El mal aislamiento en viviendas españolas provoca temperaturas extremas en verano, según informe de Greenpeace
Greenpeace ha presentado hoy un nuevo informe que evidencia un alarmante aumento de la pobreza energética durante los meses de calor en España, donde una de cada tres familias no puede mantener una temperatura adecuada en su hogar. Este problema se agrava en las familias vulnerables, quienes sufren un impacto aún mayor, con cifras que alcanzan hasta el 53,3 % en su condición de no poder enfriar correctamente sus viviendas.
El informe titulado ‘Somos más pobres en verano: análisis sobre la pobreza energética en las viviendas en los meses de calor’ pone de manifiesto que la pobreza energética durante el verano duplica la que se experimenta en invierno, a pesar de que muchas veces se asocia este fenómeno a los meses más fríos.
Greenpeace ha utilizado cámaras termográficas en diversas ciudades, como Málaga, Valencia y Madrid. Las imágenes obtenidas muestran temperaturas extremas que alcanzan hasta los 48 ºC en el interior de viviendas mal aisladas, evidenciando que el 95 % de los hogares españoles presentan un deficiente nivel de aislamiento.

Greenpeace documenta con cámaras termográficas en varias ciudades españolas cómo el calor se cuela en las viviendas por ventanas, paredes y techos debido al mal aislamiento de los edificios. Y aquí un ejemplo de los datos que recoge el nuevo informe de Greenpeace de cómo entra el calor por las fachadas y ventanas:

“Nuestras viviendas, que deberían ser nuestro primer y más importante refugio en un clima cada vez más cálido, se convierten en radiadores permanentes en verano, debido al pésimo aislamiento del 95 % de las casas. Esto nos obliga a elegir entre afrontar elevadas facturas eléctricas para intentar enfriarlas, con las consiguientes emisiones asociadas para el planeta, o a sufrir día y noche el insoportable calor de casas convertidas en hornos”, ha declarado María Prado, responsable de campañas del Área de Clima, Energía y Movilidad de Greenpeace España.
El informe revela que las comunidades autónomas más afectadas son Murcia, Madrid, Andalucía y Cataluña, donde la pobreza energética en verano es notable, destacando también la situación crítica en la ciudad de Melilla y en diferentes regiones para las familias ya vulnerables, como Madrid, Extremadura y Castilla-La Mancha. Un factor que acentúa esta situación es el régimen de tenencia de las viviendas. El alquiler se convierte en un problema, ya que limita la capacidad de las familias para realizar mejoras en sus casas. Este dato resuena con fuerza, puesto que el 77 % de las familias en situación de vulnerabilidad residen en alquiler.
“Aunque asociamos pobreza energética al invierno, hay muchas más familias que no pueden mantener su vivienda a una temperatura suficientemente fresca en verano que caliente en los meses invernales. Somos mucho más pobres desde el punto de vista energético en verano”, añade María Prado.
En respuesta a esta problemática, Greenpeace ha hecho un llamado urgente al Gobierno central para que lleve a cabo una rehabilitación masiva de viviendas, asegurando la descarbonización y fomentando el uso de energías renovables. Este paso es fundamental para garantizar el derecho a una vivienda digna y sostenible.
“La mejor forma de luchar contra este empobrecimiento generalizado es exigir la mejora del aislamiento de nuestras casas e introducir soluciones renovables y eficientes que ahorran dinero y nos ayudan a luchar contra el cambio climático,” enfatiza Prado. También destaca que “estamos ante una emergencia de salud pública. El calor también mata, y condenar a las familias a elegir entre pasar calor extremo o arruinarse con la factura eléctrica es una violación del derecho a una vida digna”.
