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Los bancos dicen que aceptan ofertas de precio a sus pisos y ADICAE reprocha que para qué si sólo se pueden comprar al contado

Los bancos dicen que aceptan ofertas de precio a sus pisos y ADICAE reprocha que para qué si sólo se pueden comprar al contado
NOTICIA de Javi Navarro
09.09.2013 - 17:11h    Actualizado 20.12.2022 - 10:29h

Esta es la tónica casi general que los bancos están haciendo a los consumidores, pero ¿para qué? La Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros ADICAE denuncia que solo vale si se puede comprar el piso de banco al contado. Proliferan las ofertas de las inmobiliarias de las entidades financieras, como los pisos de bancos del Santander, para atraer a compradores para sus pisos en stock a través de un argumento sencillo y efectista: “póngale precio a su piso”. Cuando el posible comprador hace una primera oferta para empezar a hablar, el banco la considerará…

Entidades como BBVA, La Caixa o Ibercaja llevan ya meses aplicando esa filosofía, otras como Bankia tienen ideas similares y algunas como el Banco de Santander se han visto obligadas a asumirla para no quedarse atrás. Ahora, Altamira Santander Real Estate, sociedad de Banco Santander que comercializa y gestiona los activos inmobiliarios propiedad del banco, ha lanzado una nueva campaña. Esta promoción permitirá a los clientes proponer precios por las viviendas que les interesen desde hoy hasta el próximo 31 de octubre, según ha anunciado la firma en varios medios de comunicación.

Ofertas de precio para 5.000 viviendas del Santander
¿Cómo negociar con Altamira? Según el comunicado de la compañía, los clientes podrán hacer su propuesta de precio por unas 5.000 viviendas, prácticamente la totalidad de las casas que vende Altamira Santander. También se podrán presentar precios para locales comerciales, plazas de garajes, trasteros, oficinas, naves, entre otros, y que, al igual que las viviendas, se pueden consultar en su web. En síntesis, es el mismo tipo de campaña que ya tienen en marcha la mayor parte de los grandes bancos españoles.

Y que se basa en un concepto tan antiguo como el propio comercio, como es el del regateo, el intercambio de ofertas y contraofertas por el cual comprador y vendedor tratan de llegar a un punto de acuerdo para dar valor a una transacción determinada. En este caso, el objeto de intercambio son los alrededor de 3,5 millones de viviendas vacías que hay en España, casi 700.000 de ellas a estrenar, y que en su mayor parte son propiedad ahora mismo de los bancos, como testimonio de la irresponsabilidad bancaria causante del crack inmobiliario actual.

Atraer consumidores a las webs (y la letra pequeña)
Sin embargo, también en estas campañas hay letra pequeña, como no podía ser de otra manera. BBVA, CaixaBank, Ibercaja… Cualquier entidad bancaria con división inmobiliaria tiene una web fácilmente accesible en la que el usuario puede localizar el piso, local, garaje, etc. que le interese a través de un buscador común, que permite incluso ordenar la búsqueda por localización, tipo de inmueble, metros, precio… De esta manera, de un vistazo, el consumidor puede filtrar su búsqueda para escoger de entre la variadísima oferta inmobiliaria en poder de la banca.

El propio buscador ofrece de manera bien visible un apartado, un enlace, en el que el consumidor puede hacer una oferta. “Haz tu oferta”, dice La Caixa. “Pon tu precio”, llama el BBVA. Se abre un formulario de contacto en el que el consumidor debe dejar su oferta y sus datos básicos personales y de contacto. Después, la entidad financiera abre un plazo, entre las 24 y las 72 horas, para que un comercial suyo se ponga en contacto con el cliente y comience la negociación.

La letra pequeña de estas campañas se basa en una clara discriminación, que permite que los inmuebles puedan ofertarse en mejores condiciones económicas, pero solamente para los compradores con mayor capacidad de compra. Negociación que va a estar sujeta a un principio básico, que es el que dejaba entrever Ibercaja en su división inmobiliaria antes mencionada. En palabras textuales, “sujeto a los requisitos de concesión de riesgo”. Traducido, según la capacidad económica del posible comprador. La letra pequeña de estas campañas se basa en una clara discriminación, que permite que los inmuebles puedan ofertarse en mejores condiciones económicas, pero solo para los compradores con mayor capacidad de compra, fundamentalmente aquellos que sean capaces de adquirir la vivienda al contado.

Comisiones, sobrecostes, falsas ofertas…
Para el resto de compradores, proponer su precio para el inmueble deseado, por mucho que esta oferta se ajuste realmente al precio de mercado del bien, solo servirá para someterles al juego de comisiones, de falsas ofertas y de sobrecostes que la banca domina en materia hipotecaria. El precio final de la transacción se acercará, o será exactamente el que anuncia el banco para cada inmueble, y las condiciones hipotecarias serán todo lo lesivas que sea posible, particularmente en lo tocante a los diferenciales del euríbor y en la contratación de productos vinculados que encarezcan el coste.

El mismo proceso que ADICAE lleva años denunciando, y que también se traslada a estas campañas que se publicitan como “paga lo que quieras por tu piso” y que, en realidad, introduce un criterio profundamente lesivo y discriminatorio. Concepto que se aleja de un principio económico fundamental basado en que los precios de los bienes y los servicios deben ser iguales para todos los consumidores.

Denuncian las subastas ‘trucadas’ de pisos desahuciados porque acaban en poder de los bancos

Hay que acabar con la trampa legal de la banca para quedarse con los pisos de los desahuciados a menor precio. Se apropian de viviendas por solo el 50 % del valor de tasación utilizando a una filial que puje por debajo en la subasta. Así, FACUA-Consumidores en Acción pide al Gobierno que acabe con la trampa legal que está empleando la banca para quedarse con viviendas de familias desahuciadas a menor precio. Aunque el Ejecutivo socialista aprobó hace un año el Real Decreto-ley 8/2001, de 1 de julio, que elevó hasta el 60 % del valor de tasación reconocido en la escritura el precio mínimo por el que los bancos pueden adjudicarse las viviendas que salen a subasta pública si esta queda desierta. Únicamente ante el impago de la hipoteca.

FACUA considera que el porcentaje no deja de ser ridículo para beneficio de la banca, aunque antes era todavía más bajo, el 50 %. La cuestión es que si en lugar de quedar desierta alguien puja en la subasta, el banco se queda con la vivienda con solo mejorar la oferta alcanzando el 50 % del valor de tasación. Así que si a la entidad le interesa quedarse con el piso, hace que lance una oferta una filial, como otro banco, una inmobiliaria, una aseguradora, una entidad de tasación…

Vacío legal
Es el resquicio legal que ha encontrado la banca para saltarse la reforma del artículo 670.4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil introducida por el citado Real Decreto-ley. Norma que permite al ejecutante de la hipoteca quedarse con el bien subastado por el 50 % más un céntimo, siempre que mejore la oferta de otro aspirante. Un aspirante que en estos casos en realidad es el mismo banco bajo otra personalidad jurídica.

Por eso, FACUA reclama al Ejecutivo de Mariano Rajoy que proteja los intereses de las familias desahuciadas. Propone para ello, introducir, entre otras medidas, un cambio en la norma aprobada el año pasado para que el valor mínimo por el que se adjudiquen los bancos las viviendas sea el mismo haya o no ofertas en las subastas.

Valor que, además, debería ser muy superior al 60 %, puesto que este deja a los usuarios en una grave situación de inferioridad frente a las entidades financieras. Y es que en muchísimos casos les exigen además que sigan pagando cantidades adicionales más allá de las costas que les haya supuesto la ejecución hipotecaria, argumentando que la cantidad por la que se adjudica la vivienda es muy inferior a la deuda pendiente.