Unos 100.000 niños en España habrían desarrollado asma por el uso de cocinas de gas en sus casas
Más de 100 millones de ciudadanos de la Union Europea cocinan con gas en sus viviendas. Entre ellos, un tercio de los hogares españoles y más de la mitad de todos los hogares en Italia, Holanda, Rumanía y Hungría. Ahora, un estudio denuncia que las cocinas de gas incumplen los límites de contaminación atmosférica de manera habitual, según los hallazgos de CLASP, el grupo de trabajo sin ánimo de lucro para la promoción de la eficiencia energética y para la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA). El informe está apoyado por los aportes técnicos de La Organización de los Países Bajos para la Investigación Científica Aplicada (TNO).
El informe, que se ha publicado hoy, advierte de que cocinar con gas en una cocina europea estándar sin ventilación mecánica produce contaminación en ambientes interiores. Los contaminantes son dióxido de nitrógeno que supera, en múltiples ocasiones y durante todas las épocas del año, las directrices sobre la calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y las normas de la UE en materia de contaminación del aire exterior.
Los exámenes de laboratorio realizados por la TNO demuestran que las cocinas de gas también producen monóxido de carbono, partículas ultrafinas y otras sustancias contaminantes que pueden tener efectos nocivos en la salud, especialmente en la de los niños. Se estima en más de 100.000 el número de niños en España que podrían presentar síntomas de asma debido a la exposición a las cocinas de gas en los últimos 12 meses. Además, el 12 % de los casos de asma infantil en la UE se deben a cocinar con gas, según el mismo informe.
Para la elaboración de este estudio, la TNO detalla que simuló la elaboración con gas de comidas europeas típicas durante una semana, utilizando técnicas de cocción estándares en cocinas normales sin campana de extracción de ventilación hacia el exterior. En todas las simulaciones en las que no se empleó ventilación mecánica, el límite horario de la UE para exteriores (200 µg/m³ de NO2) se superó en ambientes interiores por encima de las 18 horas anuales permitidas. El tamaño de las cocinas es un factor a tener en cuenta y la ventilación reduce la contaminación, pero hay que tener en cuenta que las rejillas de ventilación suelen ser ineficaces, insuficientes o están infrautilizadas, según señala el informe.
Advertencias sanitarias al comprar cocinas de gas
La directora general del CLASP, Christine Egan, ha declarado que “las personas pasamos la mayor parte del tiempo en interiores. La calidad del aire en sitios cerrados puede tener un gran impacto en nuestra salud y bienestar. Pocas personas son conscientes de los peligros que entrañan los aparatos de cocción de gas; cocinar la cena puede exponernos a tantas sustancias contaminantes como el humo de los cigarrillos ajenos.
Los aparatos de cocción de gas deben llevar etiquetas de advertencia sanitaria como en el caso de las cajetillas de tabaco. Los funcionarios de la UE tienen la obligación de reflexionar sobre estos problemas sanitarios”.
Además, este grupo defensor de la salud teme que la situación se agrave y se multipliquen los ataques de asma, especialmente con la crisis energética de este invierno, cuando la gente reduzca o evite la ventilación para conservar el calor y ahorrar dinero.
Estudios similares en EE. UU.
Por otra parte, la Asociación Médica Estadounidense ha destacado recientemente que las cocinas de gas aumentan la contaminación del aire en los hogares, así como el riesgo de desarrollar asma en la infancia. Una investigación previa al respecto ha establecido una relación directa entre la utilización del gas en los hogares y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad en los niños de corta edad. Un estudio reciente sugiere que cocinar con gas durante el embarazo puede provocar hiperactividad en niños pequeños.
Se ha demostrado que la contaminación de las cocinas de gas también tiene efectos negativos en los sistemas respiratorio y nervioso de los adultos.
La directora general de la EPHA, la doctora Milka Sokolović, afirmó lo siguiente: “Tememos que la calidad del aire interior pueda empeorar este invierno en los hogares que utilizan cocinas de gas, ya que la gente reduce la ventilación y evita abrir las ventanas para conservar el calor y ahorrar dinero durante las crisis energéticas. Si no hay recambio de aire exterior, es importante abordar el problema que suponen las fuentes de contaminación del aire en interiores, como son las cocinas de gas”. Los niños y las personas con afecciones respiratorias preexistentes son los que mayor riesgo sanitario corren.
“Por todos estos daños para la salud y el medioambiente derivados de la quema de combustibles fósiles en nuestros hogares, los gobiernos tienen la responsabilidad de establecer un marco que nos aleje del uso del gas y nos encamine hacia las cocinas eléctricas limpias. La actual revisión del reglamento sobre aparatos de cocción ofrece una oportunidad para que la UE demuestre que está a la altura de su visión y ambición de contaminación cero”.
Los funcionarios de la UE están obligados por el Tratado a tener en cuenta la salud a la hora de regular, tal y como ha confirmado recientemente el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Sin embargo, las normativas de cocción vigentes en los países no lo hacen, según el CLASP y la EPHA. Se espera que el año que viene se publiquen nuevas normas al respecto.
No obstante, aunque el estudio preparatorio reconoce que la cocina “es una fuente importante de sustancias contaminantes en interiores” y que el gas supone una contaminación adicional, este se limita a describir las medidas de mitigación. Las cocinas de gas deberían eliminarse progresivamente en virtud de la normativa relativa al diseño ecológico, tal y como señalaron los grupos.