Ocho tipos de viviendas que podrían no ser alquiladas o vendidas a partir de 2030

Ocho tipos de viviendas que podrían no ser alquiladas o vendidas a partir de 2030
Foto del periodista Javi Navarro
NOTICIA de Javi Navarro

A medida que se acercan las fechas límite impuestas por la normativa europea, un considerable número de viviendas en España podría enfrentarse a la imposibilidad de ser vendidas o arrendadas por su certificado de eficiencia energética. Desde 2030, los inmuebles deberán poseer un Certificado de Eficiencia Energética (CEE) con calificación mínima de letra E, y a partir de 2033, esa exigencia se elevará a la letra D. Esta medida, parte del Pacto Verde Europeo, excluye del mercado a propiedades clasificadas como F y G, un problema que ya tiene repercusiones significativas en el mercado inmobiliario.

De acuerdo con el Ministerio para la Transición Ecológica, «la mayoría del parque residencial español muestra calificaciones energéticas bajas, especialmente en los grupos E, F y G». La advertencia es clara: la falta de inspección y mejoras en el estado energético podría traducirse en pérdidas económicas para los propietarios, quienes deben considerar la rehabilitación de sus inmuebles si desean mantener su valía en el mercado.

Para ayudar a los interesados a identificar qué viviendas están en mayor riesgo de quedar excluidas, los expertos de Sto Ibérica —filial de una empresa alemana especializada en sistemas constructivos— han delineado los perfiles de riesgo más comunes:

  • Viviendas construidas antes de 1980, o más de 40 años de antigüedad, sin reformas energéticas anteriores. Según un estudio del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas (CGCAFE), el 42,7% de las viviendas se construyeron antes de la normativa NBE-CT-79 que exigía aislamiento en paredes.
  • Viviendas con elevado gasto en calefacción y refrigeración. Facturas energéticas desmesuradas suelen ser indicativas de un mal aislamiento y pueden menoscabar el valor del inmueble.
  • Viviendas con problemas de humedad, moho o condensaciones. Estos problemas son síntomas de falta de aislamiento o ventilación correcta, y afectan tanto al bienestar de los habitantes como al estado de conservación del inmueble.
  • Propiedades en zonas cálidas sin medidas contra el sobrecalentamiento. Muchas viviendas del sur y centro de España requieren refrigeración excesiva, lo que penaliza su calificación energética.
  • Viviendas sin intervención en la envolvente —fachadas, cubiertas y medianeras—. Sin unas mejoras en estas áreas, la demanda energética se elevará significativamente, impidiendo obtener una calificación adecuada.
  • Viviendas con carpinterías antiguas y acristalamientos simples. Las ventanas de menor eficiencia pueden aumentar la pérdida de energía hasta en un 30%, lo que repercute en el confort interior y el valor del inmueble.
  • Equipos térmicos y electrodomésticos obsoletos. Calderas y sistemas de climatización con más de 20 años popularizan gastos innecesarios y dificulta el cumplimiento de los estándares energéticos actuales.
  • Otros elementos clave. La falta de sistemas de energías renovables (como paneles solares) o de control automático reduce el rendimiento energético global de la vivienda.

Los expertos concluyen que «es esencial que los propietarios analicen la situación energética de sus inmuebles y consideren realizar las reformas necesarias». Sin lugar a dudas, la falta de acción puede resultar perjudicial tanto en términos económicos como en la habitabilidad de las viviendas.

Con las nuevas normativas a la vista, los propietarios de inmuebles deben actuar con rapidez. Una inspección del estado energético de las viviendas que desean vender o alquilar se vuelve indispensable para garantizar que no queden desfasadas en un mercado que exige continuamente mayor eficiencia.

Ejemplos de acciones a emprender

  • Realizar reformas energéticas como la instalación de sistemas de aislamiento térmico exterior.
  • Actualizar las ventanas y carpinterías por modelos de alta eficiencia térmica.
  • Reemplazar equipos térmicos obsoletos por opciones más eficientes.
  • Integrar energías renovables para mejorar la calificación energética.

La planificación y acción temprana son claves para que las propiedades cumplan con las nuevas exigencias del mercado antes de las fechas señaladas.