son sólo una solución temporal a un problema que puede tener otras causas subyacentes en nuestro organismo y que deben ser abordados por un médico cualificado. Además, muchos hombres con problemas como hipertensión o diabetes no pueden tomar estas medicinas de forma oral debido a sus efectos secundarios y contraindicaciones. Para ellos, existen un gran número de alternativas.

¿El tamaño importa?

A pesar de que el tamaño del pene se convierte en ocasiones en una auténtica obsesión para muchos hombres, las encuestas han revelado que es la circunferencia y no la longitud el factor que más influye en el placer femenino.

Los estudios han demostrado que más del 75 % de las mujeres alcanza el orgasmo a través de relaciones de forma oral, en comparación con el otro 25 %, que lo alcanza mediante penetración únicamente. Una de las formas más eficaces para logar un orgasmo es el contacto con el clítoris y los tejidos vaginales, lo que no siempre se alcanza a través de la penetración.

La eyaculación precoz solo afecta a hombres jóvenes

Algunos hombres creen que la eyaculación precoz sólo aparece en los albores del florecimiento, pero con el paso del tiempo muchos descubren que se trata también de un problema de cara al futuro. De hecho, la eyaculación precoz afecta al 30 % de los hombres en algún momento de su vida.

“A menudo, cuando aparece esta patología en hombres de más 30 años nos encontramos ante un síntoma común de disfunción eréctil, falta de acondicionamiento cardiovascular, depresión, ansiedad o síntomas de problemas neurológicos. En hombres maduros puede ser también un efecto secundario de los problemas de próstata”, explica Benítez.

Me duele la cabeza

Mientras que muchas mujeres -y algunos hombres también- han fingido en alguna ocasión tener jaquecas para evitar mantener relaciones, tenerlas alivia dolores y molestias leves, como precisamente estos dolores de cabeza. La oxitocina y las endorfinas liberadas durante el orgasmo son responsables de calmar estos dolores.

Alimentos que mejoran la disposición a mantener relaciones

Los afrodisíacos reciben el nombre de la diosa griega de la sensualidad y el amor y siempre se ha dicho que influyen en el estado de ánimo. Sin embargo, no hay una evidencia científica de que alimentos como el chocolate, las ostras o la canela sean eficaces en este sentido.

No existe una ciencia acerca de los alimentos y/o hierbas que causan excitación, pero sí es cierto que un determinado alimento puede desencadenar una memoria erótica o deseo en su propia mente, por lo que en cierto sentido, todos tenemos nuestros propias afrodisíacos.

Con la crisis nos enamoramos más, pero nos decepcionamos con mayor facilidad

Con la crisis nos enamoramos más, pero nos decepcionamos con mayor facilidad

“En tiempo de crisis nos enamoramos más pero también nos decepcionamos con mucha facilidad”, reflexiona Francesc Núñez, sociólogo de la UOC, a raíz de la reciente y abundante literatura sobre el amor y de sus investigaciones sobre comunicación electrónica y relaciones de pareja. Pese a que hoy en día la pareja está más acechada, el amor a dos sigue siendo uno de los grandes anhelos de los seres humanos. El amor, dice el experto, es una fuente de seguridad ontológica, da valor a las relaciones y sentido a la propia vida, y en tiempos de crisis en los que se agrava la inseguridad y la sensación de riesgo, la puerta al enamoramiento se abre de par en par. Sin embargo, amor y felicidad no siempre hacen buena pareja: la decepción suele acompañarles muchas veces.

¿Qué le sucede al amor en el siglo XXI? Francesc Núñez sitúa el problema en la imaginación, en los imaginarios sociales proyectados por las novelas y las películas. “En el caso del amor es claro el poder de las industrias culturales para fijar nuestros “modelos”, despertar nuestros “deseos” y proyectarnos hacia el futuro. Madame Bovary es un prototipo de la influencia de la novela moderna (de amor) en la vida de las personas corrientes y de los peligros de la imaginación en el amor y en la vida”.

Sombras de Grey
Cuenta el profesor Núñez que el cine de Hollywood es, fundamentalmente –y de forma magistral– el inventor del amor, de las historias de amor contemporáneo, que ha modelado, en buena medida, nuestras formas de enamorarnos, del tipo de personas que (como amantes) querríamos ser y de quién nos querríamos enamorar. De hecho –dice–, pretendemos que nuestra realidad se parezca a la ficción y un buen ejemplo de ello es el éxito de la trilogía de E. L. James Las sombras de Grey.

Augura que tras el éxito arrollador de la novela, la película también lo tendrá: “Como esta novela, muchas producciones mediáticas recogen todos los tópicos, todo lo que nos dicta el imaginario moderno sobre lo que debe ser el amor, las historias que de alguna forma u otra todos querríamos vivir, repetir en alguna de sus múltiples versiones…”, al tiempo que avisa: “Pero, claro, cuando la imaginación (los imaginarios sociales, los imperativos sociales, también los prejuicios) dicta o dirige la búsqueda del amor, la decepción es un resultado previsible. Suele haber un abismo entre la realidad y la ficción, que hemos vinculado mediante la “imaginación”. Los mismos criterios exigentes que nos llevan a la “búsqueda” del amor nos predisponen ya a la decepción, al fracaso y a la imposibilidad de un encuentro satisfactorio”.

El sociólogo expone cómo en el mundo contemporáneo la imaginación es un elemento clave para entender la manera en la que organizamos la experiencia y el pensamiento. Es decir, en nuestras vidas tiene a veces más importancia lo que imaginamos, que lo que vivimos, pues convierte nuestro deseo en guía frente a lo que sabemos por experiencia. “Todavía es más importante la imaginación cuando anticipamos el futuro y, evidentemente, nuestro futuro amoroso sobre cómo deseamos que sea nuestro “amor” venidero”.

Hollywood no ayuda al amor
La antropóloga y experta en género Begonya Enguix, también profesora de la UOC, no es mucho más optimista: “La distancia entre la ficción y la realidad alimentadas ambas por los imaginarios y la imaginación, se profundiza si introducimos como elemento en juego el género: las expectativas de hombres y mujeres respecto a la experiencia amorosa no parecen haberse acercado demasiado a pesar de la tan proclamada igualdad”.

Así, amparadas por la ficción hollywoodiense, expone Enguix, las mujeres buscan a un hombre ideal que sea un compendio de virtudes entre las que destacan rasgos estereotípicos –la protección, la seguridad (vital y económica), la fortaleza– pero también rasgos antes considerados femeninos –el cuidado, la ternura, el romanticismo–. Los hombres buscan a la vez a unas mujeres sumisas y fuertes, una mezcla entre tradición y modernidad que rara vez se encuentra. La diferencia entre las expectativas y las experiencias amorosas de hombres y mujeres es un terreno abonado para la decepción.

Imaginación, enamoramiento y neurociencia
En los imaginarios contemporáneos, fuertemente marcados por la novela y, sobre todo, por el cine y otras producciones audiovisuales –ahonda Núñez–, es cada vez más difícil distinguir lo real de lo ficticio. Nuestra aspiración amorosa es más una nostalgia por algo que no tenemos, pero que hemos visto reflejado en una pantalla y se ha convertido así en un anhelo perpetuo. “Desde la neurociencia (y esto lo ha trabajado mucho el mundo de la publicidad) sabemos que en el terreno de las emociones la imaginación tiene la capacidad de sustituir la experiencia real. Las imaginaciones (muy próximas a las sensaciones) nos provocan sentimientos, sentimientos que son reales, tan auténticos como los que nos puede producir un objeto del mundo real. Esta es una habilidad del individuo moderno, del consumidor, una especie de fantaseo, de soñar despierto (daydreamer) que nos resulta tan “emocionante”, tan real, como cualquier otra situación”, expone.

En el caso del amor y más en condiciones de enamoramiento es muy difícil distinguir la realidad de la ficción. “Inventamos, recreamos, imaginamos, anhelamos, esperamos… nuestro objeto amoroso”, avisa el investigador, lo que unido a la actual situación de crisis y primavera, implica que se enamoran todavía más los que están más insatisfechos, los que buscan, los que no se sienten a gusto o no se conforman con lo que tienen… Y a más luz, más revolución hormonal. ¿Consecuencias? Enamoramiento aún más fácil. “El amor promete un futuro mejor, es una “revolución a dos”, y puede dar estabilidad en medio de la “crisis”, aunque sea un “espejismo”. Pero no por ello el experto recomienda la huida o la abstinencia sino solo cierto darse cuenta acompañado de sosiego, pues como canta el poeta Miquel Martí i Pol, “busco el amor, ay, compañeros, por eso me empuja la esperanza”, recuerda Francesc Núñez.

El trabajo, la crisis, el sexo y la salud son las grandes preocupaciones de las familias

Gleeden, el sitio de encuentros extraconyugales pensado por mujeres, ha realizado un estudio entre 1.020 de sus inscritos*, hombres y mujeres de entre 30 y 55 años para averiguar cuáles son sus mayores preocupaciones con respecto a la vida matrimonial. Los resultados no dejan lugar a dudas. La crisis que está viviendo España en estos momentos afecta al bienestar de los matrimonios españoles.

Las mayores preocupaciones entre las parejas españolas se encuentran el trabajo, la crisis, el bienestar económico de la familia, el sexo y la salud. Eso es lo que se desprende de una encuesta realizada por Gleeden, un sitio web de encuentros extraconyugales. Por sexos, el 30 % de las mujeres ven con preocupación el futuro de sus hijos bajo el mando de los gobiernos actuales.

La creciente preocupación de los directores por perder cuota de mercado está provocando una mayor presión sobre sus empleados. Para el 68 % de ellas, la presión del jefe les está provocando leves crisis de ansiedad.

La situación de incertidumbre está provocando un estrés anormal en ellas, y necesitan buscar nuevas salidas para salir de la tensa situación de la que son partícipes. El 46 % necesita un hombro diferente al de su marido para desahogarse, puesto que sienten que no pueden llevar nuevos problemas a casa.

Cuando les preguntamos por el numero de relaciones extraconyugales mantenidas las respuestas son claras:
• El 31 % lo han sido al menos una vez.

• El 36 % afirma que en más de dos ocasiones.

• El 79 % afirman que las preocupaciones laborales están afectando a su salud sexual.

Los encuentros sexuales con sus parejas, se reducen cada día más.

Hombres:
El 83 % de los encuestados, está realmente preocupado por su situación laboral, temen perder su trabajo.

De este 83 %, el 63 % admiten que la razón por la que han caído en la tentación:
• Necesitan un soplo de aire fresco (36 %).

• Sus parejas no entienden su situación y necesitan a un tercero (56 %).

• La infidelidad les ayuda a poder seguir su día a día (39 %).

• Es bueno tener una tercera persona (26 %).

Lo que ellos y ellas tienen en común
La preocupación por el porvenir de los pequeños de la casa se sitúa sin duda en primera instancia. Del total de los encuestados, el 98 % nunca desvelaría la infidelidad a sus hijos.

La salud emocional es una de las grandes preocupaciones. El 39 % de ellos admiten sentir ansiedad en alguna ocasión, frente a un 67 % de ellas. Los motivos de esta ansiedad:

• La situación de crisis.

• El porvenir de sus hijos.

• El estrés en el trabajo.

• Cambios profundos en nuestro ritmo de vida.

El 65 % de los españoles encuestados, asegura que el haber tenido una infidelidad les ha ayudado a ver con más optimismo su futuro, se han sentido más jóvenes, con más entusiasmo y fuerzas para poder afrontar la situación actual. Por su parte los hombres, aunque en menor porcentaje, también se ven influenciados por la presión que ejercen sus superiores y las altas expectativas que se les plantean (56 %).